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Thursday, December 15, 2016

Cómo se relacionan inflación y desempleo


Una caída en la tasa de desempleo de EEUU del 4,6% en noviembre desde el 4,9% del mes anterior y del 5% en noviembre del año pasado, ha llevado a algunos comentaristas a sugerir que estamos casi en la llamada tasa natural, que se cree que está en torno al 4,5%.
Se dice que una vez la tasa de desempleo cae por debajo de una tasa “óptima”, llamada la Tasa No Aceleradora de Inflación del Desempleo (NAIRU, por sus siglas en inglés) se desata una espiral inflacionista.



Esta aceleración de la tasa de inflación tiene lugar a través de aumentos en la demanda de bienes y servicios. También aumenta la demanda de trabajadores y presiona sobre los salarios, reforzando el crecimiento de la tasa de inflación.
Así que desde esta perspectiva sería difícil para el presidente electo Trump implantar su plan de rebajar los tipos fiscales y aumentar los desembolsos públicos en proyectos, incluyendo la mejora de carreteras y puentes sin arriesgarse a un fuerte aumento en la tasa de inflación. O eso se dice.
Advirtamos que, en octubre, la tasa anualizada de crecimiento del índice de precios del consumo ya estaba en el 1,6% frente al 0,2% de octubre del año pasado.
También aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal tenga que adoptar una postura más agresiva sobre los tipos de interés para compensar cualquier posibilidad de aceleración de la tasa de inflación.
La NAIRU es una medición arbitraria, derivada de una correlación estadística entre cambios en el índice de precios del consumo y la tasa de desempleo. Lo que importa en el marco de la NAIRU es si la teoría “funciona”, es decir, si una bajada en la tasa de desempleo por debajo de la NAIRU genera una celebración en la tasa de inflación.
Utilizar correlación estadística como base de una teoría significa que “todo vale”. Por ejemplo, supongamos que se ha encontrado una alta correlación entre la renta de Mr. Jones y la tasa de crecimiento en el índice de precios del consumo. Cuanto más alta sea la tasa de aumento de la renta de Mr. Jones mayor será la tasa de aumento en el índice de precios del consumo.
Por tanto podríamos concluir fácilmente que para ejercitar control sobre la tasa de inflación el banco central debe vigilar y controlar cuidadosamente la tasa de aumento de la renta de Mr. Jones. Este ejemplo no es más absurdo que el marco NAIRU.
El propósito una teoría es presentar los hechos de la realidad de una manera simplificada. La teoría debe originarse a partir de la realidad, no a partir de alguna idea arbitraria que se base en una correlación estadística.
Contrariamente al pensamiento popular, una fuerte actividad económica no causa un aumento General en los precios de bienes y servicios ni un recalentamiento económico calificado como inflación. Independientemente de la tasa de desempleo, mientras todo aumento en el gasto se base en producción, no puede producirse realmente ningún “recalentamiento”.
El recalentamiento aparece una vez el gasto aumenta sin estar respaldado por producción, una situación que se produce cuando aumentan las existencias de dinero. Una vez aumenta el dinero, genera un intercambio de nada por algo o un consumo sin una producción precedente.
Como norma, a los aumentos en las existencias de dinero les siguen aumentos generales en los precios de bienes y servicios. Los precios son otro nombre para la cantidad de dinero que gasta la gente en los bienes que compra. Cuando se inyecta dinero no va a todos los mercados instantáneamente, sino por etapas: hay un lapso de tiempo. De ahí la razón del lapso de tiempo entre cambios en dinero y cambios en precios.
Si la cantidad de dinero en una economía aumenta mientras la cantidad de bienes permanece sin cambios, se gastará más dinero en la cantidad dada de bienes (es decir, los precios aumentarán). Inversamente, si la existencia de dinero permanece sin cambios no es posible gastar más en todos los bienes y servicios y por tanto no es posible un aumento general de los precios. Bajo la misma lógica, en una economía en crecimiento con una cantidad creciente de bienes y las existencias monetarias sin cambios, los precios bajarán.

Limitar el gasto público y la creación de dinero llevaría a creación de riqueza

Ahora, si el presidente electo Trump sellara todos los agujeros para la creación de dinero a partir de la nada y rebajara los desembolsos públicos, esto dejaría más riqueza real en manos del sector privado generador de riqueza. Esto fortalecería el proceso de generación de riqueza.
Un fortalecimiento en el proceso de generación de riqueza permitiría el aumento en la producción de bienes y servicios, es decir, el fortalecimiento del crecimiento económico. Consecuentemente, esto se correspondería con la disminución en la tasa de crecimiento de los precios de bienes y servicios. (Recordemos que los agujeros para creación de dinero de la nada estarían sellados). Esto también se correspondería con la disminución en la tasa de desempleo.
Observemos que en una economía libre no intervenida con una implicación pública mínima en la actividad económica y en ausencia de generación de dinero a partir de la nada tendría lugar un uso eficiente de recursos. En un entorno así, nadie tendría que establecer la llamada NAIRU. Un entorno así llevaría a una expansión de la riqueza real, una tasa baja desempleo y una tasa de inflación a la baja.
Advirtamos también que en una economía de mercado que funcionara apropiadamente cualquier forma de desempleo sería de naturaleza voluntaria. A las personas se les pagaría de acuerdo con su contribución a la producción de riqueza. Cualquiera que pidiera un salario por encima de su contribución a la generación de riqueza estaría desempleado.
Sin embargo, las posibilidades de que Donald Trump vaya a adoptar un gobierno más pequeño con los agujeros de creación de dinero a partir de la nada sellados probablemente sean nulas.

Más gasto público perjudicaría la creación de riqueza

Por tanto creemos que cualquier expansión agresiva de los desembolsos públicos probablemente perjudicaría aún más el proceso de generación de riqueza y llevaría a dificultades económicas en el futuro.
Evidentemente, si el proceso de generación de riqueza sigue siendo capaz de absorber todos los abusos debidos a la expansión pública y las imprudentes políticas monetarias de los bancos centrales, entonces las políticas de Donald Trump y la Fed parecerían tener éxito.
Esta ilusión se romperá una vez las existencias de riqueza real caigan en una vía descendente. Una vez se produzca esto, la economía caerá en una grave crisis económica.
Cualquier postura laxa agresiva por parte de la Reserva Federal y el gobierno solo empeorará más las cosas. Recordemos que el gobierno no es un ente generador de riqueza, solo consume de riqueza real.

Friday, September 30, 2016

Inflación en Venezuela trepa a 450 % y se mantiene como la más alta del mundo

By: Sabrina Martín -

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452,5% es la inflación que calcula el aumento en los precios de productos subsidiados o regulados por el Gobierno; mientras que con productos no regulados la inflación aumenta a 1,108 %. (Sumarium)
La crisis económica en Venezuela se profundiza; la inflación en el país suramericano llegó a 452,5 % y se mantiene como la más alta del mundo; a pesar de la Emergencia Económica decretada por Nicolás Maduro.
De acuerdo con el director de la firma Econométrica, Asdrúbal Oliveros, ese porcentaje inflacionario corresponde al cálculo desde agosto de 2015 hasta el mismo mes de este 2016.
El especialista informó que esa cifra es la inflación que calcula el aumento en los precios de productos subsidiados o regulados por el Gobierno; mientras que con productos no regulados la inflación aumenta a 1,108 %.



“Tenemos una aceleración de inflación muy fuerte la peor de nuestra historia, Venezuela es el país con la más alta inflación del mundo […] más allá del impacto que eso tiene en los negocios, el impacto lo siente la gente en su poder adquisitivo que no puede ir a ese ritmo”; dijo Oliveros.
El director de la consultora señaló que dichos números fueron recogidos por la empresa, en vista de que el Banco Central de Venezuela (BCV) mantiene desinformada a la población con cifras desactualizadas.
El último número de inflación que ofreció el BCV fue para informar el índice de precios de todo el 2015 que llegó a 180,9 %.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó en abril pasado que el PIB venezolano se contraerá 8 % en 2016, después de haberlo hecho 5,7 % el pasado año, mientras que la inflación se calcula que superará el 480 % al cierre de este año.
Venezuela tiene nueve meses en Emergencia Económica, por decreto, y evidentemente el problema no ha sido solventado.

El decreto implementado desde enero se creó con la finalidad de combatir la supuesta “guerra económica”, garantizar el acceso a bienes y servicios, así como “tener a la mano la respuesta a la crisis”, por lo menos, así lo sustentó el Gobierno venezolano.
Sin embargo, los datos arrojados por el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) evidencian que luego de cuatro prórrogas, desde el 14 de enero, la escasez de alimentos y medicinas, la especulación, la inflación y el deterioro del aparato productivo, sólo ha empeorado.
La canasta alimentaria del mes de agosto de 2016, se ubicó en 262,664 bolívares (USD$ 263). Es necesario tener en cuenta que el sueldo del venezolano promedio es de US$ 22 mensuales.
“El poder adquisitivo del salario se pulveriza, un hogar con dos salarios mínimos más ticket de alimentación con un estimado de Bs. 67.272,30 (USD$ 67.272) (vigente hasta 31 agosto) apenas le alcanza para comprar un mercado para 8 días al mes”, señala Cenda.
Fuentes: Diario las Américas; El Carabobeño

Tuesday, September 20, 2016

Video dantesco: venezolanos hurgan en la basura para alimentarse

By: Sabrina Martín -

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El video que muestra a infantes con hambre y buscando comida entre los desechos, se hizo viral rápidamente a través de la red social Twitter (A todo momento)
Las redes sociales en Venezuela estallaron tras difundirse un video que revela la cruda realidad del hambre que enfrenta ese país: niños, jóvenes y adultos desesperados hurgando en la basura para poder comer.
El video que muestra a infantes buscando comida entre los desechos, se hizo viral rápidamente a través de la red social Twitter; al tiempo que cientos de ciudadanos responsabilizaron y repudiaron al Gobierno de Nicolás Maduro por señalarlo como el culpable del hambre entre los venezolanos.
Emilio Materán, periodista venezolano, compartió el audiovisual que evidenció el hambre que se vive en el país suramericano.



