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Wednesday, December 21, 2016

La crisis económica de Venezuela afecta sus lazos con Cuba

Por Anatoly Kurmanaev 

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CIENFUEGOS, Cuba—Fidel Castro y Hugo Chávez proclamaron hace una década que serían presidentes de un solo país, combinando la educada fuerza laboral cubana con la riqueza petrolera de Venezuela para desafiar el poderío de Estados Unidos en América Latina.
Ahora, Castro y Chávez fallecieron y la unión entre ambos países empieza a resquebrajarse, aunque sigue siendo fuerte en el poder.
Los envíos diarios de más de 100.000 barriles de petróleo venezolano subsidiado, la sangre de la economía cubana, han caído a menos de la mitad desde 2013, según operadores del mercado de crudo y trabajadores cubanos de las refinerías. Cuba tuvo que comprar petróleo en el mercado abierto en noviembre por primera vez en 12 años debido al derrumbe de la producción venezolana.


Mientras tanto, miles de doctores cubanos que trabajaban en los barrios pobres de Venezuela para pagar por los envíos de barriles de crudo están regresando a su país, moderando la escala de los populares programas sociales que Chávez le dejó como herencia a su atribulado sucesor, Nicolás Maduro. El puente aéreo entre los dos países caribeños también está disolviéndose. Cubana de Aviación suspendió sus vuelos regulares a Caracas hace unos meses mientras que los vuelos chárter desde Caracas a La Habana han reducido su frecuencia ante la caída de la demanda.
A primera vista, los líderes de ambos países juran que su alianza, que los detractores llaman despectivamente Cubazuela, es indestructible.
Tras la muerte de Castro el mes pasado, el gobierno venezolano decretó tres días de duelo. Maduro pasó varios días en Cuba junto con una delegación de altos funcionarios para honrar la memoria del líder revolucionario. Durante el funeral realizado en La Habana se sentó a la derecha del presidente cubano, Raúl Castro, tratando de contener las lágrimas antes de dirigirse a la muchedumbre.
“Raúl (...) ¡cuenta con Venezuela!”, dijo Maduro, quien durante su juventud recibió formación política en Cuba. “Seguiremos el camino victorioso de este gran fundador de la Patria Grande”, proclamó en alusión a Fidel.
Durante la época de las vacas gordas del gobierno de Chávez, quien se consideraba el hijo espiritual de Fidel Castro, Venezuela reanudó y expandió la refinería de petróleo de Cienfuegos, que pasó a ser el mayor empleador de la ciudad. Venezuela construyó casas y trajo autobuses nuevos a la ciudad. Su generosidad ayudó a que Cienfuegos se recuperara parcialmente del colapso de las centrales azucareras y se convirtiera en un símbolo de la unión económica entre ambos países.
“En el fondo somos un solo gobierno (...) una sola nación”, dijo Chávez durante una visita a una ciudad cercana en 2007.
La reventa de petróleo subsidiado de Venezuela en el mercado abierto le generó miles de millones de dólares a Cuba, permitiendo la recuperación de la economía tras el colapso de la Unión Soviética, su benefactor durante la Guerra Fría.
Sin embargo, todo ha cambiado en esta ciudad portuaria con sus anchas avenidas coloniales y su arbolado paseo marítimo. Los afiches y murales en los que Chávez aparece abrazando a Fidel Castro o que muestran a ambos caminando por campos de girasoles se están destiñendo.
Los residentes señalan que su futuro depende más de los turistas estadounidenses y los inversionistas que de Maduro. “Estamos muy agradecidos a Chávez, pero ahora tenemos que defendernos con nuestros propios medios”, dice Antonio Alborniz, un ex conductor de camión de una refinería que ahora maneja un taxi para turistas. “El petróleo se acabó”.
La refinería está inactiva. El último carguero venezolano atracó aquí en agosto, según operadores del mercado petrolero. El cierre ya ha elevado drásticamente el costo de vida de muchos residentes, quienes dependían de la gasolina barata contrabandeada de la refinería para aliviar sus penurias.
En general, las exportaciones a Cuba de petróleo venezolano y productos refinados, que generan la mayor parte de la electricidad de la isla, descendieron a cerca de 55.000 barriles al día en los 10 primeros meses del año tras llegar a un máximo de 115.000 barriles diarios en 2008, según la consultora Petro-Logistics S.A. Los corredores indican que los envíos han caído más desde entonces, aunque no hay claridad sobre la cifra.
La producción venezolana ha caído tanto que la petrolera estatal Petróleos de Venezuela S.A., conocida como PDVSA, no tuvo más remedio que comprar crudo en el exterior para satisfacer sus obligaciones mínimas con Cuba para diciembre y enero, según fuentes involucradas en las operaciones. Después de eso, es probable que Cuba tenga que conseguir la mayor parte del petróleo por su cuenta.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba no respondió a solicitudes de comentario.
El gobierno venezolano señala que el gobierno cubano ha sufrido muchas estrecheces desde la caída de la Unión Soviética e insiste que no permitirá que la crisis económica que atraviesa afecte la alianza. “Fidel era muy consciente de los actuales problemas de Venezuela”, afirmó en una entrevista Alí Rodríguez, embajador venezolano en La Habana. “El gobierno cubano entiende que Venezuela ya no puede proveer todas las cosas que proveía”, aseveró.
A medida que disminuyen los envíos de crudo venezolano, Cuba se ha visto obligada a reducir su parte del acuerdo, repatriando a los médicos que ayudaron a popularizar a Chávez. A fines de mayo había unos 38.300 doctores y enfermeros cubanos trabajando en Venezuela, 4.000 menos que hace tres años, estima John Kirk, profesor de la Universidad Dalhousie en Halifax, Canadá, quien sigue de cerca las misiones de médicos cubanos.
Durante su apogeo, el personal médico cubano en Venezuela llegó a 65.000 personas, según Rodríguez, quien no quiso referirse a los niveles actuales.
Muchos de los doctores que vuelven a Cuba no son reemplazados y el personal médico cubano ha empezado a rechazar viajes a Venezuela debido a la violencia en el país, según entrevistas con media decena de médicos que han trabajado en el país sudamericano. Cientos de doctores en Venezuela también han desertado con la esperanza de llegar a EE.UU.
La exportación de servicios cubanos, en su mayor parte misiones médicas, cayeron 15% el año pasado frente al año previo para rondar los US$470 millones, según estadísticas oficiales.
La pérdida del dinero proveniente de la reventa del petróleo junto con la disminución de las exportaciones médicas ejercen presión sobre las ganancias de Cuba en moneda extranjera en momentos en que a algunos observadores les preocupa que el gobierno del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, reduzca el envío de remesas a la isla, cuyo valor supera lo que Cuba gana por concepto de exportaciones.
Juan Forero en La Habana y Mayela Armas en Caracas contribuyeron a este artículo

Friday, August 5, 2016

Bancos centrales como ‘casas de empeño’ de última instancia

Los bancos centrales continuarían actuando como prestamistas de última instancia. Pero ya no estarían obligados a prestar contra prácticamente cualquier activo, debido a que esa posibilidad misma debe crear un riesgo moral.
Martin Wolf Financial Times
 
Lord King ofrece una innovadora alternativa a la alquimia de la banca. (El Financiero)
¿Habrá otra enorme crisis financiera? Tal y como dijo Hamlet de la caída de un gorrión: “Si es ahora, no ha de ser después; si no es después, ha de ser ahora; si no es ahora, alguna vez será: lo que cumple es estar apercibido”. Lo mismo sucede con los bancos. Están diseñados para caer. Así es que, con certeza, caerán.

Un libro de reciente publicación explora no sólo esta realidad, sino también una radical y original solución. Lo que hace que la atención a esta sugerencia sea aún más justificada es que su autor solía estar en el corazón mismo del grupo de poder monetario, antes y durante la crisis. Se trata de Lord Mervyn King, exgobernador del Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés). Su libro se titula The End of Alchemy (El fin de la alquimia).

El título es apropiado: la alquimia se encuentra en el corazón del sistema financiero; además, la banca fue, al igual que la alquimia, una idea medieval, pero una que no hemos descartado hasta ahora. Y, según argumenta Lord King, actualmente debemos hacerlo.

Como observa Lord King, la alquimia es “la creencia de que el dinero guardado en los bancos se puede sacar cada vez que los depositantes lo pidan”. Éste es un truco de confianza en dos sentidos: funciona si la confianza es fuerte; y es fraudulento. Las instituciones financieras hacen promesas que, en posibles condiciones del mundo, probablemente no pueden cumplir.

