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Thursday, December 22, 2016

CONVERSACIONES CON GILBERTO VALENZUELA VI

REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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Desde Agua Prieta parte el ejército del norte hacia la toma de la capital del país y Carranza al ver que su gobierno se desintegraba, abandona la capital el 7 de Mayo para que en su huida cobardemente fuera asesinado en la sierra de Puebla. Don Adolfo ya como Presidente interino, me distinguió invitándome a ocupar la Secretaria de Gobernación, pero por contar con solo 29 años de edad y siendo 35 la requerida, pasaba a ocupar la cartera con nombramiento de Sub secretario. Después de 10 años del inicio de la lucha armada, la situación de Mexico era dramática; la economía estaba en ruinas, se habían perdido un millón de vidas.



Como responsable de la politica interna del país, me tocaba enfrentar una situación también caótica en la cual todos los revolucionarios querían parte del poder durante tantos años concentrado en la figura de don Porfirio, ahora desparramado y sin instituciones para darle cauce. El país estaba ahora bajo el control de hombres del norte y nuestra cultura y estructura de valores politicos, eran muy diferentes a los del resto de los mexicanos. Yo como abogado y apóstol del estado de derecho, basaba mi actuación en ello, la aplicación de la ley. Pero en un país en el cual el estado de derecho era producto desconocido, mi estilo desde luego causaba descontento.

En 1917 se había elaborado la nueva Constitución que de forma radical anulaba el sentido liberal individualista de la de 1857, creando un entorno para el desarrollo del corporativismo. Lo interrumpo en ese momento. No entiendo, si todos los líderes de la revolución eran liberales; ¿Por qué es que se elaboró una Constitución que nada tenía de liberal? Buena pregunta me revira. Como ya te había explicado, a principios del siglo se inició algo que vino a generar una capirotada de ideologías, es decir, una revoltura en la cual ya nada era claro. Los hermanos Flores Magón que fueran tal vez los mas fieros opositores del régimen de Diaz, supuestamente eran liberales e inclusive, formaron organizaciones liberales por todo el país. Sin embargo, cuando estaban en el destierro en los EU, su tónica y mensaje cambió de forma radical con ciertos matices comunistas, pero se seguían identificando como liberales.

Jefferson tenía una frase genial que mas o menos decía: “El camino de la historia siempre transitado, es aquel donde la libertad del hombre se encoge mientras el poder del estado crece.” Desde el inicio del siglo el liberalismo era ya atacado por todos los frentes. El origen de la primera guerra mundial fue eso, y cuando los cañones callaban, las sociedades eran menos libres que al inicio. El comunismo avanzaba apoderándose de Rusia y como tal, era música para la infinidad de gente miserable que habitaba todos los países del mundo. Marx había elaborado una nueva teoría del valor que confundía a todos los economistas tradicionales y, la basaba en el trabajo del explotado obrero como el lo describía. Por otra parte, el capitalismo era inclusive un concepto nuevo que había aparecido ya en forma, a principios del siglo XIX.

En Mexico y debo insistir, el empaquetado que se le daba al liberalismo era muy desagradable aunque no fuera el verdadero. Para iniciar, desde la era de Juarez lo habían identificado como anticatólico, luego pro negociante que en mi opinión, era la etiqueta más dañina. El verdadero liberalismo era pro consumidor; es decir, el consumidor en un mercado libre debería tener las diferentes opciones para adquirir los mejores productos, a los precios mas bajos—eso es competencia. En Mexico el liberalismo de don Porfirio aun que toleraba a la iglesia católica, no había hecho nada por una reconciliación y, los esfuerzos de su gobierno eran mas para proteger a los inversionistas, a los empresarios, y si para ello debía ir en contra de algunos principios liberales como la libre competencia, lo hacia protegiéndolos.

En la reunión del Constituyente de 1917 en Querétaro, cuando menos de parte de Carranza no había la intención de darle vida a una carta magna de esa naturaleza. Sin embargo, en esa confusión general reinante, sin que nadie lo anticipara, surgió un grupo legislativo con el pincel y la brocha para darle esa avenida. Ahora el estado era el rector de la economía; surgía el ejido a través del cual el estado se reservaba la propiedad de la tierra, y no los campesinos de Zapata. Prácticamente y de forma velada, se abolía el concepto de propiedad al establecer que solamente se respetaba si no era sujeta del bien común, pues entonces podía ser expropiada. Era tal esa nueva influencia, que se incluía el que la educación pública debería de ser socialista, lo que luego se modificaría.

Una de las semillas que fecundara en la rebelión de quienes luego seriamos conocidos como los “hegemonía sonorense,” era precisamente el que, en especial el Gral. Obregón, no estaba de acuerdo en el contenido de la nueva Constitución puesto que él permanecía como liberal puro. Pero ese era el entorno en el que ahora yo me desarrollaba como encargado del despacho en la Secretaria de Gobernación. Lo interrumpo de nuevo. Pero tío, ¿como alguien de solo 29 años de edad se le daba esa grave responsabilidad en una época tan difícil? Pues mira hijo me revira, en aquellos años difíciles los hombres debíamos madurar a gran velocidad, pues los tiempos lo exigían. El propio Obregón al ocupar la presidencia, solo tenía 40 años de edad y ya cargaba un expediente que pesaba toneladas.

Unos meses después el Presidente de los EU Wilson, convoca a la primera asamblea para constituir la Liga de las Naciones, lo que luego se convertiría en las Naciones Unidas. Aun cuando no se invitó a Mexico argumentando lo caótico de su situación, yo fui comisionado para asistir como observador en la ciudad de Ginebra en Suiza, para lo cual se me dio el titulo de Enviado Extraordinario y Plenipotenciario en misión especial. Fue para mi una gran experiencia y el inicio de mi gran romance con la diplomacia y las relaciones internacionales.

El Presidente de la Huerta luego me permitió trasladarme a la ciudad de Paris en la cual permanecí casi un año. Ahí me inscribí en el Instituto de Derecho Internacional y en la Escuela de Ciencias Económicas y Políticas, lo cual fue para mí un gran despertar. Europa en esos momentos no había sido contaminada con las ideas de Keynes quien en esos momentos, era un economista totalmente desconocido y, el viejo continente a pesar de los estragos de la primera guerra mundial, mantenía una vigorosa corriente liberal. La Escuela de Ciencias Económicas y Políticas era el gran centro intelectual de Europa junto con el London School of Economics and Political Science. Ello cambiaría mi vida de forma radical, puesto que aprendía algo que en Mexico no se le daba importancia; economía.


CONVERSACIONES CON EL TIO GILBERTO IV

REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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Hacía solo unos meses había iniciado esta aventura y la historia de mi país, como yo la conocía, se retorcía en una variedad de contorciones que me causaban una multitud de emociones irreconocibles. Mi formación se había dado alrededor de un colegio católico, cantidades de curas, una prensa amordazada, una Universidad elite como se consideraba el Tecnológico de Monterrey, pero totalmente marchando al ritmo del establecimiento, empresarios pegados a la ubre del gobierno mercantilista y ello, me formaba un paradigma que ahora en unas cuantas reuniones con mi tío se derrumbaba con estruendo. La historia la deberían de escribir los filósofos, escucharía muchos años después, y mi tío sin duda era un gran filósofo.


Sin embargo, antes que filósofo, era un gran abogado y como el mismo librillo de Juan Gonzalez Alpuche que tan bien lo definiera; era un hombre que había dedicado su vida a la defensa del principio de la legalidad. Por ello, como abogado sufría siendo testigo de como el sistema judicial, la ley en nuestro país producto de esa revolución en busca de justicia, se utilizaba para agredir lo que supuestamente debía de proteger. Pero don Gilberto era un abogado quien no solamente defendía la ley, luchaba por que la confección de esa ley, fuera traducida en justicia, y sobre todo, en algo que los revolucionarios del mundo nunca encenderían, promoviera igualdad, pero igualdad ante la ley.

Mi tío había escapado la contaminación cultural e ideológica del resto de los mexicanos, por ese gran amor a la ley y, siendo la Constitución liberal de 1857 la que todavía regia los destinos de Mexico, él no sólo la respetaba, la admiraba intensamente y procuraba apasionadamente su cumplimiento totalmente convencido de su hermoso contenido. Era el primer hombre que yo conociera sobreviviente de esa época de caos revolucionario que, así lo reconocía, como un verdadero caos y afirmaba con fuerza, cómo era que los principios que le dieran vida el movimiento, aun cuando no bien expresados, si con claridad exhibía su estruendoso fracaso.

¿Cómo te fue en la gubernatura tan joven? Le pregunto en esta reunión. Reinicia Don Gilberto; Al minuto que don Adolfo de la Huerta partiera a Mexico, me propuse establecer un marco jurídico para que las elecciones se desarrollaran y a través de un escrito, definía con claridad las garantías a los candidatos de orden en las elecciones, y sobre todo, imparcialidad absoluta de parte de las autoridades. Era pues mi gran oportunidad de ver en acción ese proceso democrático que le daba vida al nuevo país, después de la feroz revolución. Pero al General Calles no le pareció lo que yo como gobernador preparaba y, siendo como antes te lo comentaba, el cacique del estado, inició una serie de hostigamientos como forma de presión para intimidarme, lo cual, como el mismo se daba cuenta con ya gran molestia, no lo lograba. La situación llegaba a ser tan tensa que el presidente Carranza tratando de evitar problemas, restituyó a don Adolfo a la gubernatura.