“Esto es para ponerlo en Facebook, para que el presidente vea que nos está matando de hambre aquí en Guarenas”; expresa una mujer durante la grabación de la dantesca escena de la vida real.

Mientras esto sucede en todos los rincones del país, sobretodo en las zonas de pobreza; el pasado 11 de septiembre, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela se mofó del hambre que enfrentan los venezolanos con un lenguaje soez.
Durante una transmisión de televisión el mandatario hizo referencia a la famosa “dieta de Mauduro”:  “La dieta de Maduro te pone duro, sin necesidad de Viagra”.
De manera popular los venezolanos han calificado al hambre, la escasez y el desabastecimiento en el país suramericano como “la dieta de Maduro”, pues han disminuido sus comidas tras la falta de alimentos en los anaqueles.
La Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), correspondiente al año 2015, reveló que el año pasado los venezolanos comieron menos y peor. Una dieta de supervivencia ha sido adoptada por la población, debido a los bajos ingresos, la inflación y la escasez.
A los resultados presentados por la Encovi, el pasado 21 de noviembre, se agrega un nuevo estudio a la población venezolana: la alimentación. La pobreza de ingresos, situada en 76 % el año pasado, y la falta de educación en el ámbito alimenticio juegan un papel clave en el diagnóstico.
Del total de 1.488 personas encuestadas para el estudio 87 % aseguró que los ingresos no rinden para comprar suficiente cantidad de alimentos.
De las más de 1.000 personas que formaron parte del estudio 12,1 % dijo haber dejado de comer una o dos comidas al día. Son precisamente los venezolanos de más bajos recursos los que dicen haber renunciado a los tres platos.
Fuente: El Nacional

Thursday, September 15, 2016

Moneda, convertibilidad, inflación y banca central


Por Gabriel Boragina © 
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               La moneda, que hoy en día acostumbramos a tener por "invención" estatal, tuvo un origen muy diferente (por cierto remoto) que hallamos –como en tantos otros aspectos- en la iniciativa privada. En términos que pertenecen a Friedrich A. von Hayek, podemos decir que el dinero es fruto de un proceso evolutivo espontáneo, en el que los estados-nación poco o nada tuvieron que ver (e incluso resulta muy anterior a la aparición de los estados-nación como tales). Durante un breve lapso –en una perspectiva histórica- los reyes acuñaban sus propias monedas y competían con los acuñadores privados, hasta que decidieron –de manera compulsiva- monopolizar la emisión de metálico y excluir de la producción monetaria a cualquier otro particular, eliminando -de tal suerte- cualquier clase de competencia en materia de producción y acuñación dineraria. 
 
 
Con el tiempo, esta historia fue olvidada, y reemplazada por otra, en la cual el origen del dinero se dice haber sido estatal. Lo innegable es que mientras la producción y emisión de dinero estuvo en manos de particulares, históricamente la inflación no existió. Esta tuvo su nacimiento con la producción de moneda estatal. Ni más ni menos que la que hay ahora.
Lo que mantenía antaño la estabilidad monetaria, y al mismo tiempo impedía los violentos flujos de precios entre los diferentes tipos de cambio que comenzaron a darse cuando los gobiernos empezaron a tomar los controles monetarios, fue el también espontáneo establecimiento de un patrón dinerario conocido como el "patrón oro", ya que las diversas monedas privadas -en su mayoría- estaban referidas a este patrón. Sin embargo, esta situación no se prolongó por demasiado tiempo:
 "Establecida la moneda por decreto, papel inconvertible de curso forzoso, y puesto el oro fuera de la ley, queda expedito el camino para la infla­ción manejada por el gobierno en escala total. Sólo subsiste un control muy poco estricto: el peligro filial de la hiperinflación o sea el derrumbe del valor circulante. La hiperinflación se presenta cuando el público se da cuenta de que el gobierno está resueltamente inclinado a la inflación, y la gente se decide a evadir el impuesto inflacionario sobre sus recursos, gastando el dinero de la manera más rápida posible, mientras conserva aún algún valor. Sin embargo, hasta el momento en que la hiperinflación se presenta, el gobierno puede ma­nejar sin trabas al circulante y a la inflación. Con todo, aparecen nuevas dificultades: como siempre, la intervención gubernamental con el fin de solu­cionar un problema, hace aparecer el espectro de otros problemas, nuevos e inesperados. En un mun­do en el que imperan las monedas inconvertibles del tipo estudiado, cada país tiene su moneda propia."[1]
La única manera, entonces, de evitar la inflación (o aniquilarla si ya la hay en un determinado país) consiste en dar los pasos inversos a los que señala la cita arriba transcripta. Esto es: suprimir la inconvertibilidad, el curso forzoso y volver a un patrón monetario como lo fue el oro. Respecto de este último, lo mejor -en nuestra opinión- es que no se imponga por ley, sino que se deje abierto al criterio del mercado cuál patrón monetario habrá, de modo de repetir aquella primera experiencia evolutiva social, por medio de la cual espontáneamente las gentes decidieron tomar como punto de referencia el precio del oro en el mercado para -a su vez- valuar sus propias monedas. Pero aquello que se dio en un ocasional momento histórico podría no repetirse en otro posterior. Y bien cabria ocurrir que los mercados dinerarios establecieran un nuevo patrón monetario distinto al oro, que pudiera encontrarse en cualquier otro bien, pecuniario o no. Pero veamos ahora cual es el principal instrumento que tienen los estados-nación para manejar nuestro dinero:
"Un Banco Central adquiere su posición de co­mando a través de su monopolio de la emisión de billetes, otorgado por el gobierno. Esta es la clave de su poder, con frecuencia desconocida. Invaria­blemente se prohíbe a los bancos privados que emi­tan billetes, y el privilegio queda reservado para el Banco Central. Los bancos particulares sólo pue­den otorgar créditos en forma de depósitos. En ca­so de que los clientes, en algún momento, quieran que sus depósitos se conviertan en billetes, los ban­cos, a tal efecto, tienen que ir al Banco Central a obtenerlos. De ahí que el Banco Central pregone orgullosamente ser un banco para "banqueros". Lo es, en razón de que los banqueros se ven en la inelu­dible obligación de operar con él. El resultado es que los depósitos bancarios no solamente son paga­deros en oro, sino también en billetes del Banco Central y estos nuevos billetes no son simples bille­tes de banco, sino obligaciones del Banco Central, una institución que ha sido investida de la majes­tuosa aureola del gobierno mismo. Al fin y al cabo, el gobierno designa los funcionarios del Banco Central, coordina su política con la de otros Esta­dos, recibe los billetes en pago de impuestos y los declara de curso legal, o con fuerza cancelatoria."[2]
Puede advertirse, en toda su magnitud, la tremenda importancia del banco central como ente gubernamental que controla y dirige con amplísimas facultades toda la política monetaria. En virtud del monopolio que el mismo gobierno le otorga carece -en rigor- de relevancia que formalmente su carta orgánica lo declare supuestamente "independiente" de aquel. El monopolio asignado en suma, le da el poder necesario como para trastocar a su antojo y discreción el valor de la moneda, y distorsionar los precios relativos a través de cualquiera de los variados instrumentos que la banca central tiene a su alcance, de los cuales del que más echa mano es el del monopolio de la emisión de dinero, cuya consecuencia ineludible es la inflación.

Wednesday, September 14, 2016

Inflación: Es un plan de redistribución de riqueza



Muchos bancos centrales en todo el mundo tratan de cumplir algún tipo de objetivo de inflación, ya sea como un objetivo político explícito único (como en el caso del Banco de la Reserva Sudafricana) o como parte de una serie de objetivos políticos, como en el caso de la Reserva Federal de EEUU. Pero, lejos de mantener la estabilidad política y promover la prosperidad, poner como objetivo la inflación de precios del consumo garantiza prácticamente una transferencia perniciosa de riqueza un año sí y otro también, un perpetuo engaño a empleados y empresas inconscientes de ello y un punto ciego permanente para una inflación oculta.



¿Qué es la inflación?

Muchos economistas definen la inflación como lo que ocurre cuando los precios de cosas como el pan y los cortes de pelo y las rentas aumentan en términos monetarios y los consumidores experimentan generalizadamente una pérdida global del poder adquisitivo de su dinero. Esto se conoce como inflación de precios del consumo, representado por el índice de precios del consumo o IPC. Esta definición de inflación es razonable para describir el resultado de un proceso general más grande, pero es de poca utilidad al dejar más agujeros que los que rellena. Mirar medias generales no nos dice si todos o solo algunos se están empobreciendo. Tampoco muestra la inflación oculta de precios. La inflación oculta de precios se produce cuando estos permanecen aproximadamente estables cuando deberían haber caído como consecuencia del progreso tecnológico y la mayor productividad. Finalmente, esta definición de inflación no nos dice realmente por qué están aumentando los precios de forma generalizada. ¿Es por imprimir más dinero o por una pérdida de confianza en la moneda o por una gran caída en la producción, por ejemplo durante una guerra?
La medición plantea otro problema. La tasa “oficial” de inflación del IPC se determina midiendo los precios de miles de bienes y servicios de consumo. Aunque el IPC es una estadística económica importante, un enfoque miope sobre él puede que nos haga no ver otras áreas importantes en las que podría manifestarse la inflación de precios, como en inmuebles, bolsa o divisas. El IPC es también una media general que no nos indica si está aumentando un rango de precios pequeño o grande.

