Fidel Castro acaba de cumplir 90 años, y Cuba, a su vez, 56 años de miseria bajo la dictadura comunista.
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Comencemos dando alguna pincelada para conocer los datos de PIB per cápita. Aunque, lamentablemente, el Banco Mundial tan sólo recoge datos a partir de 1970, se pueden observar los resultados que cosecha el régimen castrista frente a las economías más libre del planeta, las que encabezan el Índice de Libertad Económica.
En concreto, la tabla incluye Singapur, Hong Kong y Chile -el país más libre de América Latina. Todos ellos comenzaron la década de 1970 en el rango de los 10.000 dólares de renta per cápita (a precios constantes, pero hoy, mientras que Cuba todavía se mantiene muy por debajo de ese nivel, el resto ha conseguido superar esa cantidad con mayor o menor holgura: Singapur se sitúa en 2013 por encima de los 50.000 dólares per cápita, Hong Kong ronda los 35.000, y los 14.000 dólares de Chile duplican la renta media cubana.
Además, hay que resaltar que estos tres años en positivo no son en absoluto tan abultados como los que se situaron en negativo. De hecho, la media de los años positivos asciende únicamente a 5.850 personas, mientras que si hacemos la media de los años que registraron saldo negativo nos encontramos en que se sitúan en -28.000.
Es evidente que un país con un modelo económico tan exitoso como algunos pretenden hacer creer difícilmente podría cosechar estos terribles datos oficiales, facilitados por el propio Gobierno, que muestran una continuada salida de población desde que Fidel Castro alcanzó el poder en la isla.
Además, durante esos 20 años, el comercio tuvo un peso mucho mayor en la economía cubana que en España. Así pues, habría que plantearse entonces cómo es posible que en una nación supuestamente bloqueada, esto es, que no puede comerciar, el peso del comercio en su economía es mayor que en los países vecinos e incluso que en EEUU, la potencia que, supuestamente, ejecuta ese bloqueo.
Nada más lejos de la realidad, el propio Gobierno cubano reconoce que fue la caída del bloque soviético en esos años lo que supuso la pérdida del 80% del comercio exterior de cuba en ese periodo y no el supuesto bloqueo comercial. Es decir, fue el colapso de la URSS, la potencia que subsidiaba la isla mediante la compra de sus productos agrícolas a precios desorbitados, lo que condujo a la crisis económica más dura de la reciente historia cubana, el "periodo especial". Aún así, hoy en día, el peso del comercio sobre el PIB cubano supera el 40%, lo cual, demuestra, una vez más, el nulo efecto del tan renombrado bloqueo.
Cuba es el arquetipo de modelo a evitar por aquellos países que deseen un porvenir próspero. Intentar negar la evidencia de este sonoro fracaso escudándose en absurdos y falaces argumentos que no se corresponden con la realidad no solo es malo de cara a acrecentar las posibilidades de que en otro país se repita el desastre, sino que, además, es un balón de oxígeno para que la dictadura castrista perpetúe los graves errores económicos que han sumido a los cubanos en la ruina.
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