Sin embargo, se había dado mi primer enfrentamiento con el Gral. Calles y así como Obregón, con visión profética me afirmara el que nuestros caminos se volverían a encontrar, me podía haber dicho lo mismo de Calles, puesto que nuestros caminos no sólo se encontrarían de nuevo, pero nuestras conciencias y humanidades chocarían en momentos históricos y de una gran trascendencia para el país. Fue entonces que decidí abrir un despacho de abogado en Hermosillo, pero de inmediato y para mi sorpresa, el mismo Calles proponía se me permitiera ser candidato para la Procuraduría General de Justicia del estado, para la cual fui electo. Pero como yo no había sido ni siquiera notificado, cuando me informaban de mi triunfo, de inmediato lo decliné pidiendo se anulara la elección, puesto que no reunía los requisitos de ley; tenía solo 25 años, y la ley fijaba edad mínima de 30. El General Calles se molestó mucho y sus gentes me calificaron de reaccionario.

Continuaba yo ejerciendo la profesión en mi despacho, cuando me llegó un asunto el cual involucraba una acusación de asesinato en contra de un Capitán Contreras, quien era jefe de la escolta personal del Gral. Calles. Se le hacia responsable de la muerte de un Sr. Castillo originario de Ures, hombre muy estimado en la comunidad. Con la ley en la mano logré se aprehendiera a este sujeto, pero al enterarse el Gral. Calles, montando en cólera ordenó de inmediato se le liberara y me envió un mensaje en el cual, me advertía que si no abandonaba el estado, sufriría graves consecuencias. En esos momentos, con más claridad veía el que el estado de derecho, más que nunca, se ausentaba en la convivencia de la sociedad y en lugar de un tirano, ahora teníamos muchos en los estados.

El Gral. Eduardo García, hombre limpio y decente, jefe del estado mayor del Gral. Calles, personalmente me visitaba para aconsejarme el que hablara con Calles para aclarar la situación. Era una elegante forma de pedir el que me presentara ante el nuevo monarca del estado, pidiendo clemencia por el pecado de tratar hacer cumplir la ley. Le comuniqué al Gral. Garcia que no tenía ningún asunto que tratar con Calles, puesto que en el estado había tres poderes y el solo representaba uno y, con esa acción, era el propio Calles quien actuaba fuera de la ley. Le repetí al Gral. Garcia con toda claridad, que ya era tiempo de implementar un estado de derecho, que yo no tenía asunto que tratar con Calles y por ningún motivo abandonaría la entidad. La situación llegó a tal grado que mi madre, quien se encontraba en Ures, tuvo que hacer viaje especial y convencerme de salir del estado.


Ante los ruegos de mi madre tuve que iniciar mi retirada, pero ya con una gran preocupación: En Mexico se gestaba un nuevo caciquismo aun más peligroso que el que hubiera ejercido Porfirio Diaz con mano de hierro durante más de 30 años. Me daba cuenta que el presidente Carranza no podía tampoco controlar el famoso tigre que don Porfirio le había advertido a Madero lo devoraría. Supuestamente con la salida de don Porfirio, la etapa violenta de la revolución estaba terminada y era hora de la reconstrucción, pero ahora veía con claridad la multitud de fuerzas que se preparaban para un enfrentamiento, por el ahora huérfano poder por todo demandado. Me trasladé entonces a la ciudad de Mexico con la idea de denunciar los actos de Calles en Sonora, pero me encontré con la sorpresa de que nadie me recibía, incluyendo el mismo presidente Carranza a quien conocía bien.

Wednesday, December 21, 2016

¿Beltrones supply-sider?



“VALE LA PENA ANALIZAR CON SERIEDAD LA PROPUESTA DE BELTRONES TENDIENTE A ESTIMULAR LA OFERTA NACIONAL Y AUMENTAR LOS INGRESOS DEL GOBIERNO.”

RICARDO VALENZUELA
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Una vez más el proyecto de reformas que tanto urge al país, parece condenado al archivo de un congreso de irresponsables que durante los últimos 10 años han mantenido secuestrada la patria. Todas son prioritarias pero tal vez la más importante es la fiscal. ¿Por dónde nos vamos?
El senador Beltrones se ha sumergido en la problemática fiscal que tiene a México postrado y ha presentado una interesante propuesta que se asemeja a el Supply—Side de la era Reaganesca. Vale la pena analizar con seriedad esta propuesta tendiente a estimular la oferta nacional y aumentar los ingresos del gobierno ¿Qué es eso?




A mediados de los años 70 los EU transitaban por una oscura pesadilla. Los economistas se rascaban la cabeza al observar que las recetas tradicionales ya no respondían.
En los primeros seis años de la administración Nixon, habían inyectado al paciente todos los antibióticos que los Doctores económicos de Cambridge y Harvard tenían a su disposición. Sin embargo, los signos vitales seguían deteriorándose. El FED emitía dinero de más y luego de menos. Nixon se convertía en Keynesiano e instalaba un presupuesto para promover “empleo total.” Los déficits del presupuesto se provocaban a propósito y también por accidente. La curva de Phillips, ese “maravilloso instrumento” que los políticos utilizaban para establecer un balance entre desempleo e inflación al mismo tiempo que “entonaban” la economía, era establecida en los libros de texto.
El dólar se devaluaba y se cerraba la ventana del oro. A los japoneses y alemanes se les consideraba tercos y, lo peor, demasiado eficientes. El dólar se devaluaba de nuevo, luego se echaba a flotar. Los precios y salarios se congelaban. Al final de todos esos tratamientos, muchos se preguntaban si el paciente no estaría más enfermo de lo que se había considerado, o si la medicina aplicada lo estaba matando. Los Doctores económicos ahora argumentaban el que a su medicina no se la había dado tiempo suficiente para que hiciera efecto—además el paciente ya estaba envenenado con tantas otras medicinas.
En medio de ese desorden una publicación en 1975 reportaba: “Ante la confusión de nuestros Doctores económicos, sería saludable el buscar una segunda opinión. Buscaremos alguien cuyo diagnostico no tenga implicaciones políticas. Hay dos expertos en estos momentos; Robert Mundell, un canadiense profesor en la Universidad de Columbia, y Arthur Laffer profesor de la Universidad de Chicago”. Durante los últimos años estos dos economistas habían iniciado una revolución copérnica en el mundo de la política económica. Con el paso del tiempo se identificarían como los padres del Supply—Side, y Mundell ganaría el premio Nobel de economía en 1999.
La visión de ellos, aun en esos años de 1975, se inicia con una de sus afirmaciones favoritas: “La única economía cerrada hoy día, es la economía mundial.” La mayoría de economistas piensan que las economías nacionales pueden ser independientes de las del resto del mundo. Hoy día nos damos cuenta de que las economías, y especialmente la de México, son afectadas por miles de eventos internacionales; ej. Si devaluamos, vendemos nuestros productos más baratos, por lo mismo, nuestra capacidad de compra (importaciones) se nos reduce dramáticamente.
Laffer y Mundell gritaban a los cuatro vientos lo diabólico de las devaluaciones. Las devaluaciones nunca han promovido el aumento de las exportaciones y solamente provoca inflación en el país devaluador. Laffer y Mundell afirmaban que el mundo sería un lugar más vivible con un sistema designado para mantener los tipos de cambio de todas las monedas del mundo fijos. De esa forma el mundo tendría una moneda común. Los intereses, precios e inflación sería la misma en todas partes.  
“Se puede expandir el PIB no estimulando la demanda, sino dando incentivos a la oferta. El instrumento más efectivo que tienen los gobiernos para cambiar los incentivos de los actores económicos es el sistema impositivo” afirmaban. Hay un intercambio macroeconómico entre trabajo y descanso. Una hora extra de trabajo es balanceada contra una hora de descanso; al margen, un impuesto al producto del trabajo cambia los precios en favor de la holganza. Así es que si se reducen los impuestos se incrementará el trabajo productivo adicional, más producción, más demanda agregada y más prosperidad.
La teoría Supply—Side tiene su origen en la famosa ley de Say: “La oferta crea su propia demanda. Los fabricantes pagan a sus trabajadores para manufacturar sus productos, los trabajadores usan sus salarios para adquirir esos productos. Los ahorradores prestan su dinero a los inversionistas que construyen las fábricas, las utilidades que producen las fábricas van a pagar el capital e interés. Precios más altos demandarán más productos, salarios altos demandará más trabajadores, y altos rendimientos demandará más inversiones. A menos de que el gobierno intervenga, por ejemplo fijando precios, los mercados aclararán los caminos y todo mundo estará feliz y satisfecho al lograr sus objetivos.”  
Al reducir los impuestos hay más incentivos para trabajar y producir, el consumidor con más dinero en su bolsillo demanda más, las empresas con dicha reducción tendrán más dinero en sus tesorerías para contratar más gente, hacer las inversiones requeridas y enfrentar esa nueva demanda, producir más, al haber más producción y más gente trabajando, la base impositiva es más alta, los gobiernos reciben más impuestos aun cuando sus tasas sean más bajas.
Laffer afirmaba; “un impuesto de cero obviamente no produce ingreso para el estado, mientras que un impuesto de 100% mataría las actividades económicas produciendo al igual cero ingresos para el estado”. El pensaba, debe haber una curva que conecte ambos extremos y la curva debe de tener su punto alto en alguna parte de su comportamiento. Es decir, llega un momento en el cual el incrementar las tasas impositivas reduce la actividad económica y, como es obvio, los ingresos del estado. Viceversa, en reducir impuestos en un momento dado, aumenta la actividad económica y, aunque las tasas sean menores, aumenta los ingresos del estado.
De las ideas de esos dos hombres nació la teoría económica que revolucionaría el desarrollo de los EU. El libre mercado combinado con Supply–Side de Ronald Reagan, dictarían la pauta a seguir en el manejo económico de la nación más poderosa sobre la tierra en la década de los 80s, sentando las bases para el increíble desarrollo y prosperidad que vivió durante los siguientes veinte años, y que en estos momentos se derrumba.
Tal vez Beltrones tenga la fórmula mágica para darle al país una bocanada de aire. Es una pena que los otros aspirantes a la gran silla, al estilo clásico de la política mexicana, se la estén saboteando.