La causa monetaria de la inflación

Estos problemas de la definición y la medición pueden resolverse en parte definiendo la inflación como inflación o expansión de la oferta monetaria, en lugar de como una pérdida general del poder adquisitivo del consumidor. Para empezar, es más fácil medir la oferta monetaria en un sistema de divisa nacional supervisada por un banco central (aunque no deje de tener sus dificultades). Además, al ser la causa principal de una inflación general y persistente de precios, medir la oferta monetaria ofrece una perspectiva más esencial sobre fenómeno general de la inflación. Por ejemplo, centrarse en la oferta monetaria puede eliminar nuestro punto ciego con respecto la inflación oculta. Si los precios deberían haber caído por ejemplo un 10% debido progreso tecnológico, pero por el contrario permanecen iguales debido por ejemplo a una expansión compensatoria del 15% de la oferta monetaria, seguiríamos siendo capaces de observar inflación a pesar de que no aumenten los precios.
Mirar la oferta monetaria también puede señalarnos un aspecto importante de la inflación: dónde entra en la economía el nuevo dinero. En el sistema monetario moderno, el nuevo dinero entra en economía como deuda a través del sistema bancario y financiero viva primero a los prestatarios ya ricos y dignos de crédito: familias ricas, grandes empresas y gobierno. Esta clase de gente consigue el dinero para invertir antes de que se filtre a través del sistema y aumente los precios. Una importante transferencia de riqueza tiene lugar de los receptores tardíos a los tempranos del nuevo dinero. A veces se llama a esto efecto Cantillon.

La inflación como proceso de transferencia de riqueza

Es mejor pensar en la inflación como un proceso en lugar de una cifra concreta. El proceso empieza con un tipo concreto de sistema monetario, aparece con una expansión de la oferta monetaria por parte de la imprenta del banco central y préstamos bancarios fluyendo a distintas áreas de la economía, se manifiesta en precios aumentando generalizadamente (aunque de forma desigual) más altos de los que habrían sido un caso contrario, dejando finalmente una estela de ganadores y perdedores.
Esta aproximación nos permite ver a la inflación, no como una fuerza inevitable, sino como un proceso deliberado de transferencia de riqueza incluido en una política estatal.
¿Cómo se transfiere riqueza mediante inflación? El dinero representa poder adquisitivo. Crear dinero de la nada, que es lo que tienen autorizado los bancos centrales y comerciales, confiere poder adquisitivo a quienes son capaces de usar primero dicho dinero. Para que este nuevo dinero tenga poder adquisitivo debe robar pequeñas cantidades de poder adquisitivo al resto del dinero en la economía. Poder adquisitivo se transfiere de los que tienen dinero a quienes crearon nuevo dinero con un coste marginal cercano a cero.
Esto explica cómo y por qué dueños de ricos de activos dignos de crédito se hacen más ricos mientras que mucha gente pobre tiende a recurrir a un exceso de consumo y acaba siendo más pobre. El economista John Maynard Keynes, paradójicamente un defensor de políticas inflacionistas, es sabido que dijo que “mediante un proceso continuo inflación, el gobierno puede confiscar, secretamente y sin testigos, una parte importante de la riqueza de sus ciudadanos”.

La inflación como engaño

Aun así, los economistas de la corriente principal creen que cierto grado de aumento de precios es “óptimo”. Así, los bancos centrales en realidad tratan de asegurar que los precios del consumo sigan aumentando. Pero sus razones para esto giran principalmente en torno al engaño de la inflación sobre la gente ingenua. Por ejemplo, muchos defensores de la inflación argumentan que la mejor manera de rebajar los salarios de la gente para restaurar los beneficios empresariales no es recortar realmente sus salarios, sino más bien crear inflación de forma que no adviertan por completo que sus salarios reales están bajando.
Estos economistas también están a favor de engañar a las empresas para que piensen que los precios de sus productos están aumentando debido a una mayor demanda, cuando en realidad puede deberse a una inflación monetaria y por tanto a auges temporales y equívocos. Las empresas invierten nueva capacidad, y luego se dan cuenta que es redundante, cuando aumentan todos los precios y ven que la demanda de sus productos en realidad no ha aumentado. En otras palabras, el apoyo a la inflación suele girar en torno al corto plazo y las consideraciones estrechas. Pero, como nos ha enseñado Henry Hazlitt, las políticas económicas deben juzgarse por su efecto a largo plazo y para toda la sociedad en su conjunto. Bajo este punto de vista, proceso de la inflación es perjudicial.

Resolviendo el problema

Y la inflación puede ni debe abolir se para librarnos de confiscaciones insidiosas e justas de riqueza. La sociedad puede avanzar hacia este objetivo por los siguientes medios:
  1. Adoptar una perspectiva más amplia sobre la inflación de precios que únicamente el IPC, para incluir precios al por mayor, precios de activos como acciones y viviendas e incluso precios de divisas extranjeras. Esto permitiría a la gente identificar mejor el proceso inflacionista.
  2. Reconocer a los bancos centrales y comerciales como el origen de la inflación de incluir cambios en la oferta monetaria (medida apropiadamente) como una de edición clave de la inflación. Está empezaría a dar énfasis en la compresión de quiénes son los ganadores y perdedores de proceso inflacionista.
  3. Reformar el sistema financiero para acabar con los privilegios especiales de creación de dinero, aboliendo las leyes de curso legal que llevan a la gente a usar divisas manipuladas y permitiendo a cualquier entidad privada emitir moneda en mercados competitivos.
Solo de esta forma holística puede las sociedades empezar a ocuparse de la pestilencia persistente de la inflación que sufren perennemente por parte de las élites financieras y políticas.

Wednesday, August 24, 2016

Cómo Thatcher transformó el Reino Unido

Lady Thatcher“Cuando se busca ser popular, hay que estar preparado para comprometerse con cualquier cosa, en cualquier momento. Y así no se consigue nada”. Así de tajante se mostraba Margaret Thatcher cuando le preguntaban por su voluntad de llegar a grandes acuerdos políticos. Conocido es su pronunciamiento contra el “consenso”, que definió como “el proceso de abandonar todas las creencias, valores y principios”.
La Dama de Hierro buscaba algo muy distinto al “consenso”. Lo que ella quería era un cambio radical en la economía británica, que arrastraba años de decadencia al calor de un intervencionismo estatal cada vez más hondo. Para hacerlo, se rodeó de expertos vinculados a tres think tanks liberales que siguen funcionando a pleno rendimiento en pleno siglo XXI: el Institute of Economic Affairs, el Centre for Policy Studies y el Adam Smith Institute.
Influenciada por la Escuela de Chicago y la Escuela Austriaca, su primera obsesión fue controlar la inflación, que superó el 20% en los años previos a su llegada al poder. La expansión crediticia decretada por el Banco de Inglaterra fue replegada en los años de Thatcher, dando paso a un periodo con tipos de interés más altos que permitieron frenar la escalada inflacionista.



Privatizaciones y pugna con los sindicatos

Thatcher también plantó cara a los sindicatos, que se oponían a sus medidas de flexibilidad laboral y también a su decisión de privatizar el enorme conglomerado empresarial público. El Índice de Producción Industrial refleja cómo las medidas supusieron un cierto ajuste en la primera mitad de los años 80 pero abrieron el paso a una década de crecimiento continuado. Según la Oficina Nacional de Estadísticas, la producción industrial creció un 7.5% durante su mandato.
Pero el éxito de Thatcher también queda reflejado por la caída del sindicalismo radical que había atenazado a la economía británica. A comienzos de los 80, el pulso al gobierno conservador llevó a 12,000 el número de días de trabajo perdidos por las huelgas, pero la Dama de Hierro no cedió y, de hecho, el número de miembros de los sindicatos se desplomó durante su mandato, pasando de 13 a 8 millones.
Esto facilitó el proceso de privatización, que abarcaba compañías de todo tipo: aerolíneas, energía, telefonía… Cuando Thatcher llegó al poder, el Estado controlaba el 30% de la fuerza laboral debido al enorme tamaño de estas empresas públicas. British Airways, Rolls Royce, Jaguar, British Telecom, Rover… son solo algunas de las sociedades que estaban en manos del Estado pero que pasaron de nuevo a manos privadas, con el aliciente de que los trabajadores recibieron acciones de sus compañías.