Durante las épocas prósperas, este negocio es lucrativo. Durante las épocas difíciles, las autoridades tienen que acudir al rescate. No es de extrañarse, entonces, que las instituciones financieras se hayan vuelto tan grandes y que paguen tan bien.

Consideremos cualquier banco grande. Tendrá una amplia gama de activos riesgosos a largo plazo en sus libros, con hipotecas y préstamos corporativos ocupando un lugar prominente entre ellos. El banco los financiará con depósitos, y con préstamos a corto y a más largo plazo.

¿Qué pasa si los prestamistas deciden que es probable que los bancos sean insolventes? Si son depositantes o prestamistas a corto plazo, pueden exigir que se les devuelva su dinero inmediatamente. Sin la ayuda del banco central los bancos no podrán satisfacer esa exigencia.

Debido a que un colapso generalizado sería económicamente devastador, el apoyo necesario es inminente. Esta realidad ha creado la situación en la que los gobiernos tratan de hacer más seguras las finanzas y las finanzas se aprovechan del apoyo para volverse más arriesgadas.

Lord King ofrece una innovadora alternativa. Los bancos centrales continuarían actuando como prestamistas de última instancia. Pero ya no estarían obligados a prestar contra prácticamente cualquier activo, debido a que esa posibilidad misma debe crear un riesgo moral. En su lugar, ellos acordarían con antelación los términos bajo los que se harían préstamos contra activos durante una crisis. La magnitud de estos recortes sería un “impuesto sobre la alquimia”. Los niveles del impuesto se fijarían a niveles rigurosos, y no podrían alterarse durante una crisis. El banco central se habría convertido en “una ‘casa de empeño’ para cualquier ocasión”.

Esta estrategia tiene inconvenientes. Los valores pignorables tendrían que variar con las condiciones económicas, lo cual pudiera crear un grado de estrés. Pero es un valeroso intento de disciplinar a un sistema financiero que hace promesas que no puede cumplir.

Wednesday, August 3, 2016

"Se acerca otra recesión en España y los políticos no lo saben"

Entrevistamos a Juan Ignacio Crespo, el economista al que nadie hizo caso cuando predijo la recesión de 2008. Ahora predice una nueva en 2017.

Imagen Ilustrativa
Imagen IlustrativaFlickr / Luis Felipe Salas
La opinión de Juan Ignacio Crespo (Madrid, 1950) al respecto de las crisis económicas en España se ha revalorizado más que cualquier divisa en los últimos años. Sus augurios sobre el advenimiento de una fuerte recesión en España a partir de 2008 fueron ignorados en su momento, pero en cuanto la realidad confirmó sus predicciones, su voz se ha convertido en una de las más respetadas (y temidas) del panorama económico.
Por eso la publicación de su libro está causando tanta expectación en España. Por eso y porque el título es para ponerse a temblar: ¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión? (Deusto, 2016).
Juan Ignacio Crespo nos atiende por teléfono, muy amablemente, y transmite una tranquilidad muy alejada del alarmismo con que a veces se afrontan estos asuntos. Descubriremos a lo largo de la entrevista que esa actitud moderada impregna todo su discurso y modula su perspectiva intelectual. Aprovechamos la charla con él para asomarnos al futuro desde esa perspectiva suya, que resultó tan reveladora en el pasado.
Juan Ignacio Crespo, autor del libro "¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión? (Deusto, 2016) "
Juan Ignacio Crespo, autor del libro "¿Por qué en 2017 volveremos a entrar en recesión? (Deusto, 2016) "Juan Ignacio Crespo
¿Como va a ser esta nueva recesión? ¿Se parecerá a la anterior?
No, no se va a parecer mucho a la anterior, excepto en lo que se parecen todas las recesiones: el crecimiento de la tasa de desempleo, la disminución del consumo de las familias…por lo demás será diferente: en 2009 se pinchó la burbuja inmobiliaria, pero en España ya no queda ninguna burbuja que pinchar.
Otra diferencia es que recibimos esta recesión con una tasa de paro ya altísima. En la anterior, partíamos de una tasa del 7% por ciento, y ahora partimos de una tasa de desempleo mucho mayor.



¿Y los políticos en España saben algo de esto?
No, los políticos están a otras cosas ahora. Y creo que se nota bastante. Lo que les interesa ahora es ocupar plazas en el poder y luego, a quién le toque, tendrá que asumir las responsabilidades.
¿Pero cuentan con la llegada de esta nueva recesión?
No, en absoluto.
Al tratarse de una recesión global ¿Qué países la sufrirán más? 
Probablemente el país más castigado será China. Debido a la desaceleración de su economía, que ya empieza a percibirse y es precisamente uno de los predictores fiables de esta próxima recesión a la que me refiero en el libro, pasará de un crecimiento anual del 8% a niveles de crecimiento del 2% o 3%. Lo que ocurre es que allí las autoridades saben perfectamente lo que hacer…o al menos siempre utilizan el mismo recurso: incrementar la deuda. No van a permitir que sus niveles de crecimiento bajen demasiado, porque nunca lo hacen. Prefieren incrementar la deuda. En los últimos años la han multiplicado por cuatro, pasando de 7 a 28 billones de dólares.  
Y volviendo a España, donde parece que se encadena una recesión tras otra... ¿Volveremos alguna vez al pleno empleo?
Sí. Yo estimo que esta es la tercera y última recesión en el marco de la gran crisis que empezó en 2008. (Hago una aclaración aquí: yo particularmente sitúo el origen de esta crisis más atrás, en el año 2000, con el pinchazo de la burbuja tecnológica en Estados Unidos, aunque habitualmente se sitúa en el derrumbe de Lehman Brothers en 2008). Debido al ritmo habitual que tienen los ciclos económicos, a partir de 2018 empezará una senda de recuperación lenta que dará hasta 2035, por poner una fecha aproximada. Yo creo que ahí la tasa de desempleo registrará bajadas muy considerables.
¿Está justificado el miedo de los mercados a opciones políticas menos neoliberales, como Podemos?
Bueno, ese miedo se basa sobre todo en dos experiencias. Una muy reciente, que es la de Syriza, en Grecia, que resultó una pérdida de tiempo de 6 meses, para al final conseguir resultados desastrosos, y someterse igualmente a la austeridad marcada desde Bruselas pero desde un punto de partida peor al anterior. Y la otra es la experiencia de Mitterrand, en Francia, que cuando llegó al poder empezó una etapa de mucho gasto público que hizo que Francia empezase a crecer muy fuerte inicialmente... Pero, claro, el resto de países estaba por entonces en recesión. Por ello, la demanda de Francia era muy grande y aumentaron mucho las importaciones, pero debido a la precaria economía de sus vecinos no lograban exportar nada. La balanza comercial se desequilibró y lo que pasó después es que Francia tuvo que devaluar tres veces el franco y al cabo de tres años hacer una política completamente distinta.
En su libro, usted se muestra confiado con respecto a la salud de la Union Europea. Dice textualmente: "Hay quien se muestra preocupado por el futuro del euro y la Unión Europea. Vana preocupación; cuando el comercio se hace sin trabas, es muy difícil volver atrás". Sin embargo, hay otros expertos que ven en el seno de la Union Europea el inicio de un proceso de desintegración...
Hay cierto tremendismo en esas afirmaciones. Cuando las cosas van mal todo son desavenencias entre vecinos y malos augurios. Siempre han dicho que el Euro no es un espacio económico óptimo, pero yo siempre digo, como broma, que el dólar tampoco lo es, y siempre ha sido la moneda de referencia. Lo cierto es que una zona de libre mercado siempre es una gran ventaja para los países que la conforman. Y el comercio al fin y al cabo une mucho a los pueblos.
Y hablando de unir a los pueblos mediante el comercio...¿Cual es su opinión sobre el T.T.I.P., el proyecto de tratado de libre comercio entre la Union Europea y los Estados Unidos?
Pues tengo una opinión atípica, porque estoy a favor de algunas cosas y en contra de otras. Creo que es beneficioso porque siempre que pueda haber comercio, los pueblos implicados salen favorecidos, y las iniciativas que lo promuevan y lo faciliten deben ser apoyadas. Con lo que no estoy de acuerdo es con las extrañas condiciones de secretismo en las que se han desarrollado las negociaciones hasta ahora.
¿Y sobre las supuestas amenazas que ese tratado implica a los derechos sociales y laborales de los ciudadanos? Hay quien considera que el T.T.I.P. es un atentado contra el Estado del Bienestar...
Me parece que la percepción de esas amenazas es exagerada. Los propios agentes que participan en las negociaciones son los encargados de proteger esos derechos. Habitualmente, quien rechaza este tipo de acuerdos globales lo hace más con la intención de oponerse a los gobiernos que los suscriben que a la propia creación de un espacio común de libre comercio. Además, es notorio que la oposición al TTIP siempre se produce desde las lineas de pensamiento más extremas. Desde las posturas extremas de la izquierda europea y desde las posturas de los republicanos en Estados Unidos, por ejemplo. Tenga en cuenta que el mismísimo Donald Trump está en contra de este tratado. Ya me dirá usted qué tienen en común Donald Trump y un sindicalista europeo de izquierdas.
¿Cuales considera que serán las potencias económicas dominantes en la próxima década?
Más o menos las potencias que vemos ahora. Estados Unidos se irá consolidando, la zona euro mantendrá una buena posición, al igual que China. Y probablemente emergerá Corea del Sur, que de hecho ya está empezando a ser una potencia económica considerable.