Thursday, December 15, 2016

La otra historia de México (II)





“Durante siglos hemos odiado a los gringos porque nos “oprimen y nos esclavizan.” Pero opresor y oprimido son igualmente culpables cuando en su ignorancia cooperan, y aunque parezca se agraden uno al otro, en realidad se agraden a si mismos.”
RICARDO VALENZUELA
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Hacia finales de los años 50, transitando de la niñez a mi adolescencia y con el arribo de la televisión, en un viaje a California que hice con mis padres quedé profundamente impresionado frente mi primer contacto con esa maravillosa tecnología. Estando hospedados en un hotel en Pasadera, al encender mi padre el mágico aparato se abría ante mis ojos una ventana hacía un mundo desconocido.

Cuando, sin salir de mi asombro, disfrutaba un programa de Roy Rodgers, mi padre bruscamente lo interrumpe cambiando de canal cuando expresaba su deseo de enterarse, a través de un programa noticioso, de ciertos acontecimientos internacionales. Segundos después, iniciaba el primer programa televisivo de noticias que yo atestiguara en mi hasta entonces corta vida.

 
Aparece un hombre regordete luciendo algo inusual en los gringos de aquella era, un fino y recortado bigote. Años después me enteraría era el legendario Walter Cronkite. El regordete individuo, inicia su perorata y observo entonces cómo mi padre endurece su semblante. Obviamente yo no entendía una sola palabra y me invadía ya el aburrimiento, cuando el hombre desaparece de la pantalla para ceder su lugar a unas violentas escenas que me provocaron pensar se trataba de una película de guerra.

El dantesco panorama mostraba un auto transitando por una bella avenida cuando una enloquecida multitud, inicia un ataque barbárico en una primera ola de atilas armados con piedras. Emergía luego la segunda columna armados con largos y gruesos garrotes que, a pesar de la presencia de algunos uniformados protegiendo el automóvil, rompiendo el cerco llegaban a su objetivo para golpearlo salvajemente. Trato de preguntar a mi padre el significado del evento, pero me ordena guardar silencio para no perder su concentración.

En esos momentos entendí no se trataba de una película, eran escenas reales y es cuando mi mente, casi de niño, empieza a captarlas con otra dimensión. No entendía el que esa multitud ante mi vista, utilizando impresionantes tácticas, se aferraran a su cometido para destruir el auto y, como lo interpretaba, procederían luego al linchamiento de sus ocupantes. Sin embargo, para mí lo más impresionante era, cortesía del novedoso aparato, observar el enfermizo odio en los rostros de aquella masa que, más que seres humanos, semejaban una manada de lobos hambrientos.

Al finalizar el noticiero, mi padre, al ver el desconcierto en mi rostro, procede a interpretarme lo sucedido. Se trataba de una visita a Sur América del Vicepresidente de los EU, Richard Nixon, en la cual había sido victima de esos feroces ataques que por poco le cuestan la vida. Completamente perdido le pregunto a mi padre ¿Por qué? El, tal vez considerando mi edad, esgrime una serie de vagos argumentos que no pude entender. Pero, sin entender el origen, hubo algo que si capté y me quedó muy claro: Los Latinoamericanos odian a los gringos. Esa noche tuve pesadillas.

El otro día, como repitiendo la escena de aquellos años 50, enciendo mi TV para enterarme del acontecer mundial. Inicia el noticiero para, una vez mas, transportarme a una escena gorilezcade Latino América, pero ahora provocada por la visita del Presidente Bush. En esos momentos me invade una rara sensación. Sentí que, después de atestiguar aquel ataque en mi primer encuentro con la TV, me hubiera sumergido en un profundo sueño y al despertar, atestiguaba el segundo capitulo de las salvajes agresiones sucedidas aquel lejano día de los 50s.

Miraba las mismas multitudes portando piedras, palos y, la novedad, con el pasamontañas de Marcos blandiendo, con más devoción que la de un santo, la imagen del Che Guevara. Pero luego procedía a sacudir bruscamente la cabeza y asegurarme no era la continuación de la misma pesadilla sufrida aquel lejano día de los 50s, pero no, era realidad.

Han transcurrido muchos años de aquel evento en el cual Nixon fuera casi linchado por las masas de América Latina. Yo pregunto ¿Qué ha sucedido o no, para que ese odio permanezca en nuestros corazones? No esperaría mucho por la respuesta pues me la servía un amigo sudamericano que me visitaba y, ante mi interrogante, su argumento se elevaba casi a lo científico cuando me dice: “Es que los gringos son unos hijos de la chingada.” OK le reviro, pero ahora explícame por qué y te pido un favor, centremos nuestra discusión sólo en América Latina y los últimos 30 años. En ese momento terminó el debate.

Mucha gente me acusa de ser gringófiloo, como diría Chávez, cachorro del imperio. Pero yo siempre rechazo la etiqueta puesto que hay infinidad de cosas que no me gustan de EU. Sin embargo, a mi no me invade ese odio enfermizo para cegarme y me impida mirar y admirar su increíble historia. Como economista liberal, no puedo más que admirar un país que naciera hace sólo 200 años para, en menos de cien, convertirse en el más rico y poderoso del mundo.

He terminado la lectura del excelente libro de Catón, y me da pistas por demás interesantes. Siendo Armando Fuentes uno de los verdaderos intelectuales de México, a través de casi 700 páginas de su obra, no logra ocultar su gran antipatía para los yankees—como él los etiqueta. Pero lo interesante de su actitud es que, casi forzado y sin pretenderlo, los describe como los inventores de la modernidad cuando, remando contra la corriente mundial, construyeran un país que no es una democracia (cuidado), sino una federación. Después la armarían con mercados libres para, en los siguientes cien años, crear más riqueza que la acumulada en los casi 2,000 anteriores de la era cristiana.

Catón, inclusive, identifica como una de las causas del fracaso imperial de Maximiliano, el que el mismo emperador portaba credenciales de un liberalismo más puro que el de Juárez. Maximiliano, observando a los EU, pretendía establecer una monarquía parlamentaria operando bajo los mercados libres. Ello le valió el odio de los conservadores, el de la realeza europea, de Napoleón III de Francia y, en especial, el del Papa Pío IX quien llegó a punto de excomulgarlo.

Durante siglos hemos odiado a los gringos porque nos “oprimen y nos esclavizan.” Pero opresor y oprimido son igualmente culpables cuando en su ignorancia cooperan, y aunque parezca se agraden uno al otro, en realidad se agraden a si mismos. Solamente aquellos pueblos que conquistan esa debilidad de no asumir papeles de uno u otro bando, no pertenecen al rango de opresores ni oprimidos… Son pueblos libres.

Friday, December 2, 2016

Dime con quién andas

REFLEXIONES LIBERTARIAS
Ricardo Valenzuela
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Después de una pugilística campaña y una sorpresiva elección, los EU se han visto envueltos en una dramática y violenta post elección. Cuando Donald Trump, en contra de todos los pronósticos emergiera victorioso en una contienda en la cual, de forma clara y constitucional, el pueblo de los EU lo eligiera como el presidente #45, se iniciaba lo que se ha convertido una revolución de los que, cuando pierden tratan de arrebatar. Se ha llegado hasta el recuento de votos, todo ello promovido y financiado por esa mano que mueve la cuna, y con la otra firma los abultados cheques de los rebeldes.



Los inconformes, de forma violenta se han lanzado a las calles para protestar el resultado de un proceso político llevado a cabo con toda legalidad, y aceptado por los contendientes. Jamás se había atestiguado algo así en el país de la moderna república. Un movimiento que pareciera inspirado con las tácticas de nuestro estadista, El Peje, los macheteros de Atenco, o el sindicato de maestros que, a base de violencia, pretenden establecer sus propias reglas y sus impunes conductas.