Rebajas de impuestos

La economía que heredó el nuevo Ejecutivo conservador en 1979 estaba en una situación de parálisis tan aguda que, en la prensa internacional, se hablaba de las islas británicas como del “enfermo de Europa”. La situación era tan grave que, aunque hoy resulte difícil de creer, el Fondo Monetario Internacional “rescató” al Tesoro del Reino Unido en 1968 y 1976.
En clave tributaria, los presupuestos de 1979, diseñados por Geoffrey Howe, redujeron el tipo máximo del IRPF del 90% al 60%. El tipo medio de dicho gravamen cayó del 33% al 30% y se eliminaron gravámenes y recargos que encarecían el ahorro y la inversión. En 1988, los presupuestos que perfiló Nigel Lawson recortaron el tipo máximo del IRPF del 60% al 40% y rebajaron el tipo medio del IRPF del 30% al 25%.
También hubo rebajas en el impuesto sobre sociedades, que vio caer su tipo máximo del 50% al 35% y su tipo general del 30% al 25%. Thatcher combinó estas medidas con la revisión del IVA, que pasó a estar más o menos unificado con un nuevo tramo del 15%, y con recargos en los impuestos especiales, como por ejemplo el aplicado a la gasolina.
En suma, la presión fiscal cayó del 38% al 35% del PIB entre los años 1980 y 1990. El efecto lafferiano de las rebajas de Thatcher hizo que muchas medidas tributarias, encaminadas a reducir la presión fiscal, acabasen arrojando mayores niveles de ingresos fiscales como consecuencia de la expansión de la actividad económica.

Los resultados

Bajo el gobierno de Thatcher, se multiplicó por cuatro el número de ciudadanos británicos que atesoraba participaciones bursátiles. He ahíla mejor medida del triunfo del “capitalismo popular” que la Dama de Hierro defendía cada vez que tenía oportunidad. Durante los años 80, el PIB per cápita aumentó un 35% y el aumento medio del PIB superó el 3% frente al 2% de los años 70.
En términos de gasto público, la etapa de Thatcher estuvo marcada por un progresivo repliegue del peso del Estado sobre el PIB, que pasó del 48% al 38%. Además, la dirigente británica también acabó con los déficits fiscales, que desaparecieron a partir de los presupuestos de 1985. En clave de endeudamiento público, la caída fue del 50% al 30% del PIB.

Thursday, July 14, 2016

El Banco de México está dispuesto a seguir ajustando tasas de interés 'cuando lo amerite'

Reuters -

  • Tanto el Brexit como las elecciones estadounidenses podrían aumentar la volatilidad de los mercados internacionales

Banxico 770.jpgFoto: Archivo
El Banco de México dijo estar dispuesto a seguir ajustando la política monetaria si detecta riesgos para la inflación por la reciente depreciación del peso, ante expectativas de una mayor incertidumbre en los mercados internacionales.
Tanto la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea como la cercanía de las elecciones presidenciales en Estados Unidos podrían acentuar la volatilidad de los mercados internacionales, mostró el jueves la minuta de la reunión del Banco de México (central) de hace dos semanas.
De forma unánime, los cinco integrantes de la junta de gobierno votaron el 30 de junio por elevar medio punto porcentual la tasa clave de interés, para evitar que la reciente depreciación del peso se traduzca en presiones inflacionarias en medio de un deterioro de las condiciones externas.


Las minutas divulgadas el jueves mostraron que el entorno externo ha permeado las discusiones de política monetaria del banco central, y también mencionaron que las preocupaciones por factores internos están influyendo en el comportamiento de la moneda mexicana.
"La mayoría concordó en que la evolución reciente del peso también pudiera estar reflejando ciertas preocupaciones en torno a los fundamentos económicos de México", dijo el documento.
"La política monetaria continuará actuando con oportunidad, flexibilidad y con la profundidad que las circunstancias lo vayan ameritando, ante cualquier factor que pueda poner en peligro la consolidación de la convergencia de la inflación al objetivo permanente de 3%", precisó el documento.
El banco central dijo que el aumento en la tasa responde "exclusivamente" a la intención de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, que en lo que va del año se ha depreciado contra el dólar más de un 6%.
El año pasado, el peso retrocedió frente al dólar un 16.8%.
La junta de gobierno cree que es posible que la depreciación del peso exacerbe la tendencia al alza de la inflación subyacente. Hasta ahora, la mayoría considera que la inflación general podría cerrar el año arriba del 3.0%, que es la meta establecida por el banco.
El Gobierno de México anunció el 24 de junio que recortará su gasto por segunda vez este año, después de la fuerte volatilidad provocada por el "Brexit".

Wednesday, July 13, 2016

Extraoficial: inflación en Venezuela se dispara a 1000% anualizada

"La inflación anual en Colombia (que ya es alta), corresponde a la inflación de solo diez días en Venezuela"

(Twitter)
En junio, la inflación en Venezuela alcanzó la impresionante cifra de 23,3% mensual. (Twitter)
El economista, miembro del Baker Institute y Director Fundador del Centro de Energía del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), Francisco J. Monandi, publicó en su cuenta de Twitter unos alarmantes datos filtrados sobre la inflación en Venezuela.



De acuerdo con Monandi, que cita al Grupo Consultor ODH y a El Nacional, “la inflación está desatada”: en junio, la inflación mensual llegó a la impresionante cifra de 23,3%.

Al anualizarla, hasta el mes pasado, Monandi señala la increíble cifra de 1000% de inflación, contrastando con las estimaciones del fundador de Polinomic, Gustavo Rojas Matute, que señalaban una cantidad anualizada de 423% a junio, con inflaciones mensuales de 21%.
Asimismo, al acumularla en los últimos 12 meses, Monandi expone que la inflación es de 488%.
A estos datos, el doctor en finanzas, Sergio Cabrales, añade que “la inflación anual en Colombia, de 8,6% (que ya es muy alta), corresponde a la inflación de Venezuela en solo diez días”.
Los últimos datos oficiales proveídos por el Banco Central de Venezuela (BCV) en febrero de este año detallaban que el 2015 cerró con una inflación acumulada de 180,9%. Sin embargo, los índices empeoraron en 2016.
De acuerdo con el índice de precios al consumidor, que miden el BCV y el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en Venezuela, al cerrar el primer semestre de este año la inflación se ubicó en 176,2%.
A esta situación se suma la fuerte escasez que hace imposible a los venezolanos la adquisición de alimentos. Todo esto ha derivado en la mayor crisis humanitaria que ha padecido el país suramericano y en numerosas protestas.
De hecho, el Observatorio de Conflictividad Social destacó que durante el primer semestre de este año se llevaron a cabo al menos 954 protestas en Venezuela.
La búsqueda de alimentos fue la principal causa de cierres de calles durante los primeros seis meses de 2016, y representa un aumento de 90% en comparación con el primer semestre de 2015, cuando se reportaron 502 protestas.

Friday, July 8, 2016

Bitcoin se fortalece tras Brexit

La moneda digital se convierte en un refugio durante la crisis del Brexit, así como el oro, el yen japonés y los bonos soberanos alemanes

(queesbitcoin)
Los inversores están comenzando a ver al Bitcoin como una opción segura. (queesbitcoin)
Luego de que el Reino Unido decidiera el viernes 23 de junio, a través de un referendo nacional, abandonar la Unión Europea (UE), la economía del mundo se vio afectada: la libra esterlina fue la primera en caer 11,7% en su peor nivel en 30 años; el peso mexicano sufrió una devastadora caída con respecto al dólar; las bolsas asiáticas se hundieron al menos 8% y el índice Nikkei cerró con una baja de 7,92%; sin embargo, hubo una moneda que no sufrió, sino que se fortaleció: el Bitcoin.



El 21 de junio de este año, la famosa criptomoneda se cotizaba en US$663 por bitcoin. Luego, al día siguiente, y por la presunta posibilidad de que el Reino Unido votara a favor de quedarse en la Unión Europea, el Bitcoin tuvo un descenso a de más de 100 dólares, a US$540,17. No obstante, inmediatamente después de que se conocieron los resultados oficiales en el referendo, que dieron ganador a la opción de abandonar la UE, la moneda digital subió a US$652.
Ciertamente, la subida del bitcoin con respecto al dólar no es realmente sustancia; sin embargo, demuestra una alta solidez en la moneda que, hasta el momento, se encuentra en un precio estable: hoy cerró cotizándose en US$ 643.
Frente a estos índices, el director y jefe de investigaciones en FTI Consulting, Dan Haley, explica: “Parece que los inversores están mitigando frente a la posibilidad del Brexit”.

De esta forma, la moneda digital se convierte en un refugio durante la crisis del Brexit, así como el oro, el yen japonés y los bonos soberanos alemanes. Se demuestra que los inversionistas comienzan a valorar las cualidades de la criptomoneda.
No obstante, la moneda digital todavía sigue siendo más volátil que el oro: “El oro ha pasado, con el Brexit, de un pico de US$ 1.330 por onza, a US$ 1.307 por onza; mientras que el Bitcoin pasó del pico de US$ 691 a $618”, señala el comerciante del sitio CryptoCompare, Charles Hayter.
“Hasta el momento el oro ha sido la mejor opción para escapar de la volatilidad post-Brexit; sin embargo, el Bitcoin también se convierte en una opción importante”, asegura Hayter.
Fuente: City A.M.

Thursday, June 30, 2016

Recuperar la igualdad ante la ley y el mercado Adrián Ravier

Por: Adrián Ravier
 
“Si se aplica un plan liberal, ninguna pyme va a sobrevivir”, dijo el ministro de Economía Axel Kicillof mientras anunciaba la creación de un consejo de defensa a las pequeñas y medianas empresas. Luego sentenció: “En el mercado, si no está el Estado, rige la ley de la selva”.
La frase del ministro deja mucha tela para cortar, como cada una de sus reflexiones. ¿Qué parte es cierta y qué parte no lo es?