Friday, July 29, 2016

Cerca de su autodestrucción: la caída económica y la pérdida de poder ponen a EE.UU. junto al abismo

Washington atraviesa una crisis en dos frentes: el externo, con su pérdida de poder, y el interno, con sus problemas económicos.
REUTERS/Jonathan Ernst

El analista y exasesor económico de Ronald Reagan, Paul Craig Roberts, delineó en su nuevo artículo la situación que atraviesa EE.UU. y que parece llevarlo hacia el definitivo fin de su hegemonía. Desde el plano internacional, el especialista aseguró que cada vez más países estarán dispuestos a acudir a una alianza con Rusia y China para hacer frente a la amenaza de Washington.
De esa manera, intentarán evitar ser desmantelados, como ocurrió con Yugoslavia y se repitió en este siglo con lo que el autor definió como un "fraude" en la política internacional, las incursiones que destruyeron Afganistán, Irak, Somalia y Libia, y que estuvieron a punto de repetirse en Irán y Siria, con la denominada 'lucha contra el terrorismo', si no fuera por la intervención del presidente ruso, Vladímir Putin.



El frente económico
Roberts, en su artículo 'El siglo XXI: una era de fraude', describió el otro elemento en decadencia de EE.UU. como es el frente económico. Mientras los sectores de poder envían su producción y beneficios a países como China o la India, los ingresos de las familias de clase media sufren una caída de varios años. Incluso, detalló que la mitad de las personas de 25 años viven con padres o abuelos ante la imposibilidad de encontrar trabajos que les permitan independizarse.
Sin embargo, esta y otras falencias son disimuladas con la complicidad de los medios de comunicación, que apuestan a instalar la fantasía de la recuperación económica, al igual que las agencias oficiales de estadística que mienten, por ejemplo, sobre la inflación y el desempleo. Hay más problemas: la corrupción que regula el sector financiero, el Tesoro y la Reserva Federal.
Esta última, convertida en una herramienta de un pequeño número de bancos, tuvo éxito al crear la ilusión de una recuperación económica registrada desde 2009. ¿Cómo lo hizo? A través de la impresión de miles de millones de dólares que no se volcaron a la economía sino a los activos financieros.
Debido a esta ilusión sustentada desde el Gobierno y los medios, pocos americanos entendieron que no existe recuperación económica y que podrían ser golpeados por una nueva recesión. Por eso, el autor expresó que "el consumidor está agotado, abrumado por la deuda y por la falta de aumento de sus ingresos", mientras que la "política económica apunta a salvar a un puñado de bancos, no a la economía de EE.UU.".
Todo esto se completa con la caída de la producción industrial y su desviación hacia los servicios con la consiguiente menor inversión en salarios.
Un panorama difícil de revertir
No está claro, según Roberts, si EE.UU. podrá aplicar una nueva regulación del sistema financiero y repatriar sus capitales para hacer revivir su economía. En especial, porque el Gobierno, controlado por intereses económicos corruptos, no se preocupa por las necesidades de la población y solo protege las ganancias de Wall Street. "Hoy, el capitalismo de EE.UU. hace su dinero vendiendo la economía estadounidense y a la gente que dependen de ella", aseguró.
Frente a esta conjunción de factores, para el analista, a menos que EE.UU. destruya al mundo en una guerra nuclear, al caer junto a sus Estados vasallos -como los europeos, Canadá, Japón y Australia- se configurará un nuevo mundo, en el que el Occidente corrupto será solo un componente insignificante.

Monday, July 18, 2016

Los bolivarianos y el poder

Gabriela Calderón de Burgos considera que luego de que Bolívar traicionara a Francisco de Miranda en 1812, se impuso alrededor de la región el proyecto político del "Libertador", que no es ni democrático ni liberal.

Gabriela Calderón de Burgos es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
Hace 200 años, el 14 de julio de 1816, Francisco de Miranda murió en una cárcel cerca de Cádiz. Luego de que Simón Bolívar lo traicionara el 31 de julio de 1812 entregándolo a los españoles —episodio que muchos historiadores consideran el primer golpe de Estado en América Latina— Venezuela, así como otros países de la región, abandonó el camino de las repúblicas liberales, democráticas y federales. Se impuso el proyecto político del “Libertador”, que como les explico hoy, no puede ser considerado ni liberal ni democrático.



Xavier Reyes Matheus dice que Bolívar resultó ser como el “gemelo malvado” o Doppelgänger de Miranda pues luego de sacarlo de la película, procedió a vaciar de contenido el proyecto de Miranda para las Américas. La Gran Colombia, donde Miranda pretendió construir un nuevo estado republicano y democrático, eliminando las tradiciones autoritarias y la jerarquización de la colonia y fortaleciendo a las autoridades locales por sobre las nacionales; Bolívar logró fundar un Estado con el mismo nombre pero con un contenido enteramente distinto.1 No podía ser de otra manera, siendo que Bolívar demostró no ser un demócrata y tener una antiliberal ambición de poder.
En el Discurso de Angostura esgrimió un ataque directo a la democracia:
“¿cuál es el gobierno democrático que ha reunido a un tiempo, poder prosperidad y permanencia?, ¿y no se ha visto por el contrario la aristocracia, la monarquía cimentar grandes y poderosos imperios por siglos y siglos?...¿el imperio romano no conquistó la tierra?, ¿no tiene la Francia catorce siglos de monarquía?, ¿quién es más grande que la Inglaterra? Estas naciones, sin embargo, han sido o son aristocracias y monarquías”2
En el Congreso de Angostura propuso un senado hereditario3 y en la Constituyente de Bolivia la presidencia vitalicia y la inmunidad penal del mismo cargo.4
Los bolivarianos de su época, como los de hoy, no obedecen a principio alguno, mucho menos a aquellos que respetan los derechos individuales. Siempre se han debido al poder. Reyes Matheus lo ilustra así: “Bolívar, como se ve, que oponía al sistema democrático el argumento de la anarquía, no dudaba en usar la voluntad popular como pretexto para pasar por encima de las instituciones”. 5
En Perú, disolvió el Congreso en 1824 para evitar una constituyente que hubiera obstaculizado la implantación de su proyecto. En Colombia, pensando que controlaría la mayoría de los votos, logró que se convoque a una constituyente aún cuando era inconstitucional hacerlo al no haber pasado los 10 años que debían transcurrir según la Constitución vigente. Habiendo logrado convocar la Convención de Ocaña en 1828, no logró obtener una mayoría de los representantes en esta. Los representantes bolivarianos, siendo minoría, optaron por boicotear la Convención dejándola sin quórum.
Con el pretexto de que la Convención de Ocaña había fracasado, Bolívar promulgó el 28 de agosto de 1828 el Decreto Orgánico de la dictadura, que dejaba sin efecto la Constitución de 1821. La dictadura de Bolívar precipitaría la división de la Gran Colombia. Los bolivarianos de ayer, como los de hoy, tienen una constante: el odio a las instituciones, a la separación de poderes y a cualquier cosa que obstaculice su acumulación de poder.

Thursday, July 14, 2016

Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en un 'Puerto Rico' del Pacífico?