Ahora, a quienes siendo mexicanos de alguna forma apoyamos a Trump, nos ha llegado la furia de Moctezuma, Cuauhtémoc, Calzonzín, quienes, ante su victoria, nos arremeten surtiendo etiquetas que van desde, enemigos del estado, traidores, vende patrias, hasta, en el caso mío, vergüenza para amigos y parientes, rechazo de mis amigos libertarios. He sido llamado clasista, racista, libertario light, anti libertario, para aterrizar como Lord Trump. Realmente me sorprende la furia y el odio con lo que los mexicanos se han lanzado a la yugular de Donald Trump. No entiendo esa actitud de mexicanos al grito de guerra, envueltos en la bandera atacando con fiereza a enemigos imaginarios, como los del loco Vidal de Sahuaripa.

Por última vez voy a tocar este tema para  confesar algo que, ante los ataques, había emitido para no alborotar aún más la bitachera. Yo conocí a Donald Trump en Tucson, Arizona en 1994, a través de mi buen amigo Gary Triano, un exitoso desarrollador inmobiliario, y famoso por su muerte en la explosión de una bomba colocada en su auto. Por ese crimen, su ex esposa, Pamela Philips, paga una condena de cadena perpetua.

Asistí a una reunión en casa de Triano, con Trump y las esposas de ambos en esa época. Tuve la oportunidad de platicar con él y quedé impresionado por su sencillez, su inteligencia y profundo conocimiento de muchos temas. En los años siguientes, lo vi de nuevo en la ciudad de Nueva York, en un interesante evento de Polyconomics, firma de asesoría económica y financiera, en donde sería expositor. La participación de Trump fue brillante y con ella se identificaba como Supply-Sider. Desde entonces ya hablaba de la pesada ancla colgada al cuello de  empresas y personas, representada por las abusivas cargas impositivas de EU, y cómo debían eliminarse.

Unos días antes de la elección, tuvo una concentración en Phoenix a la cual fui invitado y, aun con dudas, decidí asistir. Al terminar el evento masivo, un grupo pequeño nos reunimos con él. Aparecía un Trump totalmente diferente al rijoso de la campaña, sonriente, sin levantar la voz, sin amenazar. Platicamos extensamente sobre los temas que preocupan en estos momentos. El manejo de su parte, aun con desacuerdos, me pareció lógico, práctico y realista. Especialmente la forma en que expuso sus planes para atacar el grave problema de la deuda.

Al estar manejando de regreso a Tucson, todavía con algunas dudas, decidí darle mi voto. Tal vez, como afirman mis ex amigos, me haya equivocado, pero jamás hubiera votado la mafia de los Clinton, pues además yo siempre estuve en sintonía con Doug Casey, un gran libertario y multimillonario inversionista que afirmaba:
                                                               
‘Sí, él dice muchas pendejadas, pero todos los políticos las dicen. Le estoy apostando a Trump en esta elección. No es mi candidato ideal, pero por mucho es la mejor alternativa que tenemos”.

En el caso de los violentos protestadores en EU, es bien sabido tal movimiento tiene sus maestros titiriteros que manejan los hilos de esas marionetas, pero ahora acompañados de un elemento muy alarmante. Su conducta es reflejo de la educación impartida durante muchos años en las escuelas públicas. En cierto momento, los educadores socialistas, que son mayoría, decidieron la competencia era mala, en especial para los perdedores. Procedieron entonces a implementar encuentros sin perdedores, ni ganadores. Es decir, cualquier tipo de competencia se manipula para que, en cierto momento, el resultado sea empate, así ambos participantes reciben su trofeo de ganadores.

A esa generación se les estableció un programa de: “Pase lo que pase, yo no pierdo, pues alguien me tiene que emparejar, y si no lo hacen, chillo, protesto y luego destruyo”. Ahora, si mezclamos esa poción con otra aún más venenosa, servida en la segunda etapa de su educación socialista en las universidades, tendremos una letal combinación traducida en oleadas de kamikazes reclamando su trofeo, pues a ellos les aseguraron jamás enfrentarían la derrota. Es decir, saben que perdieron, pero aun así reclaman su trofeo y salen a destrozar.

Pero la actitud de linchamiento asumida por los mexicanos, realmente no la puedo entender, y con voceros como Fox, creo nunca lo podré hacer. Condenan a Trump a priori. Es decir, lo condenan por lo que piensan hará, no por lo que ha hecho. Sin embargo, en estos momentos veo expresar miles de condolencias por la muerte de un tirano asesino como fue Fidel Castro, siendo que, si abrimos su expediente encontramos barbaridades, “que hizo,” para condenarlo mil veces. Pero el senado mexicano le hace un homenaje póstumo, sazonado con bellas odas. La Habana revienta con la presencia de “líderes mundiales” que, con lágrimas en los ojos, acuden para venerarlo y llorar su irreparable pérdida.

La condena de Trump, me hace recordar una película de ciencia ficción en la cual, una avanzada sociedad había ya adquirido la tecnología para asomarse al futuro, y de esa forma podían detectar los potenciales criminales así, en el futuro. Procedían entonces a su arresto, antes de cometerse el crimen, para luego ser enviados a inmundas prisiones por el resto de sus vidas. Trump es el gran negociador, y su libro lo confirma. El buen negociador primero pinta su raya, estilo Roberto Duran. Antes de su pelea con Sugar Ray Leonard, al momento del pesaje lo insultó, luego pasó a insultar a su esposa de forma soez. Ahí, como afirmaba Sun Tzu, la pelea estaba ganada antes de iniciarla.


Si los mexicanos canalizáramos esos odios contra quienes “ya cometieron sus delitos”, se resolverían muchos problemas. Si mis paisanos apuntan sus odios contra los responsables de la miseria y pobreza en que se encuentra el país, contra los bandidos que han saqueado las arcas públicas, contra los verdaderos dueños del narco, y por un instante abandonan esa histeria por lo que “dijo Trump hará”, tal vez su panorama ya no será tan apocalíptico.

Sunday, October 23, 2016

El Ejecutivo soborna al Legislativo

Por: Francisco Martín Moreno

En muchas ocasiones hemos sabido de jueces o gobernadores o secretarios de Estado y hasta de presidentes de la República, que reciben sobornos de personas físicas o morales, en particular, de famosos constructores de obras públicas, sí, ni hablar; también hemos oído de casos sonados que delatan los cohechos exigidos por los jefes de compras de empresas privadas a cambio de conceder jugosos pedidos o suscribir apetitosos contratos por diferentes conceptos. La putrefacción la encontramos en cada milímetro del organismo social y político devorado por gusanos que,gozosos, parecen disputarse la carroña.


Lo que no habíamos escuchado, al menos no de forma tan pública y cínica, todo un atentado en contra de la dañadísima moral pública, es el hecho inadmisible que un poder de la federación haya sobornado a otro, como aconteció en días pasados cuando la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (todavía a cargo de Videgaray, según tengo entendido) cohechó a los 500 diputados del supuestamente “Honorable” –nada de honorable- Congreso de la Unión que ni es Congreso porque no representa a los ciudadanos ni lo es de la Unión, porque está integrado por los incondicionales de los partidos políticos que defienden sus intereses, mas no los de la sociedad.
¿Otro ejemplo? ¿Qué tal los plurinominales por los que nadie votó y, sin embargo, no sólo cobran suculentas dietas tan elevadas como injustificables, sino que todavía venden al mejor postor su causa, en este caso al Poder Ejecutivo, en abierta traición política a la institución republicana? ¡Se busca a un solo liberal mexicano del siglo XIX! ¿Dónde está un Juárez, un Melchor Ocampo, un Guillermo Prieto, un Ponciano Arriaga, un Ignacio Ramírez, titulares de un concepto del honor, por lo visto, desaparecido en el México moderno, en donde se subasta hasta la dignidad…?
La Secretaria de Hacienda, encargada de administrar, entre otros menesteres, el ahorro público propiedad de todos los mexicanos, la entidad que persigue a los contribuyentes omisos o incumplidos para obligarlos a pagar sus impuestos que una vez recaudados deben tener un destino transparente y eficiente, pues bien, esta institución antes respetable, entregó a cada diputado federal la cantidad inaceptable de 20 millones de pesos para aprobar, obviamente al vapor, en insultante fast track, el presupuesto federal de egresos del próximo año, 2017. No haga cuentas, querido lector, el Ejecutivo sobornó al Legislativo mordiéndolo con la entrega de 10 mil millones pesos, entre los cuales se encuentran los impuestos que usted pagó de buena fe y de mala gana.
¿Razones y justificaciones? La escandalosa mordida se entregó para que dichos “representantes” de la sociedad pudieran cumplir sus compromisos de campaña, con lo cual se declara la inutilidad de las autoridades municipales y estatales para ejecutar obras públicas, entre otros objetivos. Además, ¿cuáles promesas de campaña cuando los plurinominales no pudieron prometer nada porque no hicieron campaña….? ¡Cuentos políticos! Nada de que existirá un fondo para controlar el destino de los dineros de la nación, no recurramos a eufemismos: se trata de un vulgar cohecho, de un grosero soborno del gobierno federal al Poder Legislativo, una vergüenza, un nuevo atentado, en fin, otro pedazo de leña seca tirado irresponsablemente a la hoguera para encender al México Bronco… Franz Kafka no tenía imaginación

Friday, October 14, 2016

¡Más tigres de Don Porfirio!