Lo cierto es que liberales y socialistas llegan a pocos consensos en la política económica, pero en la medida en que haya buenas intenciones, coincidirán en terminar con la corrupción y también con el favor político que el Estado ofrece a algunos empresarios. En este sentido, el pensamiento del ministro de Economía no encaja en ninguna escuela económica de pensamiento. Su política económica consiste en reemplazar al mercado y ofrecer privilegios o sanciones arbitrarias a quienes él cree que lo merecen. La igualdad ante la ley lógicamente brilla por su ausencia.
Siempre insisto en dejar de llamar Unión “Industrial” Argentina a ese grupo de seudoempresarios y seudoindustriales que se reúnen tras la Presidente para las fotos de sus discursos. ¿Qué empresario puede estar a favor de este modelo? Solo aquellos que reciben la “protección” del Estado. Pero ha sido tan gigantesco el entramado de regulaciones, favores, autorizaciones para compra de divisas, permisos de importación o exportación, subsidios, aranceles y protecciones que se extendieron en los últimos doce años, que engloba a una importante proporción de la estructura productiva.
En este sentido, el mensaje que ofrece el ministro de Economía tiene algo de cierto. Una política liberal que integre a la Argentina al mundo, que reduzca el gasto público, que elimine cepos, que termine o al menos reduzca los subsidios, que encuentre una solución a la inflación, sin duda hará caer a muchos seudoempresarios que jamás compitieron bajo reglas de mercado y más bien aprovecharon mercados cautivos, sin la competencia internacional -y en muchos casos ni siquiera la competencia local-, lo que se ha desarrollado en estos doce años a través del entramado de políticas kirchneristas que el liberal suele criticar.
¿Puede entonces haber “continuidad” en el modelo económico para preservar “la industria que supimos conseguir”? Es lo que el ministro de Economía ha intentado en toda su gestión, multiplicando controles, subsidios e intervenciones, pero sin éxito. Basta recordar la lenta pero continua caída de la industria mes tras mes a lo largo de toda su gestión para demostrar que el plan es un fracaso.
El dilema al que nos expone el ministro de Economía es claro. La “industria” no puede sostenerse, porque el modelo requiere día a día más controles y regulaciones, los que inevitablemente tienen costos que sufre la misma estructura productiva sobre la cual descansa el peso del Estado. El modelo es entonces inconsistente e inviable. Lo curioso, sin embargo, es que el ministro de Economía desea hacerle creer a la opinión pública que la culpa de esa necesaria reestructuración es del mercado y no de su propio modelo.
Una política liberal conduciría necesariamente a un ajuste inmediato de la estructura productiva, obligando a algunas empresas a una reestructuración acorde a lo que requiere la economía para reinsertarse en el mundo. Y hay dos formas de tomar este camino. De manera planificada, con políticas concretas que busquen recuperar cierta normalidad en los equilibrios fiscal, monetario y cambiario, o caer en una nueva crisis cuando la olla hirviendo, que es hoy la economía argentina, estalle por los aires y conduzca a una -ya no gradual, ni necesariamente lenta- reestructuración económica, donde numerosas pymes irán quebrando y el desempleo se irá extendiendo a toda la estructura productiva.
No podemos seguir juzgando la política económica por sus buenas intenciones. Lo cierto es que el modelo está agotado y la alta inflación y la ya extensa recesión -precisamente de la industria- son muestras del caso. La “industria que supimos conseguir” es muy débil y mantenerla en pie tiene sus costos.
En lugar de seguir creando organismos como este Consejo de Defensa a las Pequeñas y Medianas Empresas, parece mucho más rentable recuperar la igualdad ante la ley y la economía de mercado. Ningún contexto es más justo para los verdaderos empresarios que la sana competencia. El debate que nos debemos plantear es qué empresario queremos en el centro de nuestra estructura productiva.

Monday, June 27, 2016

'Lunes rojo' para los mercados: peso toca los 19.19 mientras IPC cae 1.35%

EconomíaHoy.mx / Agencias

  • El Índice de Precios y Cotizaciones, el principal selectivo, bajaba 1.35% arrastrado por las acciones de Cemex

  • El peso interbancario tocó un máximo de 19.2448 pesos por dólar

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bolsa-pantalla_635.jpgFoto: Archivo
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Como si del sismo de 5.4 grados que se sintió en la Ciudad de México, la Bolsa de Valores caída con fuerza el lunes como consecuencia de la resaca que se vive en la economía mundial tras el Brexit. El peso tocaba su peor nivel en ventanilla bancaria desde hace un año, llegando a los 19.54 por dólar durante el día.


El Índice de Precios y Cotizaciones, el principal selectivo, bajaba 1.35% arrastrado por las acciones de Cemex que caían 5.60% hasta los 10.58 pesos por título, seguidas por las de Alfa que bajaban 3.91% y Grupo Televisa que descendía 3.87% hasta los 91.72 pesos por acción. El selectivo llegó a los 44, 282.03 unidades, un descenso de 603.79 enteros respecto al nivel previo. Al cierre se operó un volumen de 388 millones de títulos por un importe económico de 11,569.5 millones de pesos, con 35 emisoras que ganaron, 71 perdieron y 11 se mantuvieron sin cambio.
Los mercados globales reportaban de manera generalizada caídas al extenderse la aversión de los inversionistas a los activos considerados riesgosos, que inició a fines de la semana pasada después de que Reino Unido decidió abandonar la Unión Europea: el Dow Jones perdió 1.50% y el Nasdaq 2.41%. El índice industrial Dow Jones Industrial dejó 260.51 puntos a 17,140.24 y el Nasdaq, de valores tecnológicos, bajó 113.54 puntos a 4,594.44, según los datos definitivos de la sesión. El índice extendido S&P 500 perdió 36.87 puntos (1.81%) a 2,000.54 puntos.
Los inversionistas siguen en proceso de asimilar este resultado a lo que se sumó hoy que la agencia calificadora Standard & Poor's que rebajó la nota crediticia de Reino Unido a "AA" con perspectiva negativa desde "AAA"; en adelante, toda la información sobre el Brexit generará incertidumbre en los mercados. Los precios del petróleo también mantuvieron su racha negativa, con el West Texas Intermediate (WTI) que perdió 1.99% para cotizar en 46.69 dólares por barril y el Brent que perdió 1.76% a 47.56 dólares por barril.
En el mercado cambiario, el peso interbancario cerró la sesión con una depreciación de 1.4% o 26.5 centavos, al cotizar alrededor de 19.19 pesos por dólar, luego de tocar un máximo en la jornada de 19.2448 pesos por dólar, todavía afectado por la aversión al riesgo relacionada al Brexit, de acuerdo con Banco Base.
Gabriela Siller, directora de análisis de la entidad afirma que "Es muy importante señalar que la depreciación del peso no está relacionada a una salida de capitales de México y más bien es consecuencia del uso del peso como cobertura, pues el mercado asume que siempre perderá ante eventos poco favorables para la economía financiera como el Brexit", señaló, esto convierte al peso en una opción segura para limitar las pérdidas en otros mercados afirma Siller, pero también lo hace vulnerable a eventos externos.
En ventanilla bancaria, el dólar llegó a tocar los 19.54 pesos, su marca más alta desde hace un año, según cifras del banco privado Banamex. Durante la sesión, el peso tocó un mínimo de 18.8150 y un máximo de 19.2448 pesos por dólar. Por su parte, el euro alcanzó un mínimo de 1.0971 y un máximo de 1.1084 dólares por euro. Mientras tanto, el euro-peso alcanzó un mínimo de 20.7971 y un máximo de 21.1909 pesos por euro en las cotizaciones interbancarias a la venta.
En el mercado de renta fija, el rendimiento del bono a 10 años bajaba un punto base al 6.02%, mientras que el de 20 años también cedía un punto 6.60%.

Recortan previsión de crecimiento para México por Brexit

Dado el papel que jugaba el Reino Unido en la economía mundial, su salida de la Unión Europea impactará no sólo a los países de ese continente sino también a México, país para el que se estima un bajo crecimiento económico durante este año y 2017.
Jassiel Valdelamar|Dainzú Patiño
 
méxico
Tras el Brexit, se espera que el tipo de cambio llegue a 19.70 pesos al cierre del año, estimó  Barclays en México. (Bloomberg)
 La salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit) no sólo ocasionará más estrés a los mercados financieros globales, sino también un menor crecimiento económico para México en 2016 y el próximo año.

De acuerdo con Marco Oviedo, economista en jefe de Barclays en México, es probable que la actividad económica en el mundo sea menor dado que Reino Unido es la quinta economía y el impacto negativo será principalmente en Europa, así como una contaminación en Estados Unidos.

“Somos una economía abierta y el sector de la manufactura es el que más lo va a resentir. De hecho bajamos ya nuestro pronóstico de crecimiento del próximo año de 2.7 a 2.1 por ciento y para este año de 2.1 a 1.9 por ciento”, dijo en entrevista con El Financiero.

Añadió que la inflación se verá afectada al alza debido a la debilidad del tipo de cambio, pues ahora espera que los precios al consumidor suban hasta el 3.4 por ciento en 2017 desde su pronóstico anterior de 3.1 por ciento.
“Nosotros creemos que dado este evento (Brexit) el tipo de cambio puede cerrar en 19.70 en el año y estar en los 20 en el primer trimestre del próximo año”, estimó.

Para el economista en jefe de Bank of America Merrill Lynch, Carlos Capistrán, el Brexit va a generar una recesión en el Reino Unido, lo que a su vez provocará un menor crecimiento en la Unión Europea así como en Estados Unidos, y todo esto le pondrá riesgos a la baja para el pronóstico de crecimiento para México.