Durante las últimas semanas, el foco de atención del mundo estuvo en Grecia, que busca medidas para afrontar su enorme deuda. Más tarde sucedió algo similar con Puerto Rico, donde según algunos expertos la situación económica es aún peor. ¿Será Japón el próximo en esta fila de los más endeudados? "Probablemente no, pero la tercera mayor economía del mundo enfrentará una serie de graves desafíos si Tokio no apresura el programa de reformas", subraya 'The National Interest'.
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?
Endeudados hasta el tope: ¿Podría Japón convertirse en 'Puerto Rico' en el Pacífico?Reuters
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Según señala un artículo en 'The National Interest', sin un empuje más fuerte para hacer frente a la deuda del sector público, la estrategia nipona de estimular un mayor crecimiento económico podría tropezar y causar una deflación.
El 23 de julio el Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que la deuda de Japón es "insostenible". A pesar de que el gobierno nipón intenta tomar medidas más enérgicas en la esfera financiera, el FMI estima que la deuda del sector público del país, que está en torno al 250% del PIB, reanudará su trayectoria ascendente y llegaría hasta el 290% del PIB en 2030. Así, la entidad financiera pone de relieve que la deuda del sector público de Japón es ya más alta que la de cualquier economía avanzada.



El gabinete del primer ministro Shinzo Abe "está trabajando duro" para cambiar la situación económica de Japón. Con un ojo puesto en estimular un mayor crecimiento, el gobierno japonés ha reducido en 2015 la tasa del impuesto de sociedades del 35,64% hasta el 33,06%. El gobierno de Abe planea reducir esa tasa hasta un 20% en los próximos años. Otras medidas incluyen la reforma del sector agrícola, la reforma del mercado de la electricidad, y la creación de zonas estratégicas nacionales especiales, para buscar aprovechar las múltiples exenciones de las regulaciones económicas.
Aunque el FMI sostiene que da crédito a Japón en sus intenciones, al mismo tiempo no está convencido de que se esté haciendo lo suficiente en el frente de la deuda. Kalpana Kochhar, la directora del FMI para Japón, señaló que mientras que los riesgos de la deuda "han sido contenidos, no podemos asumir que esto continúe". Además, no sólo el FMI muestra  preocupación por la deuda de Japón. En abril, Fitch Ratings rebajó la calificación soberana de ese país de AA- a A+ (el mismo nivel que Israel y Malta), informa el artículo.
"El tema de la deuda no va a desaparecer para Japón. Aunque el gobierno tiene activos considerables para aprovechar y la administración Abe ha estabilizado los niveles de la deuda, las preocupaciones de mediano y largo plazo sobre la deuda son justificadas. Al mismo tiempo, las autoridades se ven atrapadas en una posición en la que no se sienten que pueden abandonar una estrategia de crecimiento y adoptar un enfoque de austeridad más agresivo.
Los políticos japoneses son conscientes de la repercusión de las medidas de austeridad en Europa. Al mismo tiempo, entienden que el control fiscal, combinado con medidas específicas de crecimiento, al igual que ocurrió en EE.UU y el Reino Unido, pueden tener éxito. Pero la principal diferencia aquí es que los niveles de deuda en EE.UU. y el Reino Unido fueron mucho menores [que en Japón]", recalca la publicación.
"La economía japonesa está entre la necesidad de aumentar el crecimiento económico, lo que parece estar realizando gradualmente y la urgencia especial de controlar la deuda. El gobierno de Abe ha estabilizado la deuda, pero todavía quedan preguntas significativas en cuanto a la sostenibilidad de esa línea política. El FMI y Fitch justamente expresan sus preocupaciones y los políticos japoneses deberían escuchar esas opiniones.
Japón no causará preocupación en el corto plazo, pero cuanto más tiempo continúe la mala situación con la deuda, lo más probable es que podamos enfrentar un 'Puerto Rico' en el Pacífico", advirtió el autor del artículo, Scott MacDonald.

George Soros: 4 pronósticos vitales sobre los mercados financieros

Los pronósticos del filántropo e inversor estadounidense sobre las finanzas mundiales siempre llaman la atención mediática por cumplirse con frecuencia.
Ruben SprichReuters

El legendario inversor George Soros ha reanudado sus operaciones en las bolsas de valores tras un largo periodo dedicándose a la actividad benéfica, informó el portal Vesti Finance.
No cabe duda de que esta circunstancia no pudo menos que llamar la atención de los medios internacionales dado que con frecuencia los pronósticos del multimillonario de 85 años se han cumplido.
Prediciendo una situación desfavorable en varios mercados mundiales, su fondo Soros Fund Management redujo la cartera de bonos estadounidenses en el 37% en el primer trimestre de este año. Simultáneamente empezó acaparando los títulos de compañías auríferas y de un fondo que monitorea los precios de los metales preciosos.



Incerteza en China

Soros se mostró preocupado por China ya en 2013, señalando que las autoridades podrían manejar mal la desaceleración económica.
Este año Soros ha comparado a China con la economía estadounidense en 2007 y 2008 aludiendo al aumento de la deuda, que conduce a la incerteza y a la desestabilidad de la banca.
"La mayor parte del dinero ofrecido por los bancos se destina a apoyar empresas deficitarias o a las deudas 'malas'", Soros dijo el pasado 20 de abril durante una reunión en la organización Asia Society en Nueva York.
El multimillonario cree que a China le aguarda una multitud de impagos de la deuda corporativa.
Según Bloomberg Intelligence, este mayo 15,6 billones de yuanes (2,4 billones de dólares) de la deuda china se podían calificar como 'deuda arriesgada', es decir, el deudor carece de fondos para pagar el interés. La cifra es equivalente al 23% del PIB del país en 2015.

La crisis en Europa

En septiembre de 2011 Soros afirmó que la crisis de deuda generada por Grecia era "más grave que la crisis de 2008". El año pasado evaluó la posibilidad de la salida de Grecia de la zona euro en un 50%.
"Uno puede aplazarla indefinidamente, pagando el interés sin que sea eliminada la deuda, pero esto no va a llevar al superávit, ya que Grecia está yendo cuesta abajo", comentó en una entrevista concedida a Bloomberg Television en marzo de 2015.
Actualmente Grecia y sus acreedores están haciendo todo lo posible para llegar a un acuerdo para que el país reciba un nuevo préstamo que le permita pagar la suma necesaria este verano boreal y le reabra el acceso a las operaciones de refinanciación del Banco Central Europeo.

Los bonos de Argentina

Soros tiene un interés personal en Argentina, en cuya economía lleva décadas invirtiendo.
Luego que un tribunal estadounidense congelara los pagos del vencimiento de los intereses de bonos argentinos en favor del reclamo por fondos buitre en el litigio contra Argentina, el vehículo de inversión de Soros, Quantum Partners, se unió en 2014 a un grupo de inversores que demandaron al Bank of New York-Mellon "por incumplimiento", sosteniendo que las leyes estadounidenses no se aplican fuera de su territorio.
Ahora que el litigio está resuelto, Soros sigue mostrando su interés en el país. Los representantes de su fondo participaron en la presentación de los bonos de Argentina este abril. En consecuencia el Gobierno argentino vendió valores por un récord 16.500 millones de dólares. La ganancia media de los bonos ha sido del 57%.

La bajada del yen

La familia de Soros ganó casi 1.000 millones de dólares entre noviembre de 2012 y febrero de 2013, apostando por la expectativa de depreciación de la moneda japonesa tras la elección como primer ministro de Shinzo Abe, que presionó al Banco Central para que introdujera incentivos adicionales.
Al cabo de unos meses, Soros advirtió que la flexibilización cuantitativa podría llevar al desplome del yen al fomentar la huida de capitales.
"Lo que está haciendo Japón es muy peligroso tras 25 años de acumulación de déficit", dijo en abril de 2013.
Según el multimillonario, el Banco Central japonés podría ser incapaz de poner freno a la bajada de la moneda nacional.

Ron Paul a RT: "El mundo sufrirá el mayor accidente de la historia debido al dólar"

Las próximas elecciones presidenciales de EE.UU., que se celebrarán en 2016, serán un masivo entretenimiento orquestado por los medios de comunicación, asegura el político estadounidense Ron Paul, quien además pronostica un panorama poco alentador para la economía global.
Ron Paul
Ron Paul Reuters / Joel Page

En una entrevista con RT en inglés, Paul dijo que el aspirante por el Partido Republicano a ocupar la Casa Blanca, Donald Trump, "está recibiendo mucha atención" por parte de la prensa. Además considera que el multimillonario es "un autoritario y se jacta de ello".
"Él [Trump] es un autoritario y quiere dirigir la vida de las personas, el mundo y la economía, porque esa es la forma en como él vive", agregó Paul.
Además, el político auguró un futuro poco alentador para la economía de EE.UU., que se aproxima una recesión para la que "no" ve una "salida fácil". "Hay burbujas en todos lados. Tenemos burbujas en el mercado de valores, aún existe una burbuja inmobiliaria y una burbuja en los préstamos estudiantiles", lamentó.