“La violencia que ha venido azotando al país los últimos años, nos hace pensar el México bronco de la revolución ha regresado pero ahora los nuevos combatientes son bestias que asombran al mundo entero por su crueldad.”


“Degradación precede a cada sistema autocrático de violencia, porque violencia inevitablemente atrae seres inferiores e inmorales. La historia nos enseña que los crueles tiranos son precedidos por canallas.” Albert Einstein
Ricardo Valenzuela
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La violencia que ha venido azotando al país los últimos años, nos hace pensar el México bronco de la revolución ha regresado pero ahora, en lugar de los dorados de Villa o los yaquis de Obregón, los nuevos combatientes son bestias que asombran al mundo entero por su crueldad.
En abril de 1920, bajo el liderazgo de Álvaro Obregón, los generales sonorenses acudían a la ciudad de Agua Prieta en algo que presagiaba el tercer estallido de la revolución. Ellos plasmarían los motivos y objetivos de la convocatoria en la que emergiera “El Plan de Agua Prieta.” El documento apoyado por la mayoría del pueblo y el ejército, quedaba también reconocido por el Congreso de la Unión. El ejército Liberal Constitucionalista marchaba a la ciudad de México determinando así la caída del régimen de Carranza, y de la Huerta fuera designado Presidente Provisional de la Republica.



El Plan de Agua Prieta cargaba antecedentes poco conocidos cuando, ante el anuncio de una candidatura de Obregón apoyado por los “clubes liberales de Sonora”, Carranza reaccionara amenazando al gobernador de la Huerta con enviar al ejército, si no secundaban la política del centro.
Carranza ordenaba al General Diéguez marchar contra Sonora. Estando de la Huerta postrado por una enfermedad, Gilberto Valenzuela, como presidente del Congreso, enviaba una misiva al Ejecutivo federal  señalando no había motivo para la agresión en contra de un estado en paz, dentro de un régimen legalmente constituido y representaba un ataque a su soberanía ante lo cual, los sonorenses advertían de las consecuencias.
La respuesta llegaba ratificando la carga militar. Valenzuela procedía a redactar “El Plan Hermosillo” del cual alguien informaba al general Calles. El General convocó una reunión incluyendo a don Gilberto solicitándole una copia del documento. Calles lo avalaba e informando a Obregón, partían a la frontera en donde se publicaba como el Plan de Agua Prieta.
Durante los siguientes casi 15 años, México sería dominado por lo que se llegó a conocer como la hegemonía sonorense. Serían también de enfrentamientos por el poder entre Obregón y Calles.
Obregón asumía la presidencia en diciembre y a partir de esos momentos, se inician las diferencias entre los dos caudillos puesto que, Obregón de pensamiento liberal, chocaba con Calles cuya religión era el poder absoluto, la clase de poder que corrompe absolutamente. Gilberto Valenzuela fungiría como Secretario de Gobernación para después, a su solicitud, pasar a ocupar la embajada en Bélgica.
En 1924 Calles escalaba la presidencia y, a pesar de sus añejas diferencias, invita Valenzuela a ocupar de nuevo la Secretaría de Gobernación. Pero el inflexible abogado, como en Sonora, de inmediato tuvo enfrentamientos con el Presidente lo que desemboca en su renuncia luego de un enfrentamiento con Calles.
Era ya 1929 y Gilberto Valenzuela, ahora embajador en Londres, libraba una lucha interior ante carta de Obregón notificándole de nuevo su candidatura e invitándolo a su cruzada. Los mandatos constitucionales ratificados en el Plan de Agua Prieta, no reelección, chocaban ferozmente con los argumentos de Obregón para detener a Calles. Sin embargo, su lucha finalizaba cuando recibe la noticia del asesinato de Obregón.
Don Gilberto regresaba a México para sostener una histórica reunión con Calles. Este le dictaba el futuro del país al notificarle la formación del PNR, y le informa de una “fuerte corriente” que lo favorecía como posible candidato a la presidencia. Don Gilberto, recordándole el contenido del Plan de Agua Prieta, rehúsa la invitación e inclusive, ser miembro del partido. Él y Vasconcelos, discípulos liberales de Obregón, lanzan desde Sonora sus candidaturas independientes las que, desenlazan con el exilio de ambos perseguidos por Calles.
El Callismo, enraizado desde 1924, se convertía en el Maximato y su arquitecto, tejiendo una red para controlar la naciente sociedad civil, aprisionaba al país con el nuevo manto revolucionario que luego le diera vida a otro aborto: el PRI. Callismo y priismo se mezclaban en un pestilente brebaje que intoxicaba a México y se enraizarían como estafiate sin permitir el nacimiento de la buena hierba. La violencia revolucionaria cedía para darle paso a la violencia de la narco política.
No sería hasta que otro grupo de norteños, encabezados por Manuel Clouthier, bajo una nueva carga liberadora expulsara a los modernos Callistas de los palacios del poder. Pero el fantasma de Calles le cargaba a México una cruz como feroz infección inmune a los modernos antibióticos. El triunfo de esa rebelión provocando el júbilo de los mexicanos, ante un presidente inmovilizado y un congreso de saboteadores, se convirtió en un amargo brebaje de frustración, decepción y de nuevo desesperanza.
Ese virus nos ha servido a Montiel, Moreira, Hank Rhon y agregados. Ahora el nuevo síntoma, señalando su resistencia y gravedad, se manifiesta asesinando vilmente a los ciudadanos y la matanza de estudiantes en Guerrero, nos muestra el verdadero rostro de un PRI que no ha mutado y regresa a su pasado. El virus ha llegado al cerebro del paciente y lo devela el comunicado de los cínicos e ignorantes líderes políticos tratando de explicar lo “inexplicable.”
El virus es tan grave que aniquiló a los tibios panistas cuando se les ofreciera el poder y los ha mostrado como lo que son, los clásicos políticos mexicanos. Pero aun encontrando antibiótico que lo combata, me temo sea tarde pues sus efectos permanentes no permitirán la total recuperación del paciente condenándolo a un estado de eterna incapacitación, como hace años el horroroso virus de la poliomielitis postraba sus víctimas a una vida de dolorosas desventajas.
Después de diez años luciendo democracia ¿Qué pasa en México? Las elecciones que encumbraron a Peña Nieto nos dibujan un panorama tipo Fellini: El masoquismo de los mexicanos que, aun después de 70 años de vejaciones, como las resignadas mujeres golpeadas recalan extrañando las madrizas y afirmando: “mátame si quieres pero no me dejes nunca jamás.” Si los autores del Plan de Agua Prieta pudieran observar el estado del país, sin duda exclamarían: “Estuvimos arando en el mar,” cuando el tigre de Porfirio Díaz se acomoda la servilleta en el cuello para devorarnos.

Wednesday, October 5, 2016

Trump no es la causa de la devaluación

En el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto el peso mexicano se ha devaluado ante el dólar alrededor de 50 por ciento. En menos de cuatro años perdió mucho más valor que en los 12 años de los dos gobiernos panistas (37 por ciento). Pero el problema más grave es que en casi cuatro años el gobierno no aceptó la verdadera causa de la devaluación del peso ni puso en práctica medidas estructurales suficientes para frenarla.

Siempre encuentra un 'chivo expiatorio' externo para culparlo de la devaluación. Al principio señaló la baja del precio del petróleo, que también le sirvió de excusa para elevar impuestos, que se tradujeron en un menor crecimiento y una baja del nivel de vida de la clase media. De 2013 a 2016 el actual gobierno tuvo más ingresos petroleros que Calderón en sus primeros cuatro años.

Han culpado del fortalecimiento del dólar al aumento de tasas en Estados Unidos, al bajo crecimiento en China, a la salida del Reino Unido de la Comunidad Europea y, por último, a la posibilidad de que Donald Trump gane las elecciones para presidente de la Unión Americana. Todos esos factores influyen, pero no son la causa primera y más importante de la devaluación del peso. Podrían no habernos impactado negativamente si las autoridades hacendarias hubieran adoptado una posición responsable en el gasto, el déficit y la deuda en los primeros cuatro años de gobierno. Tuvieron las herramientas para lograrlo pero no lo hicieron.

El debilitamiento del marco macroeconómico al ejercer un gasto desordenado y excesivo, por arriba del aprobado por el Congreso, que incrementó el déficit presupuestal y un endeudamiento que se duplicó en cuatro años, son las verdaderas y más importantes causas de la devaluación.