“Creemos que los riesgos están a la baja. Creemos que esta salida de Reino Unido de la Unión Europea genera bastante incertidumbre y eso afectará la inversión y el comercio en México y a nivel global”, dijo. Señaló que por el momento no han movido sus pronósticos para la economía y siguen 2.3 y 2.5 para este año y 2017.

RECORTE AFECTARÁ PIB
Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA Bancomer, comentó que el recorte al gasto puede tener cierto sesgo a la baja en el crecimiento económico del país este año. “Habrá que ver como se distribuye el recorte para poder determinar cuál sería el impacto”, agregó.

La salida de Reino Unido de la Unión Europea, trajo el cuarto recorte al presupuesto en lo que va del sexenio, y el segundo para el año 2016. El monto fue por 31 mil 715 millones de pesos. De este total 13 mil millones de pesos se concentran en las secretarías de Educación Pública y Salud.

Especialistas consideraron el anuncio del recorte como una señal de Hacienda a los mercados internacionales, de que el gobierno optará por gastar menos, en lugar de adquirir mayor deuda.

“Con ello evitaron cualquier especulación en los mercados. El mensaje fue oportuno, En este contexto es preferible que tengan menos dinero que gastar, y no endeudarse”, comentó Flavia Rodríguez, directora de ARegional.

Se recortaran 13 mil millones de pesos al presupuesto de educación pública y salud. El monto de 6 mil 500 millones de pesos para la SEP es mayor al que destinará el gobierno este año al programa para la Educación Inicial y Básica Comunitaria, con 4 mil 636 millones de pesos. También al que ocupa el programa prioritario Fortalecimiento de la Calidad Educativa, con 4 mil 726 millones de pesos.

A la Secretaría de Salud le quitaron también 6 mil 500 millones de pesos, cantidad mayor en 291 millones de pesos mayor al presupuesto que el gobierno destina para el programa Prospera Programa de Inclusión Social, de 6 mil 209 millones de pesos, que brinda salud a los beneficiados de Prospera.
Algunos economistas ya empiezan a ajustar sus pronósticos del PIB tras el Brexit, mientras que el peso es de las monedas más débiles en el año.

Wednesday, June 22, 2016

¿Qué es la inflación?

¿Qué es la inflación?

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Por Ricardo Manuel Rojas
En las últimas décadas, muchos políticos –y economistas que avalan académicamente sus discursos-, se han empeñado en sostener que la inflación es el aumento de los precios. Ello es muy conveniente, pues permite echarle la culpa a alguien más que al propio gobierno por sus nefastas consecuencias (por ejemplo a los comerciantes que “suben” los precios, a los “especuladores”, a las variaciones del comercio internacional, etc.).
Sin embargo, la teoría económica más ortodoxa ha explicado desde siempre que la inflación es el aumento en la cantidad de dinero circulante en relación con los bienes disponibles. El aumento de los precios es una consecuencia de la inflación, al igual que la fiebre es una consecuencia de la infección. Son efectos, no causas; y el único ente capaz de generar inflación es el gobierno, al emitir moneda sin respaldo.


Pensando en esta distorsión del concepto, se me ocurrió consultar el diccionario de la Real Academia Española para ver cómo la define. Esto lo hice con cierto recelo ideológico, basado en el rechazo de que exista una autoridad política del lenguaje.
Ya en el siglo XVIII, los autores morales escoceses explicaban que las mayor parte de las instituciones sociales son el producto de una evolución espontánea que, si bien requiere de la participación humana, no son organizadas o diseñadas por ninguna autoridad o director. Adam Ferguson lo decía con estas palabras: “Las naciones tropiezan con instituciones que ciertamente son el resultado de la acción humana, pero no la ejecución del designio humano”. Es bueno recordar que tanto Ferguson como Adam Smith ubicaban entre estas instituciones que crecían espontáneamente, al derecho, el mercado, la moneda y el lenguaje.
Por eso probablemente el idioma inglés no tiene, como el castellano, una autoridad que se arrogue el monopolio de determinar el significado de las palabras que las personas utilizan. Al igual que en el mercado, existe una “mano invisible” que termina consensuando el significado de los términos entre los distintos diccionarios, sin que medie imposición de autoridad alguna.
Consulté en la página web de la Real Academia Española cuál es el significado de la palabra “inflación” en su acepción económica en la actualidad, y me encontré con esta definición: “Econ. Elevación notable del nivel de precios con efectos desfavorables para la economía de un país”.
Desalentado por esta diferencia entre la acepción “oficial” del término y su significado real, decidí consultar a la vigésima edición del mismo diccionario, del año 1984, y me encontré con que la Real Academia Española definía a la inflación de este modo hace veinte años: “Econ. Exceso de moneda circulante en relación con su cobertura, lo que desencadena un alza general de precios”.
Advertí entonces que los conceptos vienen siendo cambiados por la autoridad del lenguaje, del mismo modo que ocurría con el decálogo de la “animalidad” en la granja o con la neo-lengua de 1984, descriptos por Orwell.
Esta decisión del “dictador de la lengua”, resulta curiosamente operativa para los dictadores de la moneda, del mercado y del derecho, para usar los ejemplos traídos por Ferguson hace más de dos siglos.
El nuevo concepto impuesto arbitrariamente justifica que los gobernantes, como “dictadores monetarios”, sigan emitiendo moneda sin pudor, desligando este proceso de sus consecuencias inflacionarias; permite echarle la culpa del aumento de los precios a los comerciantes y por lo tanto intervenir como “dictador del mercado”, imponiendo “precios sugeridos”, cerrando la exportación de productos, etc., y como “dictador de la ley”, amenazando con la cárcel a quienes no acaten sus regulaciones, como ocurre con la ley de Abastecimiento en Argentina.
El punto de partida de todo ello es torcerle el sentido a las palabras, distorsionar los conceptos, y de ese modo evitar una discusión razonable sobre la realidad.
Pero como decía Francis Bacon, “la realidad, para ser comandada, debe ser obedecida”. Distorsionarla, sólo puede conducir al caso general, incluso para quienes piensan que el engaño es una forma aceptable de gobierno.
La causa de la inflación seguirá siendo el aumento de la emisión monetaria, aunque filólogos y políticos pretendan disponer otra cosa.
El autor es Vicepresidente de la Fundación Friedrich A. von Hayek de Buenos Aires.

Sunday, June 19, 2016

Los banqueros centrales se equivocan con respecto a la inflación y la deflación

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La mayoría de los economistas ven a la deflación como un declive general en los precios de bienes y servicios. Se ve como una amenaza importante para el bienestar de la gente, pues la deflación se ve como un factor importante que sume a la economía en una depresión económica. La mayoría de ellos son de la opinión de que los bancos centrales y gobiernos de todo el mundo deben luchar agresivamente contra la posible aparición de deflación. Esta forma de pensar deriva de una visión errónea de lo que es la deflación. Como consecuencia, se olvida que no es la deflación sino más bien la inyección monetaria lo que está en la raíz de las dificultades económicas.



¿La inflación es un aumento de precios?

Según Mises en La acción humana:”Lo que hoy mucha gente lo llama inflación o deflación ya no es el gran aumento o disminución en la oferta de dinero, sino sus consecuencias inexorables, la tendencia general a un aumento o caída en los precios de los productos y los salarios”.
Una vez se define la inflación como un aumento general en los precios, todo lo que contribuye aumentar los precios es calificado como inflacionista y por tanto debe evitarse. Ya no son el banco central y la banca de reserva fraccionaria las fuentes de inflación, sino diversas otras causas. En este marco, no solo el banco central no tiene nada que ver con la inflación, sino todo lo contrario: al banco se le considera un luchador contra la inflación.
Una caída en el desempleo o un aumento en la actividad económica se ven como potencialmente inflacionistas y por tanto deben ser restringidos mediante políticas del banco central. Algunos otros detonantes de la inflación, como los aumentos en precios de productos o en salarios de trabajadores también se consideran como amenazas potenciales y por tanto deben estar siempre bajo el ojo atento del banco central.
La mayoría de los comentaristas sostiene que la inflación es un aumento general en los precios que puede reflejarse en el Índice de Precios del Consumo (IPC), pero discrepan acerca de las causas de la inflación.
En un bando, los monetaristas argumentan que los cambios en la oferta monetaria causan cambios en el IPC. En el otro bando, tenemos economistas que argumentan que la inflación la causan diversos factores reales. Estos economistas tienen dudas acerca de la idea de que cambios en la oferta monetaria causan cambios en el IPC. Creen que es probable que sea justamente al revés.
Contrariamente a la visión aceptada, la inflación no es un aumento general los precios, causada por el crecimiento de la oferta monetaria o por factores reales. Es simplemente un aumento en las existencias de dinero.
Aquí hay que hacer una distinción importante. No afirmo, como hacen los monetaristas, que la inflación ser un aumento en precios causada por aumentos en la oferta monetaria. Me limito a sugerir que un aumento en la existencia de dinero es lo que constituye la inflación.
Ver la inflación de esta manera deja muy claro por qué es una mala noticia. Cuando aumenta el dinero, siempre hay primeros receptores de dicho dinero que pueden comprar más bienes y servicios a precios que aún no han cambiado.
Los segundos receptores del dinero también disfrutan de nuevo dinero. Sin embargo, los sucesivos receptores disfrutan de menores beneficios, ya que los precios de bienes y servicios empiezan aumentar. (Advirtamosque el precio de un bien es la cantidad de dinero pagado por unidad de bien).
Mientras los precios de los bienes que vendan estén aumentando mucho más rápido que los precios de los bienes que compren, los sucesivos receptores del nuevo dinero seguirán beneficiándose.
Los sufridores son aquellas personas que consiguen el dinero las últimas o no lo consiguen en absoluto. Encuentran que los precios de los bienes que compran han aumentado, mientras que los precios de los bienes y servicios que ofrecen apenas han cambiado.
En una inspección más cercana, podemos también establecer que las inyecciones monetarias aumenta la demanda de bienes y servicios, lo que no está soportado por la producción de bienes y servicios. Esto genera la transferencia de riqueza de los generador de riqueza a actividades no generadoras de riqueza o actividades de burbuja.
Aunque los aumentos en la oferta monetaria (es decir, la inflación) probablemente se revelen en aumentos de precios registrados por el IPC, no siempre tiene que ser así. Los precios están determinados por factores reales y monetarios.
Consecuentemente, puede ocurrir que si los factores reales tiran de las cosas en dirección opuesta a los factores monetarios pueda no haber ningún cambio en los precios. Mientras el crecimiento monetario se dispara, es decir, la inflación es alta, los precios pueden mostrar incrementos bajos. (Recordemos que un precio es la cantidad de dinero por unidad de algo).
Está claro que sí consideramos la inflación como aumentos en el IPC, llegaremos a conclusiones erróneas con respecto al estado de la economía.
Sobre esto, Rothbard escribía en America’s Great Depression: “El hecho de que los precios generales fueran más o menos estables durante la década de 1920 decía los economistas que no había amenaza inflacionista y por tanto los acontecimientos de la gran depression les pillaron completamente desprevenidos”.