Pero el excongresista republicano señaló que no solo su país está al borde de una gran recesión. "El mundo nunca ha estado en una situación parecida a la actual, al borde de una crisis sin precedentes. Esta es la mayor burbuja de la historia que provocará el mayor accidente de la historia debido al sistema de la Reserva Federal de EE.UU., que no puede trabajar en una economía real de mercado", apuntó en la entrevista.
Según el político estadounidense, el mundo está inmerso en una "gran pirámide de deuda con el dólar", moneda que la Fed "imprime de la nada". "Esto es artificial y generará un gran problema", concluyó Paul.

Monday, July 11, 2016

Cerca de su autodestrucción: la caída económica y la pérdida de poder ponen a EE.UU. junto al abismo

Washington atraviesa una crisis en dos frentes: el externo, con su pérdida de poder, y el interno, con sus problemas económicos.
REUTERS/Jonathan Ernst

El analista y exasesor económico de Ronald Reagan, Paul Craig Roberts, delineó en su nuevo artículo la situación que atraviesa EE.UU. y que parece llevarlo hacia el definitivo fin de su hegemonía. Desde el plano internacional, el especialista aseguró que cada vez más países estarán dispuestos a acudir a una alianza con Rusia y China para hacer frente a la amenaza de Washington.
De esa manera, intentarán evitar ser desmantelados, como ocurrió con Yugoslavia y se repitió en este siglo con lo que el autor definió como un "fraude" en la política internacional, las incursiones que destruyeron Afganistán, Irak, Somalia y Libia, y que estuvieron a punto de repetirse en Irán y Siria, con la denominada 'lucha contra el terrorismo', si no fuera por la intervención del presidente ruso, Vladímir Putin.



El frente económico
Roberts, en su artículo 'El siglo XXI: una era de fraude', describió el otro elemento en decadencia de EE.UU. como es el frente económico. Mientras los sectores de poder envían su producción y beneficios a países como China o la India, los ingresos de las familias de clase media sufren una caída de varios años. Incluso, detalló que la mitad de las personas de 25 años viven con padres o abuelos ante la imposibilidad de encontrar trabajos que les permitan independizarse.
Sin embargo, esta y otras falencias son disimuladas con la complicidad de los medios de comunicación, que apuestan a instalar la fantasía de la recuperación económica, al igual que las agencias oficiales de estadística que mienten, por ejemplo, sobre la inflación y el desempleo. Hay más problemas: la corrupción que regula el sector financiero, el Tesoro y la Reserva Federal.
Esta última, convertida en una herramienta de un pequeño número de bancos, tuvo éxito al crear la ilusión de una recuperación económica registrada desde 2009. ¿Cómo lo hizo? A través de la impresión de miles de millones de dólares que no se volcaron a la economía sino a los activos financieros.
Debido a esta ilusión sustentada desde el Gobierno y los medios, pocos americanos entendieron que no existe recuperación económica y que podrían ser golpeados por una nueva recesión. Por eso, el autor expresó que "el consumidor está agotado, abrumado por la deuda y por la falta de aumento de sus ingresos", mientras que la "política económica apunta a salvar a un puñado de bancos, no a la economía de EE.UU.".
Todo esto se completa con la caída de la producción industrial y su desviación hacia los servicios con la consiguiente menor inversión en salarios.
Un panorama difícil de revertir
No está claro, según Roberts, si EE.UU. podrá aplicar una nueva regulación del sistema financiero y repatriar sus capitales para hacer revivir su economía. En especial, porque el Gobierno, controlado por intereses económicos corruptos, no se preocupa por las necesidades de la población y solo protege las ganancias de Wall Street. "Hoy, el capitalismo de EE.UU. hace su dinero vendiendo la economía estadounidense y a la gente que dependen de ella", aseguró.
Frente a esta conjunción de factores, para el analista, a menos que EE.UU. destruya al mundo en una guerra nuclear, al caer junto a sus Estados vasallos -como los europeos, Canadá, Japón y Australia- se configurará un nuevo mundo, en el que el Occidente corrupto será solo un componente insignificante.

Monday, June 27, 2016

España: ¿Y si gana Podemos?

España: ¿Y si gana Podemos?


Por Ignacio Camacho
No va a suceder. No ahora, o no todavía. La ventaja del PP sobre Podemos no se ha estrechado como para entrar en el margen de error de los sondeos, aunque es lo bastante corta para que los radicales puedan acceder al poder sin ganar las elecciones. Nadie debe soñar con que el PSOE lo impida: si hay mayoría de izquierdas habrá Gobierno de izquierdas. Pero el viento de la política ofrece barruntos de un cambio de ciclo más profundo. La cuenta atrás del «momento populista» ha comenzado.


Podemos no ganará –probablemente– el domingo. Sin embargo, está en condiciones sociológicas de hacerlo porque se ha asentado en la estructura del electorado español. Datos del CIS: primera fuerza entre los menores de 40 años y entre estudiantes, parados y jóvenes en busca de primer empleo. Líder entre quienes se consideran de izquierdas. Al alza entre profesionales y funcionarios del sector sanitario y educativo. Eso no es un partido marginal ni minoritario –ay, los frikis de Arriola–, sino la organización con más futuro biológico del país. Y con la más eficaz maquinaria de guerra electoral, dueña de la hegemonía propagandística, perfecta en el manejo de las redes sociales. La campaña ha discurrido a su compás: sobre sus ideas, sus eslóganes, sus propuestas. Incluso sobre sus imposturas, salidas de tono y contradicciones. Pero siempre bajo su pauta.
El éxito de Podemos es el fracaso del sistema y de todos los que minimizaron su irrupción. Muy en especial del marianismo, que nunca ha detectado ni entendido el cambio de mentalidad de la sociedad española. Que ha permitido –quizá creyendo que su apoyo nunca pasaría de lo justo para debilitar al PSOE– el relato nihilista del apocalipsis que presentaba a España como una nación hundida y a la democracia como un modelo amortizado. También de los socialistas, incapaces de levantar un proyecto de alternativa moderada. De las élites que trataron de contrarrestar –demasiado tarde– el auge extremista con el apresurado patrocinio de Ciudadanos. Y por supuesto es la consecuencia del devastador impacto moral de la corrupción, que ha acabado convertida por el discurso demagógico en la hoguera perfecta para abrasar a un régimen colapsado.
Las huestes de Iglesias no necesitan ganar esta vez para salir vencedoras en términos estratégicos. Porque su objetivo del asalto al Estado quedará reforzado tanto si entran a gobernar en coalición como si se enfrentan a un Gabinete frágil, minoritario y breve. Su cohesión es consistente; su convicción, iluminada, y sus adversarios, débiles. Ante un país moral e intelectualmente desarmado han levantado una distopía embaucadora y planteado una catarsis emocional que seduce con la mitología rupturista de la destrucción. Y no encuentran a nadie que les oponga un proyecto de esperanza sin conformismo. Podemos ganará más pronto que tarde porque es el partido que mejor interpreta a esta España.

Thursday, June 23, 2016

El fracaso del presidencialismo

Leo Zuckermann
 
Leo Zuckermann es analista político y académico mexicano. Posee una licenciatura en administración pública en El Colegio de México y una maestría en políticas públicas en la Universidad de Oxford (Inglaterra). Asimismo, cuenta con dos maestrías de la Universidad de Columbia, Nueva York, donde es candidato a doctor en ciencia política. Trabajó para la presidencia de la República en México y en la empresa consultora McKinsey and Company. Fue secretario general del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), donde actualmente es profesor afiliado de la División de Estudios Políticos. Su columna, Juegos de Poder, se publica de lunes a viernes en Excélsior, así como en distintos periódicos de varios estados de México. En radio, es conductor del programa Imagen Electoral que se trasmite en Grupo Imagen. En 2003, recibió el Premio Nacional de Periodismo.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados.
En Brasil, un Congreso donde están representados más de una veintena de partidos, con una mayoría de legisladores comprobadamente corruptos, ha apartado de su cargo a la Presidenta. No se trata, como dicen los afectados, de un golpe de Estado porque el juicio de destitución se ha realizado conforme a las reglas establecidas en la Constitución.