El triunfo o la derrota de Donald Trump no definirá el futuro del peso ni de la economía mexicana, sino la adopción urgente de un programa gubernamental que reduzca el gasto, el déficit, los impuestos y la deuda a niveles que creen las condiciones para una mayor inversión privada nacional y extranjera y restablezcan la confianza en calificadoras internacionales de que vamos por el camino correcto. Hasta ahora los recortes y ajustes programados no generan las expectativas de lograrlo.

Con la misma desigualdad que en la Nueva España

“México es el país de la desigualdad. Acaso en ninguna parte la hay más espantosa en la distribución de fortuna, civilización, cultivo de la tierra y población”.

Alexander von Humboldt, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, 1811.
El país de la desigualdad. Así se refirió Humboldt a México después de su vista a la Nueva España a principios del siglo XIX. Mucho ha cambiado. Y al mismo tiempo, poco. El informe sobre Desarrollo Humano en México para 2016, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, enfocado en desigualdad y movilidad social, nos da información alentadora desde cierta perspectiva, pero devastadora al compararnos frente a los demás países e incluso dentro de nuestro mismo país.

La desigualdad es un tema que preocupa en México. El coeficiente de Gini, índice que va de 0 a 1 y que indica mayor desigualdad conforme se acerca a 1, es 0.494 para México antes de impuestos y transferencias. Nos encontramos en el lugar 30 de los 34 países de la OCDE. Alemania, Portugal e Italia son más desiguales. Para corregir estas desigualdades, los países tienen a la mano herramientas de política pública como los impuestos y transferencias que, si se usan de forma correcta y eficiente, pueden ayudar significativamente a disminuir la brecha entre los sectores con mayores ingresos y los de menores.

Si la política fiscal es eficiente en este ámbito, es decir, si los impuestos se aplican de forma adecuada y progresiva y las transferencias sirven para el propósito para el cual han sido diseñadas, entonces esperaríamos que el índice de Gini bajara después de la implementación de ambas herramientas. Eso sucede con Alemania, Portugal e Italia. En México también sucede, pero en una menor proporción. Tan es así, que después de impuestos y transferencias, México se vuelve el país más desigual entre los miembros de la OCDE.

Así es la eficiencia y la eficacia de nuestras políticas de redistribución de la riqueza.

En el estudio mencionado se alude a la desigualdad y a la movilidad social en conjunto para analizar si hay correlación entre ambas. En términos generales, sí existe esa correlación; entre mayor sea la desigualdad de origen, menor es la movilidad de las personas –pueden moverse menos de un decil de ingresos a otro– lo que genera, a su vez, más desigualdad. México se encuentra dando vueltas en ese círculo vicioso.

Pero han habido avances y es importante mencionarlo. En términos absolutos, ha mejorado el desarrollo de los mexicanos. El Índice de Desarrollo Humano ha mejorado en el tiempo. Han habido logros importantes en salud y en educación. Ha habido movilidad 'bsoluta', es decir, la expectativa de vida ha aumentado y han aumentado los años de estudio promedio de la población. El impacto del sector salud ha sido mayor. Pero la buena noticia tiene un aspecto contrastante. Si bien han habido mejoras y se vive más, conforme se avanza en edad se vive peor. La desigualdad aumenta en la medida en la que la población va envejeciendo.

El otro componente del Índice de Desarrollo Humano es el ingreso. El avance económico del país a lo largo del tiempo no ha contribuido a la disminución de la desigualdad. Por el contrario, ha sido el motor de la misma. En este aspecto, el informe señala que el mercado laboral del país replica y fomenta las desigualdades.

El avance ha sido lento si nos comparamos con otras economías. Mientras nosotros caminamos, otros van corriendo. Jamás podremos cerrar esa brecha si no aceleramos el paso. Pero al ver las políticas públicas que seguimos aplicando, no se percibe ningún sentido de urgencia. Seguimos usando programas de transferencias regresivos, no tenemos un padrón confiable de beneficiarios –lo cual repercute en el desperdicio de miles de millones de pesos–. Hablamos mucho de la reforma educativa, pero no del contenido y la calidad de los años de estudio. Se han gastado billones de pesos en el combate a la pobreza y en programas de desarrollo social desde hace décadas y el porcentaje de población en pobreza es prácticamente igual al que teníamos hace 20 años.

Como bien dice el informe, la movilidad de México se observará en la movilidad de los mexicanos. Hoy tenemos la misma desigualdad y probablemente la misma movilidad que teníamos hace siglos cuando éramos la Nueva España. ¿Nos daremos cuenta de la urgencia o seguiremos esperando?

La autora es profesora de economía en el ITAM y directora general de México ¿cómo vamos?

Tuesday, October 4, 2016

Generan mexicanos en EU más que países

El PIB de Chile, Perú y Colombia fueron superados el año pasado por los ingresos totales de los mexicanos radicados en Estados Unidos, los cuales sumaron 563 mil millones de dólares.
Jeanette Leyva
dólar
El ingreso medio total de la población inmigrante de origen mexicano en EU inició un periodo de recuperación en 2011. (Bloomberg)
El ingreso total de la población de origen mexicano (nativos de origen mexicano e inmigrantes) sumó 563 mil millones de dólares en 2015, cifra que supera el PIB de diversos países de Latinoamérica incluyendo a Chile, Colombia y Perú, de Asia, como Hong Kong, Pakistán, Singapur y Malasia y de Europa, como Bélgica, Dinamarca, Noruega, Polonia, Austria y Suecia.

En tanto, el ingreso de los inmigrantes mexicanos (ingreso per cápita multiplicado por el número de inmigrantes) en EU fue de 238 mil 769 millones de dólares en 2015, equivalente a 21 puntos porcentuales del PIB de México, señala el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (Cemla).

“El ingreso medio total de la población inmigrante de origen mexicano en EU inició un periodo de recuperación en 2011 en respuesta a mayores niveles de empleo”, indica un informe del Cemla.

Jesús Cervantes, gerente de Estadísticas Económicas y Foro de Remesas de América Latina y el Caribe del Cemla, dijo que “al comparar para 2015 el ingreso total de la población de origen mexicano en Estados Unidos con los PIB de las principales economías del mundo, todo medido en dólares corrientes, resulta que dicho ingreso sería la economía 21 en el mundo”.

En los últimos años el flujo migratorio mexicano a Estados Unidos se frenó y en 2015 los inmigrantes mexicanos en ese país fueron 11.64 millones de personas, menos que en 2014, cuando sumaron 11.71 millones.

ingresosexternos

Populismo constitucional

Muy decepcionante el Proyecto de Constitución Política de la Ciudad de México que presentó el jefe de Gobierno a la Asamblea Constituyente.

Ante la oportunidad para dotar a la CDMX de un nuevo fundamento jurídico que sea útil y eficaz, pero sobre todo, benéfico para el bienestar de los capitalinos, se entregó una carta retórica de buenos deseos que se convierten en demagogia al ser incumplibles.

Lo primero que preocupa es un intento desmesurado de enlistar derechos de todo tipo: hay desde los más básicos –libertad de expresión, reunión, asociación, educación, salud y vivienda– hasta nuevos nunca vistos en otra constitución local: derechos de las personas trabajadoras no asalariadas, derecho a la ciudad, al espacio público estético, a la democracia, a la buena administración, a una renta básica progresiva, a la memoria, al cuidado del persona, a la protección de los animales y derechos culturales, entre otros.

Bienvenido que haya un derecho al espacio público, pero resulta irrelevante si antes no se garantiza el derecho de acceso a la justicia o de protección de la integridad física. Qué bueno que podamos tener el derecho a la sexualidad plena, como dice el proyecto, pero antes debemos cumplir con niveles de alimentación mínima o un empleo remunerado. Al incluir todos esos derechos sin jerarquizarlos ni contar con un proyecto de factibilidad presupuestaria, se corre el riesgo de cumplirlos a medias o de incumplir algunos que son más básicos que otros.

El problema no sólo es la lista inmensa de derechos, sino que ésta no viene acompañada de una de obligaciones. El proyecto ofrece un mundo ideal, pero exige poco a los ciudadanos. Tratando de cumplir todos sus sueños, estimula un modelo de democracia peticionaria: exijo, pido y demando pero no doy nada a cambio. Es el sustento del paternalismo y de la irresponsabilidad.

La sección de derechos ocupa 30 páginas y 10 mil 800 palabras, aproximadamente. En contraste, la sección de deberes de las personas tiene 206 palabras y apenas ocupa media página. En ningún lugar del documento, por ejemplo, se dice con claridad que los ciudadanos, a cambio de gozar tanto en la capital chilanga, debamos pagar impuestos, como si eso fuera una afrenta al derecho a la felicidad citadina.

Una Constitución debe ser un conjunto de reglas y procedimientos, que ciertamente establezcan una visión de país y de ciudad, pero también de instrumentos jurídicos que permitan caminar hacia ese fin. Aunque la propuesta de Constitución establece las reglas para la organización de la nueva ciudad –alcaldías, concejales, una opción de formato parlamentario en caso de que se opte por gobiernos de coalición, entre otros– no encuentro elementos que sugieran que la nueva estructura de la ciudad sea el cimiento para mejores gobiernos –mejores no en el sentido de prometer sino de funcionar con eficacia, integridad, capacidad, flexibilidad, eso es, que sea una organización moderna, responsable, sensible, alerta y capaz de responder a sus obligaciones.