¿Es la deflación la raíz de “todos los males”?

Así que si la inflación es un aumento en las existencias de dinero, la deflación puede verse como lo contrario, que es una caída en las existencias de dinero. O podemos decir que mientras que una expansión monetaria da lugar a una burbuja, la contracción monetaria lleva a la deflación de la burbuja. Parece por tanto que la deflación en este sentido debe verse precedida por la inflación.
Siguiendo las opiniones del famoso economista estadounidense Irving Fisher, la mayoría de los economistas consideran la deflación como una mala noticia. Irving Fisher calificaba a la deflación como “la raíz de casi todos los males”.
Por el contrario, la deflación es el inicio del proceso de sanación económica. La deflación frena la transferencia de riqueza de los productores de riqueza a diversas actividades no productivas de burbuja causadas por la anterior inflación monetaria. Al frenar la transferencia, frena el proceso de empobrecimiento económico. Por tanto, contrariamente al pensamiento dominante, la deflación de las existencias de dinero fortalece a los productores de riqueza, revitalizando así la economía.
Sobre esto, Rothbard escribía: “la contracción del crédito deflacionista ayuda mucho a acelerar el proceso de ajuste y por tanto a completar la recuperación empresarial de formas que aún no se han reconocido”.
Evidentemente, los efectos colaterales que acompañan a la deflación monetaria nunca son agradables. Estos malos efectos colaterales no los causa la deflación, sino más bien la inflación monetaria previa. Todo lo que hace la deflación es romper la ilusión de prosperidad creada por la inflación monetaria. La deflación elimina diversas actividades de burbuja fortaleciendo así el proceso de generación de riqueza.
La creencia popular en que una caída las existencias de dinero lleva a un empobrecimiento económico general deriva de una visión de que el dinero puede hacer crecer la economía. Sin embargo, lo que permite el crecimiento económico no es más dinero, sino más bienes de capital por cabeza. Además, los economistas que consideran a una caída general en los precios como una causa importante de depresión olvidan el hecho de que lo que importa a los negocios no es el comportamiento general de los precios, sino los diferenciales de precios entre los precios de venta y los costes.
Una caída general en los precios no tiene que ser siempre una respuesta a una deflación monetaria. Por ejemplo, para unas existencias determinadas de dinero, un aumento de la demanda de ese mismo dinero puede tener lugar debido a una economía creciente y a un nivel de vida en aumento. Esto a su vez llevaría a una caída general en los precios y por tanto sería calificada como deflación.
¿Debería entonces considerarse como mala esta caída en los precios? En la economía de mercado, una caída en los precios en respuesta a un aumento en la riqueza real es un mecanismo a través del cual la expansión de riqueza permea toda la economía. Con el aumento en el poder adquisitivo del dinero, la gente puede ahora conseguir una cantidad mayor de bienes y servicios.

¿Se producen depresiones cuando desaparece el dinero?

En  sus escritos, Milton Friedman culpaba a las políticas del banco central de causar la Gran Depresión. Según Friedman, la Reserva Federal no inyectó las suficientes reservas en el sistema bancario como para impedir el desplome de las existencias monetarias.
Para Friedman, el fracaso del banco central de EEUU no fue que causara la burbuja monetaria, sino que permitiera la deflación a la burbuja. Murray Rothbard, aunque estaba de acuerdo con Friedman en que las existencias monetarias cayeron abruptamente, encontraba que la Reserva Federal había estado inyectando reservas agresivamente en el sistema bancario. A pesar de esta inyección, las existencias de moneda continuaron cayendo. La aguda caída las existencias monetarias, al contrario de lo que afirma Friedman, no es indicativa del fracaso de la Reserva Federal en inflar la oferta monetaria. Es indicativo del encogimiento de las existencias de riqueza real producidas por las políticas monetarias laxas anteriores del banco central y los fuertes incrementos resultantes en la tasa de crecimiento de la oferta monetaria.
La existencia del banco central y de la banca de reserva fraccionaria permiten a los bancos comerciales generar crédito que no está respaldado por riqueza real, es decir, crédito creado “de la nada”. Una vez se genera el crédito sin respaldo, crea actividades que el libre mercado nunca aprobaría, es decir, actividades que están consumiendo y no produciendo riqueza real. Mientras las existencias de riqueza real sigan expandiéndose y los bancos estén ansiosos por expandir el crédito, continuarán prosperando diversas falsas actividades.
Siempre que la creación extensiva de crédito creado de la nada aumente el ritmo del consumo de riqueza real por encima del ritmo de la producción de riqueza real, el flujo del ahorro real se ve perjudicado y se pone en marcha un declive en las existencias de riqueza real. El rendimiento de diversas actividades empieza a deteriorarse y empiezan a aparecer malos préstamos bancarios. En respuesta a esto, los bancos empiezan a reclamar sus créditos y esto a su vez pone en marcha un declive en las existencias monetarias. Recordemos que aquí tenemos crédito que los bancos han creado de la nada. Este tipo de crédito nunca tuvo un propietario adecuado. Una vez es devuelto al banco, si este no crea un nuevo préstamo, debe desaparecer. Esto no pasa cuando el préstamo está completamente respaldado por riqueza real: una vez es devuelto pasa a través del banco hasta su propietario original, es decir, el prestamista. El banco es solo un intermediario.
Podemos por tanto concluir que la depresión no la causa el colapso de las existencias de dinero como tal, sino en respuesta a la disminución de existencias de riqueza real, lo que también causa la desaparición de dinero creado de la nada. Incluso si el banco central tuviera éxito en impedir la desaparición del dinero, no sería capaz de impedir una depresión si las existencias de riqueza real estuvieran disminuyendo.
Asimismo, incluso si las políticas monetarias laxas tuvieran éxito en aumentar los precios y las expectativas inflacionistas, esto no podría reavivar la economía mientras las existencias de riqueza real estén disminuyendo.
Podemos concluir que son las políticas monetarias laxas del banco central y la banca de reserva fraccionaria las que causan una mala asignación persistente de recursos, lo que a su vez debilita el flujo del ahorro real y por tanto debilita el proceso de formación de riqueza real. Esto implica a su vez que las causas primarias de la depresión son las políticas monetarias laxas del banco central y la banca de reserva fraccionaria. Una caída de precios es solo un síntoma, por así decirlo.

Wednesday, June 15, 2016

Moneda dura, en la teoría y en la práctica

Gerald P. O'Driscoll Jr. relata la historia de cómo el mundo pasó del patrón oro clásico, a un pseudo patrón oro y finalmente a un orden de monedas fiduciarias.

Gerald P. O'Driscoll Jr. es ex-vicepresidente del Banco de la Reserva Federal en Dallas y académico asociado del Cato Institute.
En este comentario, analizaré el concepto de una moneda fuerte y su relevancia actual. El concepto evolucionó durante el siglo diecinueve conforme muchos países adoptaron el patrón oro. Llegó a estar asociado con el dinero respaldado en algún commodity o “moneda dura”. Por ejemplo, Ludwig von Mises (1966: 782) dijo:
“El principio de dureza implicaba que el estándar de las monedas —esto es, aquellas a las cuales se les asignaba un curso legal ilimitado mediante la legislación— deberían ser barras de oro adecuadamente valoradas y estampadas, acuñadas de tal forma que la detección de cortes, abrasiones y falsificaciones sea fácil. A la estampa del Estado ninguna función le fue atribuida más allá de certificar el peso y pureza del metal contenido en la moneda".