No obstante, la razón por la que han retirado del cargo –temporalmente aunque todo indica que será de manera permanente– a Dilma Rousseff suena más a una maniobra política que a la comisión de un delito que merezca quitarle el puesto que se ganó en las urnas. Al quite ha entrado el vicepresidente, uno de los principales artífices para remover a su jefa. Más pronto que tarde, Michel Temer tendrá que tomarse una sopa de su propio chocolate al enfrentar a un Congreso hambriento y dividido. En una de ésas, el nuevo presidente termina igual que Dilma.
Ya pasaron muchos años desde que el politólogo español Juan Linz argumentó que los regímenes parlamentarios eran superiores a los presidenciales. Cuánta razón tenía. Lo estamos viendo en muchos lados...
En Venezuela, el electorado votó mayoritariamente por un Congreso opositor al Presidente. Comenzó, así, una lucha entre los dos poderes. Los opositores están tratando de revocar el mandato de Maduro juntando firmas para realizar una consulta popular al respecto. El presidente, por su parte, ha declarado un estado de emergencia que le otorga más poderes y abiertamente habla de destituir al Congreso. Mientras todo esto ocurre, la economía está al borde del colapso. No hay gobierno en Venezuela. Tampoco medicinas, electricidad, cerveza ni papel de baño.
Cuando Linz escribió su ensayo acerca de la inferioridad del presidencialismo frente al parlamentarismo, dijo que la excepción era Estados Unidos, régimen que, por muchas razones, había funcionado históricamente incluso con gobiernos divididos. Pero estos últimos lustros hemos visto una polarización que ha desincentivado los acuerdos entre la Casa Blanca y el Capitolio. Hoy la parálisis es lo que caracteriza al Washington de Obama. Lograr que el Senado ratifique a un embajador se ha convertido en un dolor de muelas para el presidente.
Extrañamente, después de varios años de parálisis gubernamental, de bloqueos entre el Presidente y el Congreso, el régimen mexicano, gracias al Pacto por México, se desatoró. Los dos primeros años del presidente Peña fueron ejemplo de que sí es posible sacar reformas estructurales trascendentales. El sueño, sin embargo, duró poco. Cada vez más existen bloqueos entre los dos poderes con todo y que el PRI tiene mayoría en una de las cámaras. En el sexenio que viene las cosas se pondrán peor si el candidato que gane la Presidencia lo hace con menos del 30% del voto y su partido no tiene mayoría en ambas cámaras.
En fin, que los presidencialismos nos han dado prueba tras prueba de disfuncionalidad. ¿Son mejores, entonces, los parlamentarismos, tal y como argumentaba Linz?
Depende. Los regímenes donde el Parlamento se forma por representación proporcional suelen ser más inestables. Italia es el caso histórico. En Israel, las coaliciones de gobierno son muy frágiles. Netanyahu ha sobrevivido mucho tiempo como primer ministro gracias a que les reparte mucho dinero a los partidos chicos que lo apoyan y el fracaso de la izquierda para enfrentarlo. Pero los gobiernos de Netanyahu no han logrado resolver el principal problema de ese país: la paz con los palestinos.
Estos casos contrastan con el parlamentarismo alemán que sí ha producido gobiernos estables y eficaces. Aquí estamos hablando de un sistema mixto de integración del Parlamento entre representación proporcional y distritos de mayoría. Pero el mejor parlamentarismo, o por lo menos el que más me gusta a mí, es el británico. Ahí todo el Parlamento se elige por distritos de mayoría. Ciertamente hay una sobrerrepresentación enorme para el partido ganador, pero cuenta con los votos legislativos para sacar adelante su agenda legislativa. Si ésta es buena, el electorado los premia reeligiéndolos. Si, en cambio, el gobierno resulta ser un desastre, los votantes le dan una patada en el trasero dándole la oportunidad a la oposición de gobernar con amplios márgenes de acción.

Rusia: la relación entre Keynes y el rublo

Steve Hanke
 
Steve H. Hanke es profesor de economía aplicada en la Johns Hopkins University en Baltimore. Hanke se desempeña como presidente del Toronto Trust Argentina en Buenos Aires, el fondo mutual con el mejor desempeño en el mundo en 1995. Ha sido asesor de varios gobiernos en un diverso conjunto de temas políticos. Actualmente es consejero estatal y asesor del presidente de Montenegro y asesor del ministro de economía y finanzas de Ecuador. En 1998. Hanke fue nombrado una de las 25 personas más influyentes en el mundo por la revista World Trade, y un Asociado Distinguido de la International Atlantic Economic Society.
El 3 de marzo de 2014 EE.UU. inició una guerra contra Rusia. Esto sucedió cuando EE.UU. impuso sanciones por primera vez. Y si, las sanciones no son nada más que guerra a través de medios no militares. Dicho esto, el 11 de noviembre Rusia cometió un gran error. Dejó que el rublo flote. Desde ese entonces, el rublo no ha flotado en un mar de tranquilidad. Ha caído marcadamente junto con el petróleo —en alrededor de 25% y su volatilidad se ha disparado a alrededor de 65%.



La caída del rublo significa que las importaciones rusas serán más caras y sus exportaciones más competitivas. Esta combinación ayudará a mantener positivo el saldo de la cuenta corriente de Rusia, lo cual compensará en algo la masiva fuga de capitales.
Es hora de que Putin aprenda una lección de Keynes y haga lo que ya hacen la mayoría de los grandes productores de petróleo: atar el rublo al dólar.
Además, las cuentas fiscales de Rusia están denominadas en rublos que se están depreciando y sus exportaciones se cobran en dólares que se están apreciando. Siendo así las cosas, el impacto fiscal debido a los precios más bajos del petróleo será amortiguado por un rublo débil.
Pero hay límites a cualquier beneficio temporal de una devaluación del rublo. Cuando una moneda se devalúa, el fantasma de la inflación siempre está a la vuelta de la esquina. ¿Cómo puede Rusia evitar un mayor daño y corregir su error del 11 de noviembre? Rusia debería abandonar su régimen de tipo de cambio flotante, que adoptó el 10 de noviembre. El petróleo y otras materias primas que Rusia exporta están denominadas en dólares. Al adoptar un régimen de tipo de cambio flotante, Rusia está invitando la inestabilidad. El tipo de cambio nominal del rublo fluctuará junto con el petróleo y otras materias primas. Cuando el precio del petróleo aumenta (cae) el rublo se apreciará (depreciará), y Rusia experimentará un paseo en montaña rusa distinguido por bajos deflacionarios y altos inflacionarios. Para evitar estos paseos salvajes, la mayoría de los grandes productores de petróleo —Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, y Emiratos Árabes Unidos— atan sus monedas al dólar. Rusia debería hacer lo mismo.
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Para hacer las cosas bien, Rusia debería aprender de la estrategia que John Maynard Keynes utilizó en Rusia y establecer una caja de convertibilidad.
Bajo una caja de convertibilidad el banco central emite billetes y monedas. Estos son convertibles a moneda extranjera de reserva a un tipo de cambio fijo y a libre demanda. Como reservas, la autoridad monetaria tiene títulos y valores de alta calidad denominados en la moneda de reserva. Sus reservas son iguales al 100 por ciento, o más, de sus notas y billetes en circulación, conforme lo determine la ley. Un banco central que opera bajo las normas de una caja de convertibilidad no acepta depósitos y genera ingresos por la diferencia entre el interés pagado por los títulos y valores y el gasto de mantener sus notas y billetes en circulación. No tiene política monetaria discrecional. En cambio, las fuerzas del mercado por sí solas determinan la oferta del dinero.
Hay un precedente histórico en Rusia de una caja de convertibilidad. Luego de la Revolución Bolchevique, cuando las tropas de Gran Bretaña y otras naciones aliadas invadieron el norte de Rusia, la moneda estaba en caos. La guerra civil de Rusia había empezado, y cada parte involucrada en el conflicto estaba emitiendo una moneda que valía casi nada. Hubo más de 2.000 emisores distintos de rublos fiduciarios.
Para facilitar el comercio, los británicos establecieron la Caja Nacional de Emisión para el norte de Rusia en 1918. La Caja emitía notas de “rublos británicos”. Estos estaban respaldados por libras esterlinas y eran convertibles a libras a un tipo de cambio fijo. Kurt Schuler y yo descubrimos documentos en los archivos de la Oficina Británica de Asuntos Exteriores que demuestran que el padre del rublo británico fue John Maynard Keynes, quien era en ese entonces funcionario de la Tesorería Británica.
A pesar de la guerra civil, el rublo británico fue un gran éxito. La moneda nunca se desvió de su tipo de cambio fijo en relación a la libra británica. A diferencia de otros rublos rusos, el rublo británico fue un depósito de valor confiable. Naturalmente, el rublo británico sacó de circulación a los demás rublos.
Desafortunadamente, la vida del rublo británico fue breve: la Caja Nacional de Emisión cesó sus operaciones en la década de 1920, luego de que las tropas de los aliados se retiraran de Rusia.
Siendo esto así, es hora de que Putin aprenda una lección de Keynes y haga lo que ya hacen la mayoría de los grandes productores de petróleo: atar el rublo al dólar.

