“Cuando la función económica se pone en manos del Estado, invariablemente la cooperación social reemplaza al interés individual como el principal motivador de la acción humana; ¿falso o verdadero?”
RICARDO VALENZUELA
Decía Albert Camus; “aquellos que escriben claro, tienen lectores, y los que escriben confuso, tienen chismosos.” Hace unos meses un profesor de economía de una pequeña Universidad, Birmingham Southern College, en un examen les hizo a sus alumnos la siguiente pregunta: “Cuando la función económica se pone en manos del Estado, invariablemente la cooperación social reemplaza al interés individual como el principal motivador de la acción humana; ¿falso o verdadero?”
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Decía Albert Camus; “aquellos que escriben claro, tienen lectores, y los que escriben confuso, tienen chismosos.” Hace unos meses un profesor de economía de una pequeña Universidad, Birmingham Southern College, en un examen les hizo a sus alumnos la siguiente pregunta: “Cuando la función económica se pone en manos del Estado, invariablemente la cooperación social reemplaza al interés individual como el principal motivador de la acción humana; ¿falso o verdadero?”
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