No había requisito de que las “monedas estándar” sean el medio de pago exclusivo o incluso aquel que predomine en las transacciones diarias. Siempre y cuando los bancos emisores (privados o bancos centrales) mantengan la convertibilidad libre, entonces el sistema monetario tenía las características de una moneda fuerte. Como Mises sugirió, el papel del Estado era mínimo.
Históricamente, la moneda dura está asociada con el dinero respaldado en un commodity. La descripción de Mises asume que se trata de dinero respaldado en un commodity. ¿Puede haber una moneda fiduciaria que sea dura?
La mayoría de los escritores del siglo diecinueve presumían un sistema de dinero respaldado en commodities, con el permiso de suspender temporalmente la convertibilidad en tiempos de guerra y un retorno al estándar en tiempos de paz. La suspensión de pagos en especie por parte del Banco de Inglaterra durante las Guerras Napoleónicas provocó que el banquero Henry Thornton escriba un tratado en 1802 acerca de cómo administrar una moneda de papel: An Enquiry Into the Nature and Effects of the Paper Credit to Great Britain. Thornton fue un banquero exitoso con la comprensión de un economista acerca de la banca, las finanzas y la economía real. Fue pionero en realizar las distinciones analíticas que no serían re-descubiertas hasta casi un siglo después: la distinción entre las tasas de interés reales y nominales, y el concepto de una tasa de interés natural o de equilibrio.
Este volumen debería haberse convertido en una referencia ampliamente difundida. Pero llegó a ser olvidado porque el Banco de Inglaterra re-estableció la convertibilidad, y otros países gradualmente adoptaron el patrón oro a lo largo del siglo diecinueve. Cómo administrar el dinero fiduciario (crédito de papel) dejó de ser un asunto práctico.
Cuando el sistema de la Reserva Federal fue creado a fines de 1913, EE.UU. estaba en el patrón oro al igual que gran parte del mundo. La Reserva Federal no fue creada para administrar el dinero en el sentido moderno, sino para proveer una moneda nacional que fuera parte del patrón oro. Nadie estaba pensando en administrar una moneda fiduciaria en la víspera de la Primera Guerra Mundial. Eso cambiaría pronto debido a los requisitos de las finanzas en tiempos de guerra.
Después de la Primera Guerra Mundial, el mundo volvió a un pseudo patrón oro que registró crónicamente una escasez de reservas de oro. Las monedas de muchos países estaban sobrevaluadas en relación al oro. Cuando el sistema colapsó en la década de 1930, los países se volcaron a un mundo de monedas fiduciarias sin tener una guía de como este funcionaría. Durante un tiempo, hubo esfuerzos para restaurar el patrón oro global pero estos no rindieron fruto. La Segunda Guerra Mundial interrumpió cualquier esfuerzo para diseñar un nuevo sistema monetario internacional.
El sistema Bretton Woods, posterior a la guerra, constituía el nuevo orden monetario global. Se han escrito volúmenes enteros acerca de este. No comparto la nostalgia de algunos por este orden. Incluso fue mucho menos un patrón oro que aquel que existió en los años entre las dos guerras mundiales. La verdad es que era un patrón dólar. El dólar fue anclado al oro y otras monedas fueron ancladas al dólar. Hubo numerosos ajustes de tipos de cambio. El sistema contenía contradicciones inherentes. Inevitablemente, el productor de la moneda dominante estaba destinado a abusar de su “privilegio exorbitante” y EE.UU. así lo hizo. El sistema colapsó y el mundo pasó a estar en un patrón fiduciario.
No hubo una teoría aceptada acerca de cómo manejar el dinero en un mundo de dinero fiduciario. Este no era el mundo de Henry Thornton en el cual el dinero fiduciario era un recurso temporal con la expectativa de volver a la conversión en especie. Era el mundo de la clásica teoría cuantitativa, que fue construida en un mundo que estaba en un patrón respaldado por un commodity. La teoría cuantitativa demostraba los límites de la expansión monetaria (o cambios en la demanda de dinero) antes de que los precios empezaran a subir lo suficiente como para amenazar la convertibilidad. En un patrón oro clásico, la oferta de dinero es endógena y el nivel de precio se fija a largo plazo.
Milton Friedman y los monetaristas ofrecieron una reafirmación de la teoría cuantitativa y un modelo de control monetario para la moneda fiduciaria. Friedman, sus estudiantes y colegas creían que habían descubierto las relaciones empíricas entre la base monetaria, medidas más amplias de dinero (especialmente M2), y la demanda de dinero (Friedman 1956 y Friedman y Schwartz 1956). Cuando el enfoque monetario finalmente fue implementado por la Reserva Federal de Volcker en la década de 1980, las supuestas relaciones empíricas se rompieron. La Fed abandonó el enfoque monetario.
Lo que vino después fue un periodo que John Taylor denominó la Gran Moderación, en el cual la Fed y otros bancos centrales parecían hacer las cosas bien. Hubo una mayor estabilidad macroeconómica (midiendo esta con una menor variación en los precios y la producción). Taylor consideró que la Fed estaba siguiendo una norma implícita, que otros llamaron la Norma de Taylor. Pero la Fed y luego otros bancos centrales empezaron a desviarse de esa norma reduciendo las tasas de interés en respuesta a las quiebras ‘dotcom’. Taylor (2009) argumentó que la crisis de bienes raíces fue la consecuencia de una bonanza creada mediante la política de tasas de interés bajas. “Sin bonanza, no hay caída”. Los bancos centrales no han vuelto a una norma monetaria. En cambio, se han involucrado en la improvisación monetaria.
El dinero en el siglo XXI está demostrando ser inmune al control por parte de los banqueros centrales. La relación entre las reservas monetarias y varios agregados monetarios (el multiplicador de la moneda) ha colapsado. Dicho de manera más precisa, los bancos centrales parecen haber perdido la habilidad de controlar la inflación. En EE.UU., Europa y Japón, las tasas de inflación han permanecido crónicamente por debajo de los objetivos de los bancos centrales a lo largo de la última recuperación económica que se dio luego de la Gran Recesión (el crecimiento del PIB real también ha estado por debajo de las expectativas). Economistas tan diversos como Jerry Jordan (2016) y James Bullard (2016) han cuestionado si nuestros modelos de libros de texto acerca de la creación del dinero y del control de la inflación siguen siendo válidos. Esto no es para sugerir que las tasas de inflación futuras no subirán a 2 por ciento o más allá de eso. Si lo hacen, sin embargo, probablemente no será por consecuencia de las acciones de cualquier banco central (Jordan 2016).
Para reiterar, cuestiono si alguna vez tuvimos una teoría práctica sobre cómo administrar el dinero en un mundo de dinero fiduciario. Los partidarios de las normas monetarias creen que tienen dicha teoría. Algunas de estas reglas consisten en tener un PIB Nominal como objetivo. La pregunta específica que yo hago a los partidarios del enfoque en el PIB Nominal es: ¿cómo es que hoy cualquier cosa que la Fed hace para equilibrar su hoja de balance alterará la tasa de crecimiento del PIB Nominal de forma predecible? La respuesta a dicha pregunta podría ser que el banco central debería hacer más. ¿Qué tanto más? Y, ¿cuál, entonces, sería la norma? Suena como una receta para otorgar discreción. De cualquier manera, los bancos centrales han sido incapaces de lograr que cualquier componente del PIB Nominal crezca de forma normal o predecible.
Las instituciones y políticas monetarias varían entre los principales bancos centrales. Por ejemplo, tanto el Banco Central Europeo como el Banco de Japón han establecido tasas de interés negativas sobre los depósitos que los bancos comerciales mantienen en el banco central. Mientras tanto, la Fed ha estado pagando intereses por las reservas bancarias desde hace algún tiempo. Las instituciones y las políticas difieren, incluso se oponen entre sí, pero los fracasos de política pública son comunes (Las políticas han fracasado en sus propios términos, sin importar que uno esté de acuerdo o no con estos).
Ahora permítame volver a la idea clásica de la moneda dura. La moneda dura es una norma, pero una norma diferente a las modernas normas monetarias tales como la Norma de Taylor o el enfoque en el PIB Nominal. La moneda dura no era una norma basada en relaciones empíricas entre variables económicas. No fue inventada, sino descubierta. Es más parecida al Estado de Derecho. Mises (1971: 414) expresó este argumento claramente. “Ideológicamente esta [moneda dura] pertenece a la misma clase de constituciones políticas y declaraciones de derechos. La demanda de garantías constitucionales y de declaraciones de derechos fue una reacción en contra del gobierno arbitrario y del irrespeto a las costumbres viejas por parte de los reyes”.
El argumento a favor de la moneda dura no es simplemente un argumento económico-técnico, sino un argumento de política económica e incluso constitucional. Cuando los economistas clásicos sostenían que los estándares basados en commodities eran una defensa en contra de la inflación, no sugerían que no habría variación de la inflación en un patrón oro. Su propia experiencia les indicaba lo contrario. En cambio, ellos reconocían que un patrón oro era una protección en contra de acciones arbitrarias para depreciar la moneda por parte de soberanos . La protección en contra de acciones arbitrarias y caprichosas por parte del Estado es lo que las constituciones se supone que deberían proveer.
¿Hay formas de evitar la arbitrariedad en cuestiones monetarias en un sistema de dinero fiduciario? ¿Puede una norma monetaria de algún tipo proveer hoy las protecciones que existían en virtud del patrón oro clásico que existió antes de la Primera Guerra Mundial? Estas preguntas son centrales para el debate acerca de las normas monetarias. Estas son cuestiones aparte de las preguntas técnicas que he planteado. Ambos tipos de preguntas deben ser abordadas en los debates acerca de la política monetaria.