Los redactores “progresistas” de la Constitución presumen sensibilidad social sin darse cuenta de que prometer sin cumplir conduce al enojo, a la alienación, al descrédito y perjudica a quienes menos tienen. Así se convierte en una Constitución elitista, para presumir progresismo sin darse cuenta que los capitalino demandan derechos y servicios elementales: movilidad, aire fresco, seguridad y empleo. ¿Necesitábamos una nueva Constitución para ello?

Pero además del enojo, la nueva Constitución puede llevar al colapso del sistema jurídico y a la bancarrota financiera. La propuesta establece un mecanismo de exigibilidad y justiciabilidad para la protección efectiva de los derechos. Así, por ejemplo, si alguien no tiene acceso a una renta “digna” podría acudir con un juez quien en 10 días tendría que conminar al gobierno para cumplir su parte. ¿Y qué haría la autoridad para dar respuesta a 10 mil o 100 mil capitalinos que acudan a instancias judiciales porque carecen de esa renta justa, como es el caso hoy no con miles, sino millones de chilangos? (Según el Coneval en la capital del país hay 2.5 millones de personas por debajo de la línea de pobreza y 150 mil en pobreza extrema).

Si alguien desea disfrutar el derecho a la vía pública o a la accesibilidad y movilidad humana podría acudir ante un juez y reclamar que las miles y miles de banquetas rotas de la ciudad impiden el goce de ese derecho. Y el juez daría diez días al alcalde de la zona respectiva para que cambie el pavimento y coloque banquetas nuevas que permitan caminar, convivir y gozar del derecho. ¿Tienen los gobiernos delegacionales y las futuras alcaldías los recursos para tapar hoyos y cambiar pisos?

En una opinión publicada en Milenio, Gabriel Negretto, uno de los mejores teóricos del constitucionalismo, dice que “hacer exigibles derechos que las autoridades administrativas no pueden o no quieren hacer efectivos, tiende a beneficiar a las minorías que gozan de mayores recursos y conexiones para litigar eficazmente”. En ese sentido se trata de una Constitución elitista pues los mejor organizados o los mejor conectados pueden ser los que garanticen que sus derechos sean respetados mientras el resto, la gran mayoría, queda desamparada.

¿Qué derecho es más importante: el de un cibernauta de la colonia Condesa que demanda parques podados y que sus mascotas gocen de servicios de saneamiento adecuados, o bien, el de un habitante de Tláhuac que requiere agua entubada? Todos los derechos son importantes, pero es una irresponsabilidad ofrecer sin dotar antes a la Ciudad de la fortaleza institucional y presupuestaria para cumplirlos. Y para ello no se requería una nueva Constitución.

El enojo del general

Para cualquier secretario de la Defensa, la utilización de calificativos lanzados en lenguas de fuego como “enfermos, insanos, bestias y criminales”, como llamó el general Salvador Cienfuegos a quienes emboscaron a una patrulla en Culiacán este viernes con un saldo de cinco soldados muertos, es inusual. Pero que utilice una retórica tan violenta, tan indignada, tan fuera de proporción al venir de quien viene, el general secretario, lleva a preguntar por qué está tan enojado el jefe de las Fuerzas Armadas. En un año y medio, su estado de ánimo se ha modificado y su lenguaje ha cambiado notoriamente.

El comparativo natural es con el 2 de mayo de 2015, un día después de que criminales derribaran un helicóptero en Jalisco donde murieron ocho militares y una policía federal, cuando el general Cienfuegos habló en un homenaje con lenguaje enérgico pero no desproporcionado. Ese día expresó “nuestro reconocimiento perenne a ellos y nuestro apoyo incondicional para sus padres, esposas e hijos, así como nuestro compromiso absoluto para continuar trabajando sin descanso en la salvaguarda de los buenos mexicanos, siempre respetando la ley y a las personas, y en coordinación estrecha con los entes de gobierno”.

En el homenaje a los soldados emboscados en Sinaloa, el secretario dijo el sábado: “Este artero y cobarde ataque no es sólo una afrenta al Ejército o a las Fuerzas Armadas; es también una afrenta a la naturaleza humana, a la convivencia colectiva, a los principios sociales, a las leyes que nos hemos dado y al Estado de derecho. Nuestros soldados fueron emboscados por otro grupo… de enfermos, insanos, bestias criminales con armas de alto calibre... Seres sin conciencia... sepan que vamos con todo, con la ley en la mano y la fuerza que sea necesaria. Nadie por encima de la ley. Que la fuerza que apliquen tendrá la respuesta que corresponda por parte de la autoridad”.

El fraseo y el tono de los discursos son totalmente diferentes, como si hubieran sido construidos por distintas personas. ¿Qué ha pasado en un año? Muchas cosas. En el campo de la política, el presidente dejó al Ejército desamparado. Por ejemplo, no corrigió al exprocurador Jesús Murillo Karam cuando calificó el enfrentamiento con criminales e inocentes en Tlatlaya en 2014 como “matanza”, y permitió que el entonces subsecretario de Gobernación, Luis Enrique Miranda, ofreciera a los padres y abogados de los normalistas de Ayotzinapa hablar con miembros del Batallón 27 de Infantería y revisar su cuartel en Iguala. Estas dos decisiones, que afectaron el respeto del general al interior del Ejército y con los generales retirados, fueron agotando la paciencia del secretario con el poder civil.

El presidente Peña Nieto pide siempre apoyo para las Fuerzas Armadas, pero donde podía haber probado sus dichos con hechos, no lo hizo. En el Presupuesto de 2017, dejó que la Secretaría de Hacienda las golpeara. Le quitó 45.7 por ciento para adquisición de radares, aviones, helicópteros e instalaciones militares –a la Secretaría de la Marina la dotó con recursos para un Centro de Entrenamiento y un nuevo Sistema de Inteligencia–, y no autorizó compra de nuevo armamento para las Fuerzas Especiales, que tiene 10 años de antigüedad, pese a que en ese campo los criminales cada vez están mejor equipados. Por otra parte, de los 91 proyectos y programas de inversión de las Fuerzas Armadas, sólo le otorgó presupuesto para 14, dentro de los cuales se encuentra el pago del nuevo avión presidencial, que se lleva 70 por ciento de ese recurso.

El maltrato político y presupuestal no reconoce el costo que han tenido que pagar los militares en la guerra contra el narcotráfico. Informes internos de la Secretaría de la Defensa revelan que hasta el primero de agosto de 2016 el total de militares caídos durante los últimos nueve años de combatir al narcotráfico ascendía a 468, de los cuales Tamaulipas, con 113 efectivos caídos, era la entidad donde más violencia habían enfrentado, seguida de Michoacán con 53 y Sinaloa, donde se dio la emboscada del viernes, con 50. De ese total, 43 por ciento cayeron en ataques con armas de fuego y 7.3 por ciento fueron 'ejecutados' por el crimen organizado. La mayor parte de los caídos, el 60 por ciento, eran soldados; el 20 por ciento eran cabos y el 12 por ciento sargentos. Es decir, la tropa que trabaja en las carreteras y montañas del país. El desgaste es mucho. De 2007 a agosto de este año el total de ataques que han sufrido es de tres mil 813.

Si el discurso del general Cienfuegos cambió tan radicalmente en lo retórico en un año, también la reacción táctica. Tras la emboscada del viernes, ordenó un despliegue militar a Sinaloa de envergadura. La noche del mismo viernes llegaron a Culiacán un centenar de miembros del Grupo Aeromóvil de Fuerzas Especiales, los llamados GAFES, que son los comandos de élite del Ejército, para combatir a los responsables del ataque. La reacción del secretario de la Defensa no tiene precedente en lo que va de la administración, y es contraria a la forma como Peña Nieto y su gobierno han reaccionado ante los desafíos criminales, llena de tonos duros pero abundantes en acciones laxas.

El general Cienfuegos se apartó de la racional en Los Pinos, que lo dejó solo, según sugieren sus acciones. Lo que le queda es recuperar el respaldo interno de sus oficiales y de los generales retirados que tanto le criticaron su tibieza ante el poder civil.

Tiempos de pesimismo

El Banco de México publica mensualmente un sondeo realizado entre expertos del sector privado en el cual se pregunta respecto a las expectativas económicas para los siguientes meses y años.

La más reciente se publicó ayer y fue resultado de interrogar a 37 grupos de análisis pertenecientes a intermediarios financieros y empresas de consultoría de México y el extranjero.

Ese sondeo reflejó el nivel de pesimismo que existe entre los expertos.

Una de las interrogantes de la encuesta se refiere a si el clima de los negocios mejorará, empeorará o seguirá igual en los siguientes seis meses.

El 48 por ciento de los entrevistados consideró que empeorará, el 15 por ciento indicó que mejorará y el 36 por ciento que seguirá igual.

Si construimos un índice restando el porcentaje de los que piensan que el clima de los negocios va a empeorar al de los que dicen que va a mejorar, encontramos que el saldo es de menos 33 puntos (15–48).