Wednesday, June 22, 2016

El hombre que salvó a Colombia

El hombre que salvó a Colombia

Por Mary Anastasia O'Grady
The Wall Street Journal
Bogotá. - Todavía no son ni las 7:30 de la mañana de un sábado cuando la todo terreno en el que voy se aproxima al Comando Aéreo de Transporte Militar (CATAM) en el sur de la capital. Un avión de transporte gris Lockheed C-130 avanza pesadamente por una pista, se eleva y gana altitud lentamente. En la garita de entrada a las instalaciones, un pastor alemán adiestrado para detectar explosivos permanece en posición de firme mientras mi conductor espera permiso para entrar.
En poco más de dos meses, el presidente colombiano Álvaro Uribe volverá a la vida civil después de ocho años al frente del país. He venido para hablar con él sobre lo que aprendió durante su histórico mandato y la dirección a la que cree se encamina Colombia. Su oficina me pidió que me reuniera aquí con Uribe, y sospecho cuál es la razón detrás de la cita este día y en este lugar: después de nuestra reunión subirá al avión presidencial y viajará, como es habitual varias veces a la semana, a alguna localidad fuera de la capital donde tomará el pulso de la nación y saludará y estrechará una multitud de manos. Uribe es un populista conservador, y el contacto con los ciudadanos es su especialidad.


Cuando Uribe asumió la presidencia en 2002, Colombia estaba sumida en la violencia de la guerrilla y los paramilitares. La clase política parecía no encontrar soluciones. El país vivía una situación que bien podría haber dado lugar a una dictadura, como ocurrió en Argentina en 1976.
En la actualidad, Colombia es la democracia más antigua de América Latina, y en la mayoría del país —si bien no en toda la nación— reina una extraordinaria paz. La tasa de homicidios cayó 45% entre 2002-2009, y los secuestros bajaron 90% durante el mismo período, según el Ministerio de Defensa colombiano.
Esta situación se debe, en opinión de la mayoría de los colombianos, a las políticas el presidente. Una encuesta publicada en el diario El Tiempo en diciembre mostró que el 83% de los ciudadanos pensaba que Uribe debería tener la oportunidad de presentarse a un tercer mandato (la Corte Suprema rechazó un intento del Congreso para celebrar un referéndum que eliminase el límite actual), el 68% tenía una imagen favorable de Uribe, y el 73% aprobaba su gestión. Es difícil encontrar a otro político que deje el cargo con niveles de popularidad tan elevados.
Cuando me saluda en su oficina, su tono es pesimista. En pocos minutos sé porqué. "Esta mañana estoy muy triste", me dice tras finalizar una conversación telefónica con uno de sus generales, "porque me acabo de enterar de dos casos de secuestro, uno en [el departamento] de Antioquia y otro en[el departamento] de Santander". Éstas son "regiones donde considerábamos derrotados a los secuestradores".
En cierta forma, este es el lugar ideal para comenzar la entrevista. La seguridad ha sido la prioridad número uno del presidente.
Cuando le pregunto por qué, Uribe no menciona a su padre, asesinado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 1983. En su lugar, habla de la prolongada historia de la violencia colombiana. "Este año es el bicentenario de nuestra independencia y durante estos 200 años, este país sólo ha vivido 46 ó 47 años de paz relativa".
Además, señala, desde la década de los años 40 "no ha habido un único día de paz total". Sus comentarios traen recuerdos de las numerosas guerras civiles del siglo XIX, la sangrienta "Época de la Violencia" entre los liberales y los conservadores de la década de 1950, y especialmente la larga lucha con la guerrilla izquierdista de las FARC, apoyadas por Cuba desde hace más de medio siglo.
Este derramamiento de sangre le ha costado al país vidas y riqueza. "La falta de paz, la falta de seguridad" es, según Uribe, lo que mejor explica la "pobreza, desempleo, miseria y desigualdad" en Colombia. Esta amarga realidad le llevó a manejar su campaña bajo la "promesa" de cimentar la confianza "sobre tres pilares: seguridad, fomento de la inversión y cohesión social".
El gobierno de Uribe ha tenido cierto éxito en atraer inversión, y la tasa de pobreza ha caído al 46% —una cifra aún extremadamente alta— frente al 54% en 2002. El desempleo urbano era en aquel entonces del 19% y ahora se ubica en el 12,3%. Pero Uribe se ha labrado su reputación con la seguridad.
¿Cómo lo logró? "Para lograr la seguridad se necesitan más soldados, se necesitan más policías, se necesitan más vehículos, se necesitan más aviones, se necesitan más armas, se necesitan más comunicaciones". Uribe continuó con la letanía: "Se necesitan personas, se necesitan servicios de inteligencia, se necesitan equipos, se necesita logística. Pero lo que más se necesita es determinación", articulando lentamente esta última palabra. "Se puede estar convencido pero si no hay determinación —y la determinación significa la voluntad— y la participación…".
¿Y el sacrificio?, añadió. "No hablo de sacrificio porque éste es mi deber", responde. "Pero participación, dedicación, a todas horas. No basta con dar órdenes a las fuerzas armadas, hay que hacer seguimiento. Hay que ir con ellos a las regiones, a cada lugar del país". Si quiere entender porqué las FARC y sus partidarios de izquierdas odian a Uribe, ésta es la clave: el presidente se despierta cada día con la intención de ganar esta guerra.
¿Cuán cerca se encuentra el país de la victoria? Uribe se mantiene en silencio un buen rato. "Hemos mejorado, pero nuestra mejora aún no es irreversible. Los grupos terroristas tienen expectativas para el nuevo gobierno". Si el nuevo gobierno "no es lo suficientemente fuerte para combatirlos, y si continúan encontrando refugio en otros países", seguirán manteniendo las esperanzas de "volver a Colombia y fortalecer su capacidad para matar a nuestra gente".
Se rumorea que el presidente dedica la mitad de cada viernes a llamar a sus comandantes de batallón de todo el país. ¿Es cierto? "No exactamente", me corrige, y comienza a explicarme cómo sus reuniones semanales del Consejo de Seguridad se dividen en dos partes.
Una parte es un micrófono abierto para que cualquier colombiano pueda mostrar sus quejas. Uribe dice que, inicialmente, la gente se mostraba reservada usando esta vía, si bien ahora son muy "francos", y su participación es útil. El segundo segmento es con funcionarios del gobierno y miembros de las fuerzas armadas. "Mi seguimiento con los batallones no es el viernes, es todos los días. Depende mucho más de las circunstancias", dice. "Cuando recibo el reporte matutino sobre seguridad, llamo a los batallones en las regiones donde hay problemas".
Uribe ha rescatado la democracia en una parte del mundo donde la criminalidad está en aumento. Me pregunto en voz alta su impresión sobre Sudamérica. "Cuando se repasan las guerras en Centroamérica u otras guerras en América Latina, uno ve que había dictadores y había insurgentes". Pero en Colombia, dice, los dos lados son "la democracia y el narcotráfico".
Ésta es la razón por la que Uribe considera que en Colombia no hay guerra civil, sino más bien una lucha contra "terroristas patrocinados por el narcotráfico". El presidente añadió que le preocupan en especial "los países que, teniendo el problema, no reconocen el problema, lo ignoran, y no lo combaten". Si bien Uribe no da nombres, inmediatamente pienso en Venezuela.
Esto me recuerda a las ambiciones de Hugo Chávez para convertir toda Sudamérica en una utopía colectivista bajo el estandarte de su revolución bolivariana. Ecuador y Bolivia ya se han apuntado. Ellos llaman a su ideología "socialismo del siglo XXI", y le pregunto si cree que es una amenaza para la región. El mandatario elige las palabras con cuidado: "Si significa la eliminación gradual de la democracia, entonces sí es una amenaza. Si significa la gradual eliminación de la independencia de las instituciones, entonces sí es una amenaza. Si significa la gradual eliminación de la iniciativa privada, entonces es una amenaza".
Su queja real con el socialismo es completamente práctica. En relación al "viejo modelo socialista", dice que "aportó más problemas que soluciones". El tema principal fue la forma en que destruyó "la iniciativa privada, haciendo perezosa a la gente y eliminando la creatividad".
Algunos analistas dicen que fue la creatividad y el esmero de los colombianos lo que convirtió a este país en el centro del negocio de la cocaína. Como una persona que ha sido testigo de tanta adversidad debido a la plaga del narcotráfico ¿cuál es su opinión sobre la guerra contra las drogas?
Hace muchos años, dice Uribe, la gente pensaba que Colombia no sería ni un país productor ni consumidor, y que seguiría siendo un punto de tránsito para los narcotraficantes. Sin embargo, afirma, "Colombia comenzó a producir y en la actualidad tenemos más de 300.000 adictos. Por lo tanto, ya no podemos dividir nuestro mundo en países industrializados consumidores y países sureños productores".
¿Nos dice eso algo sobre la ineficacia de la guerra contra las drogas como forma de reducir la demanda? Uribe percibe hacia dónde me encamino con este argumento contra la actual política estadounidense de prohibición e intercepción y se apresura a pararme. "Mucha gente ha mencionado la necesidad de legalizar el negocio como forma de reducir la criminalidad". Pero Uribe sostiene que el consumo en "dosis personales" lleva despenalizado 15 años en Colombia y la criminalidad ha empeorado. El presidente se muestra orgulloso de que su gobierno esté abogando por un proyecto, en la actualidad en el Congreso, para penalizar el consumo de drogas incluso en dosis pequeñas para uso personal.
¿No es cierto que la criminalidad se mantuvo porque, mientras el lado de la oferta seguía siendo ilegal, el dinero procedente del consumo de drogas seguía yendo a los traficantes? Aquí encontramos puntos de acuerdo. "Lo que averiguamos es que es bastante difícil tener éxito en combatir la producción y el tráfico cuando se legaliza el consumo".
Pero continúa defendiendo la guerra contra la oferta, explicando cómo el cultivo de coca es ahora la mitad de lo que sería si no hubiera liderado una campaña de erradicación. Uribe dice que su éxito demuestra que "es posible ganar esta guerra". El presidente coincide conmigo en que el cultivo se podría haber trasladado a otros países, si bien es la razón por la que, afirma, "esto necesita ser una batalla internacional, en la que todos los gobiernos estén comprometidos".
Tanta conversación sobre consumo de drogas me recuerda a Estados Unidos. Cambio de tema. La administración Obama y los legisladores demócratas del Congreso han bloqueado una de las iniciativas más importantes de Uribe —el tratado bilateral de libre comercio— y le pregunto sobre su relación con Washington estos días. Uribe comienza su respuesta subrayando la importancia de la alianza para ambas partes. Estados Unidos, afirma, necesita un fuerte aliado en la región. Y para Colombia, que necesita "apoyo práctico" contra el narcotráfico, la ayuda estadounidense es crucial.
Sin embargo, tras alabar al gran amigo de su país, Uribe no puede ocultar su decepción sobre el trato recibido por Colombia sobre el comercio: "Evidentemente, no puedo entender el retraso del Congreso estadounidense para ratificar nuestro tratado de libre comercio", dice, mirando por encima de mi hombro hacia la pista. Y deja en este punto la conversación sobre este tema.
En cuanto a si es optimista sobre el futuro de Colombia, responde: "Por supuesto. Tengo que serlo". Pero su respuesta viene con un condición: los colombianos deben acordarse dónde se encontraba el país hace ocho años. "Estamos mejor", pero "este país sólo ha tenido 47 años de paz en 200 años de vida independiente". La nueva generación sólo prosperará, advierte, si se consolida la paz. Con este objetivo, se dirige a Florencia, una ciudad de 150.000 personas, para llevar su mensaje en persona, tal y como lo ha hecho en los últimos ocho años.