Se trata del peor resultado ¡desde abril de 2009! Es decir, estamos con la perspectiva más pesimista que se registra desde hace siete años y cinco meses.

Sólo a modo de contraste, en agosto de 2014, ante la misma pregunta, 91 por ciento de los interrogados contestaron que el clima de los negocios mejoraría; el 9.0 por ciento que quedaría igual y ninguno contestó que las cosas estarían peor.

El saldo era positivo de 91 puntos. Y desde entonces empezó a reducirse el optimismo.

Hasta mayo de este año, sin embargo, se mantenía un balance positivo, es decir, había un porcentaje mayor de quienes consideraban que las cosas mejorarían respecto a los que consideraban que empeorarían.

A partir de junio de este año el signo cambió y empezaron a surgir saldos negativos. La última ocasión que habíamos tenido saldos con signo negativo había sido diciembre de 2011.

Las encuestas entre especialistas tienden a tener más correspondencia con la realidad, que las que se hacen entre productores o consumidores.

Le hemos comentado en diversas ocasiones que las segundas tienden a sobrerreaccionar y son más pesimistas que lo que la realidad refleja cuando las cosas van mal, y a ser más optimistas cuando van bien.

¿Qué implica está visión?

El mismo sondeo que referimos estima que el PIB de México crecerá 2.13 por ciento en promedio en este año. Considerando que en el primer semestre la tasa promedio fue de 2.5 por ciento, puede asumirse que en la segunda mitad de 2016 apenas estaríamos creciendo en 1.76 por ciento en promedio a tasa anual.

En buena medida, el ambiente que se ha gestado con el proceso electoral de Estados Unidos, con el comportamiento del mercado petrolero y con un ambiente político cargado de crítica hacia el gobierno, explica este pesimismo.

Hasta hoy, la realidad no corresponde al estado de ánimo que reflejan las encuestas. Por ejemplo, ayer se dio a conocer que la venta de autos en septiembre subió 18.1 por ciento y hoy seguramente Walmart informará de un avance importante en sus ventas del mes pasado, lo que refleja el dinamismo del consumo.

Pero, si el mal estado del ánimo sigue como reflejan las encuestas, tarde o temprano habrá un cambio –para mal– en las decisiones de los consumidores, que son hoy quienes mantienen la economía a flote.

Friday, September 30, 2016

¡Más tigres de Don Porfirio!

“La violencia que ha venido azotando al país los últimos años, nos hace pensar el México bronco de la revolución ha regresado pero ahora los nuevos combatientes son bestias que asombran al mundo entero por su crueldad.”


RICARDO VALENZUELA


“Degradación precede a cada sistema autocrático de violencia, porque violencia inevitablemente atrae seres inferiores e inmorales. La historia nos enseña que los crueles tiranos son precedidos por canallas.” Albert Einstein
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La violencia que ha venido azotando al país los últimos años, nos hace pensar el México bronco de la revolución ha regresado pero ahora, en lugar de los dorados de Villa o los yaquis de Obregón, los nuevos combatientes son bestias que asombran al mundo entero por su crueldad.
En abril de 1920, bajo el liderazgo de Álvaro Obregón, los generales sonorenses acudían a la ciudad de Agua Prieta en algo que presagiaba el tercer estallido de la revolución. Ellos plasmarían los motivos y objetivos de la convocatoria en la que emergiera “El Plan de Agua Prieta.” El documento apoyado por la mayoría del pueblo y el ejército, quedaba también reconocido por el Congreso de la Unión. El ejército Liberal Constitucionalista marchaba a la ciudad de México determinando así la caída del régimen de Carranza, y de la Huerta fuera designado Presidente Provisional de la Republica.



El Plan de Agua Prieta cargaba antecedentes poco conocidos cuando, ante el anuncio de una candidatura de Obregón apoyado por los “clubes liberales de Sonora”, Carranza reaccionara amenazando al gobernador de la Huerta con enviar al ejército, si no secundaban la política del centro.
Carranza ordenaba al General Diéguez marchar contra Sonora. Estando de la Huerta postrado por una enfermedad, Gilberto Valenzuela, como presidente del Congreso, enviaba una misiva al Ejecutivo federal  señalando no había motivo para la agresión en contra de un estado en paz, dentro de un régimen legalmente constituido y representaba un ataque a su soberanía ante lo cual, los sonorenses advertían de las consecuencias.
La respuesta llegaba ratificando la carga militar. Valenzuela procedía a redactar “El Plan Hermosillo” del cual alguien informaba al general Calles. El General convocó una reunión incluyendo a don Gilberto solicitándole una copia del documento. Calles lo avalaba e informando a Obregón, partían a la frontera en donde se publicaba como el Plan de Agua Prieta.
Durante los siguientes casi 15 años, México sería dominado por lo que se llegó a conocer como la hegemonía sonorense. Serían también de enfrentamientos por el poder entre Obregón y Calles.
Obregón asumía la presidencia en diciembre y a partir de esos momentos, se inician las diferencias entre los dos caudillos puesto que, Obregón de pensamiento liberal, chocaba con Calles cuya religión era el poder absoluto, la clase de poder que corrompe absolutamente. Gilberto Valenzuela fungiría como Secretario de Gobernación para después, a su solicitud, pasar a ocupar la embajada en Bélgica.
En 1924 Calles escalaba la presidencia y, a pesar de sus añejas diferencias, invita Valenzuela a ocupar de nuevo la Secretaría de Gobernación. Pero el inflexible abogado, como en Sonora, de inmediato tuvo enfrentamientos con el Presidente lo que desemboca en su renuncia luego de un enfrentamiento con Calles.
Era ya 1929 y Gilberto Valenzuela, ahora embajador en Londres, libraba una lucha interior ante carta de Obregón notificándole de nuevo su candidatura e invitándolo a su cruzada. Los mandatos constitucionales ratificados en el Plan de Agua Prieta, no reelección, chocaban ferozmente con los argumentos de Obregón para detener a Calles. Sin embargo, su lucha finalizaba cuando recibe la noticia del asesinato de Obregón.
Don Gilberto regresaba a México para sostener una histórica reunión con Calles. Este le dictaba el futuro del país al notificarle la formación del PNR, y le informa de una “fuerte corriente” que lo favorecía como posible candidato a la presidencia. Don Gilberto, recordándole el contenido del Plan de Agua Prieta, rehúsa la invitación e inclusive, ser miembro del partido. Él y Vasconcelos, discípulos liberales de Obregón, lanzan desde Sonora sus candidaturas independientes las que, desenlazan con el exilio de ambos perseguidos por Calles.
El Callismo, enraizado desde 1924, se convertía en el Maximato y su arquitecto, tejiendo una red para controlar la naciente sociedad civil, aprisionaba al país con el nuevo manto revolucionario que luego le diera vida a otro aborto: el PRI. Callismo y priismo se mezclaban en un pestilente brebaje que intoxicaba a México y se enraizarían como estafiate sin permitir el nacimiento de la buena hierba. La violencia revolucionaria cedía para darle paso a la violencia de la narco política.
No sería hasta que otro grupo de norteños, encabezados por Manuel Clouthier, bajo una nueva carga liberadora expulsara a los modernos Callistas de los palacios del poder. Pero el fantasma de Calles le cargaba a México una cruz como feroz infección inmune a los modernos antibióticos. El triunfo de esa rebelión provocando el júbilo de los mexicanos, ante un presidente inmovilizado y un congreso de saboteadores, se convirtió en un amargo brebaje de frustración, decepción y de nuevo desesperanza.
Ese virus nos ha servido a Montiel, Moreira, Hank Rhon y agregados. Ahora el nuevo síntoma, señalando su resistencia y gravedad, se manifiesta asesinando vilmente a los ciudadanos y la matanza de estudiantes en Guerrero, nos muestra el verdadero rostro de un PRI que no ha mutado y regresa a su pasado. El virus ha llegado al cerebro del paciente y lo devela el comunicado de los cínicos e ignorantes líderes políticos tratando de explicar lo “inexplicable.”
El virus es tan grave que aniquiló a los tibios panistas cuando se les ofreciera el poder y los ha mostrado como lo que son, los clásicos políticos mexicanos. Pero aun encontrando antibiótico que lo combata, me temo sea tarde pues sus efectos permanentes no permitirán la total recuperación del paciente condenándolo a un estado de eterna incapacitación, como hace años el horroroso virus de la poliomielitis postraba sus víctimas a una vida de dolorosas desventajas.
Después de diez años luciendo democracia ¿Qué pasa en México? Las elecciones que encumbraron a Peña Nieto nos dibujan un panorama tipo Fellini: El masoquismo de los mexicanos que, aun después de 70 años de vejaciones, como las resignadas mujeres golpeadas recalan extrañando las madrizas y afirmando: “mátame si quieres pero no me dejes nunca jamás.” Si los autores del Plan de Agua Prieta pudieran observar el estado del país, sin duda exclamarían: “Estuvimos arando en el mar,” cuando el tigre de Porfirio Díaz se acomoda la servilleta en el cuello para devorarnos.