Tuesday, June 21, 2016

Miedo al Brexit


En unos días, los ciudadanos británicos están llamados a las urnas para decidir si quieren o no mantenerse en el seno de la Unión Europea (UE). Si optan por la separación se entrará en un periodo transitorio tras el cual se supone que el Reino Unido se separará formalmente de la Unión. Supongo, aunque no estoy seguro, que ello implicará que ya no tendrá representantes en el Euro-parlamento, ni funcionarios en la Comisión (al menos, no de alto nivel), ni estará vinculada por la ordenación jurídica comunitaria.



Como no puede ser de otra forma, diversos analistas avisan de la catástrofe que en términos económicos supondría el Brexit tanto para Reino Unido como para la UE. Por ejemplo, la gestora BlackRock estima que se podrían perder más de 100.000 empleos en la City porque las empresas allí presentes se tendrían que mudar a otras ciudades de la Eurozona. Más completo es el estudio de EIU, la división de análisis de The Economist, quien predice pérdida de valor de la libra de un 15% y disminución del PIB para 2020 de un 6% respecto al que hubiera obtenido de mantenerse en la UE, con 380.000 desempleados más que en este caso. Por su parte, Deutsche Asset Management, prevé que el crecimiento británico caerá en 2016 del 2 al 1,5% si Reino Unido dejara la UE.
Dicho empobrecimiento se debería, según los analistas, a la incertidumbre durante el proceso de negociación de las condiciones de salida, que posiblemente terminarían haciendo más complejo el comercio con los restantes países de la UE.
Ya en esta somera recapitulación se advierte que los efectos no parecen terribles (¿cómo sabe alguien cuál sería el PIB de UK en 2020 si permaneciera o no en la UE?), pero aún menos credibilidad presentan las causas que se postulan: ¿periodo de incertidumbre por las negociaciones?
Desde un punto de vista económico, el principal problema que podría producirse como consecuencia del Brexit sería la creación de barreras, además de las que puedan existir en este momento, al movimiento de personas, capitales o mercancías con los demás países de la UE. Pero esto no es una consecuencia inevitable del Brexit. Es más, no creo que ningún ciudadano de la UE estuviera a favor de dificultar las transacciones con Reino Unido aunque éste no formara parte de la UE. Por ello, no me parece una consecuencia creíble ni esperable, entre otras cosas porque la situación actual es de ausencia de barreras (más complejo sería eliminar la existencia de las mismas).
Objetivamente, los únicos perdedores a consecuencia del Brexit serían los políticos y funcionarios de la Comisión Europea (CE), pues ésta perdería la contribución de Reino Unido cifrada en unos 11.000 millones de Euros. Por tanto, el poder de dicha institución quedaría reducido, tanto en términos económicos, como en territoriales. Por razones duales, los únicos ganadores del Brexit serían los políticos y funcionarios de Reino Unido.
Por tanto, la decisión del Brexit se reduce a analizar de qué sistema y de qué políticos se fía uno más. Como es bien sabido, el sistema representativo en Reino Unido está mucho más cercano al ciudadano que el español o el europeo. El parlamentario británico es elegido a nivel de circunscripción y está relativamente mucho más disciplinado que su homólogo español o europeo, escondido en las cómodas listas cerradas. Consecuentemente, el político inglés tiende a ser más fiable, no porque sean mejores personas o algo así, simplemente porque están mucho más sujetos al escrutinio de sus electores. Y ello sin hablar del funcionamiento de la justicia.
Con un sistema así, yo tendría claro dónde prefiero que se gestionen mis 11.000 millones de Euros. Y también a quiénes prefiero para tomar (o no) las decisiones que regulan tantos aspectos de mi vida personal y económica. Por ello, no me extrañaría nada que triunfara el Brexit. Por el contrario, me extrañaría muchísimo que triunfara un hipotético “Espexit”, por la sencilla razón de que a día de hoy me fio más del sistema y políticos europeos que del español. A nivel UE hay al menos separación real entre legislativo y ejecutivo, y además tenemos al Consejo Europeo metido en las decisiones importantes creando así contrapesos adicionales al poder.
Entonces, parece claro que a los británicos les conviene el Brexit. Pero, ¿a los europeos? ¿No nos empobreceríamos como consecuencia de la salida de Reino Unido de la UE? La respuesta se ha dado ya en parte: mientras dicha salida no se traduzca en la erección de barreras comerciales inexistentes dentro de la UE, no cabe esperar reducción relevante en la actividad económica.
Sin embargo, hay un factor adicional con el que el Brexit beneficiaría a todos los ciudadanos europeos: la reducción relativa de poder de la CE. Ya se ha dicho que ésta perdería poder tanto territorial como económicamente. Visto desde otro punto de vista, la CE tendría que “competir” con el Reino Unido en condiciones para los ciudadanos en las que hasta ahora tenía el monopolio territorial. Si además el Reino Unido se situara en una posición menos intervencionista que la que se sufre en la UE, la creciente riqueza de nuestros ex -socios quizá forzara a la CE a revisar sus políticas económicas y hacerlas menos intervencionista a su vez.
Y de esta forma sí ganaríamos todos los europeos. Así que de miedo al Brexit nada; por el contrario, ojalá ocurra, y ojalá otros países sigan pronto la estela al Reino Unido en el desmantelamiento del poder de la CE. Incluso los que optemos por quedarnos en ésta nos beneficiaremos.